Ferias costumbristas: vitrinas de promoción y fomento del mundo rural de la región
Más de 300 eventos de este tipo se realizan durante el verano en Los Lagos, organizados por las comunidades campesinas y apoyados por los municipios. Su principal sello es revivir prácticas ancestrales, fortalecer lazos sociales y comerciales de los sectores, junto con mostrar al turista la esencia de cada territorio y sus habitantes.
Las ferias costumbristas son eventos que por décadas se han realizado en las zonas rurales, transformándose en espacios para disfrutar de la gastronomía, cultura y tradiciones de cada comunidad en los campos.
En la Región de Los Lagos hay más de 300 eventos de este tipo que se realizan durante los meses de verano, siendo una forma de generar ingresos para los emprendedores que participan en las muestras, un apoyo al turismo gracias a la llegada de visitantes, una experiencia de unidad y camaradería entre vecinos, y una manifestación sociocultural, que es testimonio vivo y pieza clave para el rescate de las costumbres y tradiciones campesinas.
La mayoría de las fiestas costumbristas se realizan al aire libre, rodeadas de naturaleza, donde se hacen juegos tradicionales, hay gastronomía típica y música en vivo. Son organizadas por las propias comunidades que durante el año trabajan en conjunto con los municipios, entes que generalmente son los encargados de realizar aportes económicos para su producción, así como de brindar apoyo en logística, seguridad, difusión y participación.
Miles de personas disfrutan cada verano de estas actividades del mundo rural, cuyos organizadores hacen esfuerzos para mantener alejados a los vendedores ambulantes y productoras de eventos, que organizan eventos donde se cobra entrada para un programa que está lejos de ser tradicional o con identidad local.
Los relatos de dirigentes vecinales de zonas rurales, visitantes y autoridades evidencian la importancia de estas manifestaciones tradicionales campesinas para la economía y el turismo local y regional.
En la región, paulatinamente se ha ido desarrollando el turismo agroalimentario, mayormente en sectores rurales. Esta oferta se enfoca en las expresiones gastronómicas, en las que los alimentos son producidos, transformados y consumidos en su lugar de origen. Es a través de las fiestas costumbristas donde emprendedores y campesinos pueden difundir sus actividades productivas.
En estudios realizados por expertos en distintas materias sociales, estas exhibiciones se definen como eventos gastronómicos, culturales o recreativos, que funcionan de forma permanente o no permanente, cuyo principal objetivo es la comercialización de productos artesanales de producción local y servicios tradicionales de alimentación, de una localidad determinada.
Tal actividad debe incluir necesariamente un espacio para dar a conocer y compartir las costumbres locales.
Algunas de las expresiones costumbristas más destacadas en la región son la Paila de los Huevos Azules, en la comuna de Río Negro; el Festival Costumbrista de La Molienda, en Curaco de Vélez; la Feria Costumbrista de Tentelhué, en Hualaihué; la Fiesta Costumbrista de la Comunidad Indígena de Forrahue, en Osorno; la Feria Costumbrista Huerto de mi Tierra, en Cochamó; la Feria Costumbrista de Lenca y Feria Costumbrista de Chamiza, en Puerto Montt; la Fiesta de la Papa, en Achao; Fiesta del Ajo, en Dalcahue; Fiesta del Cordero, en Quellón, y la Minga de Tiradura de Casa en Liucura, Puqueldón.
RUTA DE LAS TRADICIONES
Yerco Rodríguez, director de Desarrollo Comunitario (Dideco) del municipio de Puerto Montt, precisó que durante el verano de 2025 se realizan fiestas costumbristas en 13 localidades de la comuna, las que congregan entre 10 mil y 25 mil personas durante el fin de semana en que se celebran.
"Son eventos donde las personas, tanto del mismo sector como de la comuna y visitantes, buscan asistir y disfrutar. En esta administración nos hemos preocupado de apoyar a las comunidades que organizan estas actividades, desde el punto de vista logístico con seguridad, carpas para que la gente se proteja del sol o la lluvia, difusión, entre otros aspectos. Pero también priorizando que participen solo artesanos, chacareros, emprendedores de los mismos sectores o invitados de otras localidades, pero que tengan total pertinencia con la muestra de tradiciones campesinas y no de productos de paquetería o bazar", explicó el directivo municipal.
Agregó que el objetivo del municipio puertomontino es darle a este tipo de eventos una mirada turística, cultural y de tradiciones de los distintos sectores rurales. "Agrupamos todas las fiestas bajo el nombre de 'Ruta de las Tradiciones', a la que quienes asisten tienen la certeza que se encontrarán con expresiones folclóricas, gastronomía tradicional, venta de productos de nuestra zona que son cultivados y cosechados por nuestros campesinos, y preparaciones locales, solo por mencionar algunos atractivos, que es finalmente lo que busca la comunidad y los turistas", indicó Rodríguez.
VENDEDORES
AMBULANTES
Mirna Hernández, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Dalcahue y presidenta de la Federación Provincial de Uniones Comunales de Chiloé, destacó que las fiestas costumbristas generan una cadena económica en cada comuna donde se realizan.
"Son esfuerzos de años que hacen las comunidades rurales para rescatar y conservar las tradiciones que, en el caso de Chiloé, tiene puntos comunes, principalmente en gastronomía. Pero, la identidad y las tradiciones de los habitantes son particulares y únicas en cada localidad. Es justamente eso lo que se han esforzado por mantener las comunidades durante décadas y mostrar a los visitantes, pero que desde hace unos años está en constante riesgo por el arribo, por ejemplo, de vendedores ambulantes con artículos chinos en serie, que nada tienen que ver con el trabajo campesino y que tampoco es lo que las personas buscan al asistir a nuestras ferias costumbristas", manifestó la dirigenta.
