Ignacio Arriagada M. - Medios Regionales

La alopecia es un trastorno capilar que afecta a millones de personas en todo el mundo. Y si bien esta condición se asocia más con los hombres, cada vez son más las mujeres que se ven afectadas por la caída del cabello de forma progresiva, lo que, en muchas ocasiones, deriva en un impacto negativo tanto desde una perspectiva estética como emocional.

En este contexto, saber los tipos de alopecia, los motivos que la provocan y las opciones disponibles para tratarla es clave para que aquellas que lo padecen puedan recuperar no solamente su cabello, sino además su confianza y bienestar.

"La alopecia androgenética, la por efluvio telógeno agudo y la alopecia areata son las que afectan con mayor frecuencia a las mujeres. Con respecto a las causas podemos decir, por ejemplo, que en el caso de aquella androgenética es causada por la sensibilidad hereditaria a la hormona masculina. El efluvio telógeno, en tanto, está relacionado con un estrés emocional; mientras que la alopecia areata tiene componentes del tipo inmunitario, genético y emocional", parte explicando a este medio Jorge Burgos, médico dermatólogo y académico de la Universidad Andrés Bello (UNAB).

Prevención

Aunque las causas de la alopecia femenina son variadas y van desde factores hormonales y genéticos hasta cuadros de estrés, sí se puede prevenir adoptando los cuidados necesarios, Y una manera es con un nivel de bienestar pleno.

"La prevención de estas condiciones dice relación con cambios de estilos de vida, sin embargo, existen situaciones inesperadas, como la muerte de un cercano o una enfermedad, que escapan a las posibilidades personales (...) Es importante mencionar que la vida que estamos viviendo en este siglo es especialmente perjudicial, ya que los niveles de estrés son muy elevados, lo que contribuye a deteriorar la calidad de vida y, por tanto, influyen directamente en estas condiciones y la salud en general", sostiene Burgos.

En la actualidad, y gracias a los avances médicos y el conocimiento de este trastorno capilar, hay alternativas para tratar todas las variantes, desde opciones farmacológicas hasta intervenciones hormonales.

"El efluvio telógeno agudo, habitualmente, aparece tres meses después del factor estresor, y el ejemplo más común es la alopecia post parto. En general, se recupera sola, pero hay casos que requieren tratamiento médico con fármacos indicados para frenar la caída del cabello. Por otra parte, el caso más complejo es de la alopecia areata, que debido a los componentes genéticos, inmunitarios y emocionales hace que su pronóstico sea impredecible", acota.

"Por último, la alopecia androgenética, que en las mujeres se presenta en la zona superior, marcada por un cabello muy fino que hace que se visualice el cuero cabelludo, su tratamiento es médico, por lo tanto, requiere fármacos orales, tratamientos locales en base a lociones y microinyecciones. También está el microtrasplante capilar con muy buenos resultados", especifica el dermatólogo.

El académico de la UNAB recalca que la elección del tratamiento debe ser personalizada y basada en la evaluación de un dermatólogo o especialista en pérdida de cabello.

"La alopecia androgenética, la por efluvio telógeno agudo y la alopecia areata son las que afectan con mayor frecuencia a las mujeres".

Jorge Burgos,, dermatólogo.

Las latinoamericanas enfrentan barreras adicionales a los hombres en la salud y atención médica, incluidos diagnósticos tardíos o erróneos, advierte un estudio del Instituto Deloitte para la Equidad en Salud (DHEI, por su sigla en inglés).

"Las mujeres tienen obstáculos y barreras adicionales a los hombres cuando interactúan con los sistemas de salud. Generalmente se encargan del cuidado de otros y anteponen a sus familias a la salud de ellas mismas", ha detallado Claudia Restrepo, directora del DHEI.

Según el trabajo, las mujeres de la región experimentan una carga de enfermedad un 25% mayor que ellos. Por eso, detalla el informe, están más propensas a desarrollar enfermedades crónicas como esclerosis múltiple y problemas oftalmológicos, así como ciertos tipos de cáncer, como el de mama y cervicouterino, que requieren tratamientos más prolongados y, por ello, más costosos.

La investigación también apunta que solo el 1% de las indagaciones e innovaciones médicas que se realizan en Latinoamérica se hacen en mujeres y que pese a que ellas viven más años, tienen una peor salud que los hombres.

Por los preocupantes resultados del estudio, el equipo del DHEI resalta la necesidad de generar una mayor conciencia, un mejor acceso a la atención y más investigaciones sobre la salud de las mujeres, además de exhortar a que existan más políticas que apoyen la salud de las mujeres y la inclusión de ellas en roles de toma de decisiones.