El día que Gabriela Mistral se dejó seducir por las bellezas de la región
Con ocasión del octagésimo aniversario de la entrega del Premio Nobel de Literatura a la poetisa chilena, recordamos las dos ocasiones en las que Lucila Godoy visitó Puerto Montt y registró su viaje en bellos poemas.
En todo Chile se han preparado, durante este mes de abril, actividades en homenaje a la figura de la poetisa nacional Lucila Godoy Alcayaga, más conocida por su seudónimo de Gabriela Mistral, a propósito de haberse cumplido los 80 años de la fecha en que recibió de manos del Rey Gustavo V de Suecia el Premio Nobel de Literatura -el 10 de abril de 1945-, el primer galardón de este tipo otorgado a un latinoamericano y muy especialmente también por ser la quinta mujer en el mundo en recibirlo.
Con este hito cultural en el horizonte, el Gobierno celebró por primera vez el pasado 7 de abril el Día de Gabriela Mistral -instaurado oficialmente en junio de 2024, según el decreto de Ley 21.672- e impulsó una nutrida agenda de actividades a lo largo de todo el país para conmemorar la distinción otorgada a la maestra rural oriunda de Vicuña, que posteriormente -en 1951- recibió en su país natal el Premio Nacional de Literatura.
Chile fue su pizarrón
El profesor, poeta y gestor cultural Nelson Navarro Cendoya, sostiene que Chile es un país privilegiado gracias a la presencia de sus poetas. Un país que aprendió a escribir, con sus poetas, y que -como él siempre dice- tiene dos "copas mundiales de la poesía".
"Y cuando (Gabriela Mistral) estuvo en Puerto Montt, yo recuerdo bien que ella dice: 'Que las islas se arropan por el sur de Chile', así como Pablo Neruda también describe a esta región como 'donde Chile se va a pique, como un caballo que se va a pique. Este es Llanquihue, donde se rompe el continente'".
Navarro era estudiante en la Escuela Rural N°26 de Queler, en Caucahué (Quemchi), cuando aprendió los primeros versos de la Mistral y más tarde cuando se conoció su fallecimiento (el 10 de enero de 1957, en Hempstead-Nueva York) recuerda que se izó la bandera chilena en su honor.
"Mi memoria transita con esas escuelas de Gabriela Mistral, con esas escuelas donde yo aprendí a leer. Yo creo que sus letras estaban ahí, en el pizarrón de esas escuelas primarias. La escuela de Gabriela Mistral es todo Chile, el gran pizarrón de Chile, y ella escribió ahí; en todas las plantas escribía, en las piedras, escribía en las playas, en las mareas, en los cerros, las cordilleras, los volcanes, los lagos. Todo era un pizarrón para ella", relata.
Puerto Montt tuvo el honor de haber recibido en dos oportunidades a la laureada poetisa, en 1918 y en 1938. En ambas ocasiones, estuvo de paso por la zona y dejó un recuerdo imborrable de ellas no sólo en encuentros con alumnas y alumnos, sino que además plasmó los poemas "Volcán Osorno" y "Lago Llanquihue" que permanecieron inéditos e impublicados por la autora hasta después de su muerte.
Fue sólo gracias a la donación que realizó Doris Atkinson en 2007 que salieron a la luz para dar una perspectiva de cómo Gabriela sintió y reflejó en palabras su admiración por el territorio y su entorno natural.
Primera y fugaz visita
El profesor Juan Carlos Velásquez publicó un artículo en El Llanquihue el 20 de abril de 1995, en el cual entregó algunos pormenores de aquel primer encuentro de Mistral con Puerto Montt.
Al dar el contexto de su viaje, recuerda que para 1917 ella desarrollaba su labor docente en el Liceo de Los Andes, pese a que su trabajo ya comenzaba a ser reconocido en el país, tras obtener el máximo galardón en los Juegos Florales de Santiago con su poema "Los sonetos de la muerte".
Posteriormente, el 15 de febrero de 1918 el Presidente de la República, Juan Luis Sanfuentes, y el ministro de Instrucción Pública, Pedro Aguirre Cerda, firman un decreto a través del cual se nombraba a la profesora de Castellano Lucila Godoy como directora del Liceo de Niñas de Punta Arenas, autorizándole "para proponer al Gobierno los cambios en el personal y demás medidas de orden interno que estime convenientes para asegurar la buena marcha del establecimiento".
Velásquez cuenta en su artículo una interesante anécdota que ocurrió con motivo de la tramitación de este decreto. Ello también dio origen a una publicación en El Llanquihue.
"Cuéntase que en su nombramiento sobrevino un curioso equívoco. El ministro de Instrucción Pública habló previamente al Presidente de la República sobre los merecimientos de Gabriela Mistral y llegó con él al acuerdo de darle el puesto. Se redactó el decreto respectivo, naturalmente a nombre de Lucila Godoy y tras ser firmado por el ministro pasó al despacho del Presidente.
No fue poca la sorpresa del señor Pedro Aguirre Cerda cuanto al ingresar a su oficina encontró sobre el escritorio el decreto sin la firma del Presidente y con la siguiente nota: el Presidente le recuerda al señor Ministro que el compromiso era nombrar a la señorita Gabriela Mistral".