Enfatizó que para cumplir con el objetivo de este tipo de actividades, que nacen desde el corazón de los campos, es necesario contar con el respaldo de las autoridades locales, regionales y nacionales.
"Tenemos que aprender a respetar nuestras tradiciones y dejar de pensar en el voto al momento de dar autorizaciones de ventas en estas actividades, porque si no la cultura de lo desechable y fabricado en serie se impondrá sobre el trabajo que realizan las personas en los campos, quienes muchas veces tienen como única opción estas ferias para mostrar y vender su trabajo", destacó Hernández.
Competencia desleal
Mirta González, presidenta de la Unión Comunal Rural de Osorno, afirmó que las primeras muestras costumbristas nacieron hace más de 50 años en las comunidades costeras, donde se generaba la unión de productos del campo y del mar.
"Eran oportunidades para generar y fortalecer los lazos sociales entre los integrantes de cada comunidad, donde incluso había intercambio de productos del campo, como frutas, verduras y hierbas medicinales, con los productos de la gente del mar. Poco a poco se fueron generando estas ferias en los sectores de forma individual, siendo una verdadera fiesta para los vecinos de las localidades y para quienes los visitaban, que eran cada día más personas. Todo eso era a pulso y con los recursos reunidos por cada comunidad, sin mayores apoyos", mencionó la dirigenta.
Precisó que desde hace unos 15 años comenzó la alianza con los municipios, que entregan aportes que son ocupados por las comunidades que organizan eventos para contratar algún grupo o artista local, poner mesas, amplificación, entre otros detalles.
"También se tiene que cumplir con las normas sanitarias y eso nos parece muy bien. La gente que llega a estas ferias quiere encontrar productos que son cultivados en los campos. Si va a comer un plato, que sea hecho como en el campo", manifestó.
González reconoció que "eso, en estos tiempos, es un desafío, porque donde llega la gente también llegan los que andan recorriendo cada lugar con ventas ambulantes de productos de paquetería, que no tienen nada que ver con los campos. Es un problema, porque se ponen en el plan que quieren trabajar y que no los dejan, cuando la mayoría de las veces tienen más plata que todos nosotros juntos, porque van por todas partes con sus productos que venden sin dar ni boleta".
Añadió que también han ido apareciendo las productoras de eventos: "Este año hemos tenido varios problemas, porque estas productoras hacen eventos que les ponen solo el nombre de costumbristas, pero que son un negocio donde cobran entradas, venden la comida llamada chatarra y traen un artista nacional para llenar el lugar".
La líder social especificó que ello se pudo observar el fin de semana pasado en el cruce de la Ruta 215 con el camino hacia Puerto Chalupa, en Puyehue, donde había una feria que parecía costumbrista, pero en realidad era un festival para el que cobraban entrada, había grupos rancheros, un escenario y venta de comida chatarra, principalmente.
Acusó que "eso es jugar sucio, porque nuestra gente en sus ferias lo hace todo a menor escala y se preparan todo el año para ganar unos pesos que les permitan pasar el invierno, que es bastante largo. Es ahí cuando falta que se ayude más a quienes rescatan las tradiciones campesinas de verdad, porque viven en los campos, no son campesinos de verano e inventados por productoras para ganar plata".
opción de desarrollo
Luis Cárdenas, seremi de Economía, Fomento y Turismo de Los Lagos, arguyó que las fiestas costumbristas, en nuestra extensa región, cumplen un papel importante en la conservación de la riqueza patrimonial, cultural y gastronómica, que se funde con nuestra belleza escénica natural, la misma que da sustento al desarrollo del turismo regional.
"Desde esa perspectiva, estas festividades constituyen un espacio de celebraciones comunitarias y lazos que unen las tradiciones e historias que relatan la identidad propia del lugar y de quienes los habitan. Así también, son ambientes que permiten promover las expresiones productivas y comerciales del territorio, y que se van complementando con su artesanía, gastronomía y otros productos típicos. Por lo tanto, se transforman en eventos que generan un impacto en el desarrollo económico local", enlistó.
El seremi agregó que las más de 300 fiestas costumbristas que se realizan en la región son una oportunidad para generar un producto turístico de buen nivel, orientado al mercado nacional e internacional.
"Se requiere de una estrategia adecuada, en conjunto con los municipios, que son los responsables del desarrollo de estas actividades. En ese sentido, es fundamental mejorar la infraestructura, accesibilidad, condiciones sanitarias, transporte y -lo más importante- entregar un buen servicio para que la experiencia sea única", adjuntó el secretario regional ministerial de la cartera.
"El desafío es también desconcentrar las fiestas, que no todo sea en verano, y de esta forma generar un potencial flujo de turistas durante todo el año. Así, favorecemos el desarrollo más integral de los destinos y entregamos oportunidades permanentes que faciliten la activación de las economías locales", cerró sobre la estacionalidad.
"El desafío es también desconcentrar las fiestas, que no todo sea en verano, y de esta forma generar un potencial flujo de turistas durante todo el año. Así, favorecemos el desarrollo más integral de los destinos".
Luis Cárdenas,, seremi de Economía.
"La identidad y las tradiciones de los habitantes son particulares y únicas en cada localidad. Es justamente eso lo que se han esforzado por mantener las comunidades durante décadas y mostrar a los visitantes, pero que desde hace unos años está en constante riesgo por el arribo, por ejemplo, de vendedores ambulantes con artículos chinos en serie".
Mirna Hernández,, presidenta de la Federación Provincial de Juntas de Vecinos de Chiloé.