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Día Mundial de los Humedales
Hoy el mundo entero conmemora la relevancia de los humedales, siendo un momento especial para reflexionar sobre el papel de estos ecosistemas en un mundo marcado por el cambio climático. Los humedales son el corazón latente de la naturaleza, purifican el agua, albergan biodiversidad única y regulan el clima al actuar como reservorios de carbono y mitigadores de eventos extremos como sequías e inundaciones.
Históricamente subestimados como terrenos improductivos, los humedales fueron degradados por la expansión agrícola y urbana. Sin embargo, su relevancia comenzó a reconocerse a lo largo del siglo XX, culminando con la Convención Ramsar en 1971, que estableció un marco global para su protección y uso sostenible. Este reconocimiento marcó un punto de inflexión en la conservación de humedales.
Chile, con su geografía diversa, hospeda una rica variedad de humedales que incluyen los altoandinos del altiplano, como Surire y Parinacota, los costeros del río Maipo y Lluta y los australes en el Parque Nacional Torres del Paine. Estos ecosistemas desempeñan un papel clave en la regulación hídrica del país. A nivel nacional, en 2022 se promulgó la Ley de Humedales Urbanos para garantizar su protección en áreas urbanas. Además, Chile cuenta con el reconocimiento de 18 sitios Ramsar que abarcan más de 360 mil hectáreas, destacando el salar de Surire y el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter.
Por ello, hoy más que nunca los humedales chilenos son verdaderos guardianes silenciosos de nuestra vida y futuro. Su protección es un acto de compromiso intergeneracional frente a los desafíos del cambio climático y la escasez hídrica. La naturaleza ya ha cumplido su parte y, por tanto, ahora es nuestro turno de convertirnos en sus verdaderos guardianes.
Columna
Carolina Gamboa Palacios, académica de la Universidad Bernardo O'Higgins (UBO)
Habilidades blandas y la PAES
Los recientes resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) nos invitan a reflexionar sobre el modelo de admisión en Chile y su capacidad para responder a las necesidades del siglo XXI.
Si bien estas evaluaciones miden conocimientos fundamentales, dejan de lado habilidades clave como el trabajo en equipo, la empatía y la comunicación, competencias esenciales en el mundo actual. ¿Qué pasaría si las universidades valoraran no solo el rendimiento académico, sino también el de sus estudiantes?
Esta ausencia de un enfoque integral limita no solo el desarrollo personal de los jóvenes, sino también la capacidad del país para formar líderes conscientes, innovadores y socialmente responsables. Es urgente avanzar hacia un sistema educativo que valore al ser humano en todas sus dimensiones: mente, cuerpo, emociones y propósito.
Desde la niñez necesitamos una educación que promueva la acción social, la reflexión y la comprensión del impacto de nuestras decisiones en el entorno. Este cambio no solo enriquecerá a los estudiantes como individuos, sino que también fortalecerá el vínculo entre las universidades, los empleadores y la sociedad, construyendo un tejido social más armónico y sostenible.
Repensar la educación de esta manera permitirá transformar las universidades en verdaderas incubadoras de líderes integrales, capaces de generar cambios positivos y duraderos en el mundo.
Antonia Anastassiou, directora
de comunicaciones y relaciones
públicas de Fundación Mustakis
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