Para asumir en el cargo, la poetisa se embarcó el 8 de mayo junto a un grupo de profesoras, entre ellas su amiga Laura Rodig, en el vapor Chiloé, de la Línea de Navegación Braun y Blanchard, el que zarpó desde el puerto de Valparaíso. En el trayecto a Punta Arenas, el transporte recaló en Puerto Montt el 12 de mayo, para el respectivo desembarque y embarque de pasajeros, y retomó su viaje al día siguiente. El periódico La Alianza Liberal publicó, en su edición, del 14 de mayo: "Por el transporte Chiloé pasó para el sur la señorita Lucila Godoy, más conocida como Gabriela Mistral. Como se sabe la insigne poetisa va a hacerse cargo de la dirección del Liceo de Niñas de Punta Arenas y lleva la facultad de reorganizarlo".
El 19 de marzo de 1920 recibió un telegrama que la nombraba como directora del Liceo de Niñas de Temuco, donde tomó contacto con un joven poeta llamado Pablo Neruda.
Entre lago y volcán
La segunda ocasión que Mistral volvería a pisar el suelo de la Región de Los Lagos sería 20 años después, y fue la más extensa y prolífica en detalles de su travesía por las comunas de Puerto Montt, Osorno y Valdivia. La escritora gozaba por entonces de un gran reconocimiento internacional a su obra poética y luego de 14 años de vivir en el extranjero retornó a Chile en mayo de 1938 con destino final su natal Vicuña.
Ingresó desde San Carlos de Bariloche a territorio chileno por el paso de Pajaritos y se dirigió directamente hacia Valdivia, donde permaneció cerca de una semana alojada en el hotel Schuster, ubicado entre las calles Maipú con Yungay. Durante su estadía en la ciudad del Calle Calle sostuvo encuentros con alumnas del Liceo de Niñas, quienes le obsequiaron un ramo de copihues.
Fue entrevistada entonces por la prensa de El Correo de Valdivia, a quienes les habló de su más reciente publicación, su libro Tala, y además que sus derechos autorales los había donado a los niños huérfanos de la Guerra Civil Española. Sobre su sentimiento personal al visitar los parajes del sur, Gabriela Mistral comentó "estar feliz de sentir de nuevo el aire de la patria chilena, de mirar una geografía y un paisaje inédito a mis ojos. He acostumbrado en mi retina a recoger las bellezas más opuestas, la reverberación ardiente del sol en el desierto atacameño y la bruma amorotonada de los archipiélagos australes".
Desde Valdivia se movilizó a Puerto Montt y Osorno, donde se maravilló con la majestuosidad del volcán que lleva su nombre.
En un texto inédito a propósito de su poema Volcán Osorno, fechado el 1 de mayo de 1938, escribió: "Después de catorce años de ausencia, regresé a la patria, y escamoteando las alturas del Uspallata, entré por el Sur. Aunque tengo vivida la Patagonia, no conocía una parte del paisaje austral, el espejeo fantástico de aguas, volcanes nevados y cascadas, que corre de Cautín a Llanquihue", comentó en un texto mecanografiado.
Añadió sobre su experiencia: "El Volcán Osorno señorea sobre la ciudad de su nombre, con lo que viene a ser una curiosa persona cordillerana, tan liberal que alcanza su sombra a las calles urbanísimas de Osorno. Hasta los turistas comodones, incapaces de caminata y de repechos, disfrutan de él y lo miman con sus ojos, desde las terrazas de los hoteles". "El volcán, en el mes malo de mayo, me hizo esperar dos días. Yo me lo cortejé de hora en hora, hasta que soltó su casquete de borra y los algodones de su costado. Al tercer día, ya su cuerpo soltó como el gladiador, y lo recibí entero, desde sus raíces anchas de higuera hindú, hasta su agudeza de cristal último".
Su visita a Osorno dejó la mayor cantidad de registro, pues allí se dio el lujo de plantar un canelo en la plaza de armas, de lo cual hoy queda un homenaje escrito en bronce de su acto ecologista. También se dio tiempo para visitar a sus queridos alumnos, tan presentes en su poesía, del Liceo de Niñas y luego del Colegio Alemán de Osorno, acompañada de autoridades.
Promotora del sur
No sólo al volcán Osorno cortejó abiertamente Gabriela Mistral, sino que también al imponente Lago Llanquihue que riega sus faldas, con un poema que dedicó a Carmela Errázuriz.
Los poemas Volcán Osorno y Lago Llanquihue no fueron incluidos en libros. Algunos fueron publicados en El Mercurio y más tarde incorporados en Antologías o revistas. Gabriela Mistral los leería por primera vez el 24 de febrero de 1939 en el Palacio de la Unión Latinoamericana en Washington, Estados Unidos, durante la conferencia que dictó y denominó Geografía humana de Chile.
De esta manera, la afamada poetisa no sólo plasmó su emoción ante la majestuosidad del paisaje de esta región, sino que fue una verdadera embajadora y promotora de sus bellezas también fuera de Chile.
"La escuela de Gabriela Mistral es todo Chile, el gran pizarrón de Chile, y ella escribió ahí (…) Todo era un pizarrón para ella".
Nelson Navarro, profesor, poeta y, gestor cultural.
7 de abril de 1889 nació Lucila de María Godoy Alcayaga, en Vicuña, en el Valle del Elqui.
10 de diciembre de 1945 recibió del Rey Gustavo V de Suecia el Premio Nobel de Literatura.