Región: multitudinaria despedida tuvieron víctimas de naufragio
Ayer fue el funeral de Mónica Hernández en Osorno, mientras en Cuinco dijeron adiós a Rodrigo Naguil, al matrimonio formado por Nora Mera y Francisco Marileo y a su hija Iris Marileo. Hoy, en Puerto Varas y en Cuinco, serán los de Cecilia Nail y Lucía Garnica, respectivamente.
Mucho dolor reinaba entre los habitantes de la villa de Puaucho, en San Juan de la Costa, en el norte de la región, quienes ayer salieron a las calles para dar el último adiós a sus vecinos que fallecieron trágicamente en el naufragio de la embarcación Río Cholguaco.
El accidente ocurrió el pasado domingo con 34 personas a bordo, dejando siete víctimas fatales y 27 sobrevivientes que se recuperan de los traumáticos momentos vividos.
Este incidente marítimo se reportó en la zona de Punta Tiburón, cercana al sector de Tril Tril, en la misma comuna de la provincia de Osorno. El hecho llevó al alcalde José Luis Muñoz a decretar duelo comunal por tres días, y se pudo ver el pabellón nacional en los recintos públicos, así como la bandera del pueblo mapuche huilliche, a media asta.
En Puaucho, el primer funeral fue el del trabajador de la construcción Rodrigo Naguil, quien fue velado en la casa de sus familiares, lugar al que llegaron numerosas personas para expresar sus condolencias a sus cercanos por su repentina pérdida.
Su madre y hermanas despidieron sus restos ayer en el cementerio de Cuinco, para lo cual salieron del velatorio donde estuvieron acompañadas de los vecinos.
Uno de los familiares, minutos después de la salida de la carroza fúnebre y mientras recorría la villa, se descompensó, sumando momentos de tensión y angustia al dolor ya presente.
Personal de salud que se encontraba en el sitio, junto a un motorista de Carabineros dispuesto para la escolta del féretro, actuaron rápidamente y asistieron al hombre, quien fue subido a una ambulancia del Centro de Salud Familiar de Puaucho, ubicado a menos de 100 metros, y finalmente fue estabilizado.
No obstante, la ceremonia debía continuar y la carroza con la urna de Naguil enfiló hacia la Ruta U-400 para dirigirse al camposanto de Cuinco.
Al pasar frente al cuartel de Bomberos, estos hicieron sonar las sirenas de su unidad como manera de despedida a su vecino, a quien vieron crecer y desarrollarse como persona en la comuna.
Iván Melillanca, familiar de Naguil, llegó hasta la calle principal de Puaucho. Desde allí vio pasar la carroza del trabajador.
"Es terrible la muerte de todos y de Rodrigo, él trabajaba en la construcción. Esta es una tragedia que golpeó mucho a su madre, quien no esperaba esta lamentable noticia que afectó a todo un grupo familiar, es muy doloroso", enfatizó.
Hace 23 años, la comuna de San Juan de la Costa fue golpeada por otra violenta tragedia, como lo fue la denominada "Matanza de Rucamañio", donde familias de comunidades indígenas se enfrentaron por un problema de tierras en esa zona costera. Dicho hecho ocurrió el 30 de enero de 2002, cuando fallecieron cinco personas, cuatro de una familia y una del otro grupo.
Ahora, los vecinos vuelven a enfrentar otro fuerte golpe con esta tragedia del fin de semana.
Nadia Asenjo solo tuvo palabras de elogio para las víctimas, a quienes conoció en persona. "Estamos todos destrozados como comunidad, estamos muy tristes. Esta tragedia marca un antes y un después para la zona, en especial para quienes se dedican al traslado de personas en el mar. Esa lancha estaba destinada para menos personas, pero pasaron a buscar más en el camino. Hemos sido golpeados por puras tragedias: Rucamañio hace años atrás, y lo más reciente, el incendio en Pucatrihue el fin de semana pasado", rememoró la vecina de Puaucho.
El matrimonio de Nora Mera y Francisco Marileo, junto a su familia, es recordado como un ejemplo de esfuerzo y trabajo por los residentes; destacaron su deseo de superación. Prueba de ello fue su emprendimiento, un local comercial frecuentado por muchas personas, especialmente aquellas que llegaban a realizar trámites en la municipalidad o en el cesfam.
Ayer, sus cercanos salieron de ese sector pasadas las 14 horas y, acompañados por tres carrozas, recorrieron los caminos de Loma de la Piedra y Liucura. A las 15.15 horas, ingresaron a la villa de Puaucho, escoltados por un radiopatrullas de Carabineros y seguidos por una treintena de vehículos, entre parientes y amigos.
Tras recorrer la calle principal, regresaron por la misma vía y, a las 15.20 horas, las carrozas se detuvieron frente al emprendimiento familiar Norita, donde los vecinos tuvieron la oportunidad de rendir el último homenaje a sus seres queridos.
Muchos no pudieron asistir al velatorio en Popoen, por lo que esta fue la ocasión para expresar sus condolencias a los familiares y sobrevivientes de la tragedia marítima, acercándose a los vehículos en los que viajaban los familiares de los fallecidos. "No hay muchas palabras para expresar, solo dar fuerza a las familias de cada una de las siete que están afectadas por lo ocurrido", expresó Carolina Montero, dirigenta de la Asociación Indígena de Trosco-San Juan de la Costa.
"Fuerza para todos ellos y que tengan la fortaleza de enfrentar esta terrible tragedia en la costa de nuestra comuna. Esperamos que las autoridades sean constantes en las fiscalizaciones y se asignen más recursos a los marinos de nuestra zona", adjuntó.
El cortejo fúnebre de la familia se trasladó hasta el cementerio de Cuinco. Allí concurrieron más de 500 personas para despedir a cuatro de las siete víctimas.
Justicia
En el camposanto católico se llevó a cabo el funeral de la joven madre trabajadora Mónica Hernández, acompañada por amigos y compañeros de trabajo, quienes la recordaron con cariño.
Mónica, junto a su hijo y una hermana, fueron invitadas por la familia Marileo Mera al paseo a Caleta Cóndor y formaban parte de las 21 personas que deberían haber regresado sin novedad a Bahía Mansa.
"Es muy fuerte todo lo que hemos vivido, uno nunca espera la muerte de un familiar de esta forma. Lamentablemente se habla de una sola familia en esta tragedia, pero hay más. Estamos nosotros, que, aunque mi hermana fue invitada al paseo, esta tragedia también nos golpea. Queda también la familia de la otra niña de Puerto Varas. Somos grupos de familia que igual estamos afectados y necesitamos que se nos escuche en estos momentos", compartió Carlos, hermano de la víctima.
"Mi hermana -sentenció el familiar- deja un hijo de 9 años, por quien ella se esforzaba cada día para darle lo mejor. En estos momentos solo queremos que se haga justicia, que el verdadero responsable asuma y enfrente lo que es causar una tragedia por su irresponsabilidad".