Una de cada seis personas en Chile tuvo asistencia de salud mental el último año
Esa es la principal cifra arrojada por la décima versión del Termómetro de la Salud Mental ACHS-UC.
Ignacio Arriagada M.
En los últimos años, la asistencia de salud mental ha dejado de ser un tema tabú en Chile y ha pasado a convertirse en un asunto de relevancia. Esa es una de las conclusiones de la décima versión del Termómetro de Salud Mental en Chile Achs-UC, que ha revelado que el 16,2% de los encuestados en el país afirma haber consultado con un profesional del área en los últimos doce meses.
El sondeo, elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, mostró también una importante brecha entre género respecto a la proporción de atención de salud mental: las mujeres anotaron un 23,5%, mientras que los hombres sólo un 8,5%.
"Es una medición pionera en el país al explorar el nivel de satisfacción y percepción de efectividad de los tratamientos en salud mental en la población del país. Una de las tendencias constantes en todas las rondas ha sido la diferencia entre mujeres y hombres en cuanto a las consultas de salud mental", explicó la psicóloga y jefa de Riesgos Psicosociales de la Achs, Daniela Campos.
De los 2.300 habitantes mayores de 18 años que participaron en la encuesta, un 11% reconoció estar recibiendo tratamiento psicológico o psiquiátrico.
En tanto, un 13% afirmó que le recetaron medicamentos por problemas emocionales, nerviosos o por uso de alcohol y/o drogas. En ambos casos, las mujeres duplican a los hombres: el 15,9% de ellas está en tratamiento frente al 6,1% de ellos, y el 17,8% toma fármacos, comparado con el 7,9% del género masculino.
Barreras
La nueva edición del Termómetro de Salud Mental también ofreció información acerca de las múltiples razones para no consultar a pesar de sentir la necesidad de hacerlo.
En esa línea, los consultados mostraron un consenso casi absoluto al mencionar la "dificultad de acceso" como el principal factor: el 96% dijo no haber consultado por falta de recursos financieros o cobertura o por dificultades de agendamiento, duración, horario o transporte.
Otro elemento importante se relaciona con la confianza y autonomía de las personas, donde el 50,3% menciona que pensó que su problema se mejoraría solo, que no molestaba mucho o querer enfrentarlo por sí mismo.
La alfabetización en salud mental, es decir, contar con los conocimientos sobre dónde ir o a quién consultar, fue otra dificultad relevante: el 37,6% indicó creer que el tratamiento no funcionaría, que demoraría mucho o declaró no saber dónde acudir para agendar una cita. En contraste, solo un 4,8% argumentó que no consultó debido a que en el pasado lo hizo y tuvo una experiencia negativa.
En el desglose por sintomatología, el 13,5% de los detectados con sospecha o presencia de problemas de salud mental sintieron necesidad de tratarse, pero no lo hicieron. La cifra llega a 18% y 19% que presentaron síntomas de depresión y ansiedad, respectivamente, y 14,7% entre quienes presentaron consumo riesgoso de alcohol.