"Lo que yo busco es evitar compras en efectivo superiores a un millón de pesos para homologar el caso de España", Iván Flores, senador de la DC por la Región de Los Ríos, quien propone imitar los ejemplos de países de Europa y así poner trabas a las operaciones del crimen organizado.

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En las últimas semanas, el debate del alza de las tarifas eléctricas se ha tomado la agenda pública; ya sea que el Gobierno haya entregado información incompleta o que ciertos congresistas no le hayan tomado el peso al problema; lo cierto es que, tal y como lo ha reconocido el Gobierno, el sinceramiento de los precios era más que necesario, urgente; por cuanto la deuda a las generadoras, empresas de transmisión y distribución aumenta día a día

Hay que decir las cosas como son: el alza va a ser significativa, va a afectar la vida de las personas y va a hacer que la inflación se mantenga fuera del rango meta que busca el Banco Central, al menos, hasta el 2025.

En ese escenario, la noticia publicada esta semana que 23 islas del Archipiélago de Chiloé no estarían afectadas a los aumentos de precio, por cuanto tienen sistemas eléctricos aislados, lo que beneficiaría a 3.500 clientes chilotes, esencialmente familias aisladas fuera del Sistema Interconectado Central (SIC), es una pequeña buena noticia. Pero, para la inmensa mayoría de las familias chilotas que viven en áreas urbanas como Ancud, Castro y Quellón, solo queda esperar el subsidio anunciado en la ley ya aprobada y los nuevos proyectos anunciados esta semana para aumentar el monto del subsidio.

Chiloé es belleza en su máxima plenitud, pero vivir aislado suele ser fuente de incomodidades, sacrificios y penurias por el alejamiento de los centros de población, la ausencia de salud y educación de calidad y el alejamiento de seres queridos. Hoy, para 3.500 familias chilotas, la lejanía es, finalmente, fuente de buenas noticias en un escenario económico pésimo para la mayoría de los chilotes.

Ancud

Castro

Quellón

Dalcahue

Chonchi