"Una novela chilena sin campo no es una novela chilena"
Rafael Gumucio, autor de obras como "Memorias prematuras" y "Nicanor Parra, rey y mendigo", está presentando "Los parientes pobres", que cuenta una historia sobre la familia, la vejez y el incesto.
Valeria Barahona - Medios Regionales
Una extensa cadena de correos electrónicos entre once hermanos comienza con la noticia de que "el papá se muere. Yo lo vi. Todo lo que dice la Adriana es verdad. Estuve ahí. No aguanta sin la tía Ester ni una semana el papá". Otro pregunta: "¿Y la tía Ester no se muere si la separan del papá?", a lo cual su hermana responde: "¿Qué nos importa a nosotros la tía Ester, Edgardo? Que se preocupen los Barría de la tía Ester", porque el padre antes estuvo casado con una hermana de la tía Ester, cuenta Rafael Gumucio ("Memorias prematuras") en su novela "Los parientes pobres", disponible en librerías chilenas y que por estos días está presentando en España.
-¿Qué te ha dicho tu familia sobre este libro?
-Se han hecho los tontos, pero ha gustado, así que no se han dado por aludidos.
-¿Te parece que quizás antes las personas eran más liberales en sus relaciones que, por ejemplo, la generación millennial, que presenta el poliamor como algo muy nuevo?
-Simplemente declaran cosas que se hacen sin declarar, pero aparte de la declaración no hay ningún cambio demasiado grande, digamos. Igual encuentro que la declaración es un cambio, o sea, decirlo es una cosa distinta que hacerlo, pero sí, no creo que nos hayamos liberado con el tiempo.
-Buena parte de la historia se ubica en Peumo (Región de O'Higgins) y Limache (Valparaíso). ¿El campo se presta para estas situaciones?
-Yo hice una novela chilena, y una novela chilena sin campo no es una novela chilena, entonces le tuve que poner, pero no tengo mucho contacto con el campo, no conozco mucho, aunque el que fue mi cuñado era de Peumo y Limache también lo conozco, pero sí tuve que inventar un poco el campo, porque una novela que quiere ser chilena y no hay campo, no hay fundo ni nada de esas cosas no puede ser.
-También tienes libros como "Mi abuela, Marta Rivas González", que es muy urbana. Como narrador te pone siempre en la ciudad.
-Ella se sentía muy feliz de no tener campo, y tenía unas amigas que fueron muy perjudicadas por la reforma agraria, entonces las molestaba todo el tiempo, les decía "viejas de mierda con sus campos llenos de moscas", era muy anti campesina y le parecía muy bien que les hubiesen expropiado y quitado sus campos(…) Pero a los personajes de "Los parientes pobres") los fui inventando a partir de ciertos mitos de la literatura chilena campesina, el caballo, el padre, son trabajo a partir de arquetipos, además de que algunos sí los conocí, son reales o cercanos, pero muchos están basados en una idea.
-¿Te sientes un poco heredero de José Donoso ("Casa de campo")?
-Donoso tampoco tenía que ver con el campo (vivía en Providencia), el papá era doctor, pero seguía siendo una cosa mitológica mi relación con el campo. Hay una abuelastra mía que es pariente (de Donoso), en Talca, pero imagínate la distancia (genealógica). Aunque el campo de Chile es un mito porque realmente es un país que vive de la minería, entonces es como un país agrario de mentira, digamos, pero está muy arraigado en nuestra mentalidad, nuestra visión del mundo, esta idea del campo, aunque no tiene mucha razón de ser.
-Hay un dicho de campo que repite el patriarca de tu relato, según recuerdan sus hijos de la infancia que les tocó: "Este niño es un genio, tiene que dejar de ir al colegio". ¿Eso lo escuchaste en tu casa?
-Ya no es así, por eso. A ellos (sus parientes reales) les gustan leyendas familiares, así que están felices de alguna forma. (Pero con ese dicho) mi mamá se sentía perjudicada, porque ella fue la única de sus hermanas que terminó el colegio.
-Tú también terminaste el colegio.
-Sí, ya en mi época no existía eso, ya no había manera de no terminarlo, pero estuve a punto.
Hija de raimundo
-Uno de los personajes es la hija de Raimundo, es decir, nieta del patriarca en torno al que giran "Los parientes pobres". Ella parte siendo un personaje muy pequeño que se mete en la cadena de mails de los tíos, pero termina contando la historia.
-Tenía que siempre pensar que yo no era escritor y meterme en la mentalidad de personas que están diciendo "oye, ¿cuándo vái a darme el cheque?", de gente que está en otra, entonces era muy cansador para mí y dije bueno, voy a construir un personaje en el que yo pueda con toda libertad eh desarrollar mi impulso digamos narrativo típico, y Emilia me sirvió para eso. Igual era raro porque es una joven mujer de hoy, precisamente lo que no soy, pero me pareció que podía desarrollarme ahí, la dejé soltarse. Además, creo que es el personaje que tiene más corazón de la novela, donde todos son bastante egoístas y ella es un poco víctima. También tengo una hija de 16 años, lo que me permite estar actualizado sobre los jóvenes.
-Emilia está preparando su examen de grado para ser abogada: parece que siempre, en todas las familias, hay alguien terminando de estudiar derecho.
-Sin más lejos, el Presidente (Gabriel Boric), ¿no?
-A propósito de La Moneda, ¿cuándo vas a escribir el libro "Mi primo Marco (Enríquez-Ominami)"?
-Sería una buena novela, pero creo que le faltan muchos capítulos todavía, así que no. Además, todos los libros que escribo sobre mi familia son con cierta complicidad, en el sentido de que está muerto o que ya la historia se transformó en leyenda, pero creo que esta (la de ME-O) es una historia que tiene todavía muchos capítulos sabrosos por escribirse.
-En "Los parientes pobres" también incluiste tus apuntes de taller.
-Yo daba muchos talleres, y muchas veces encargaba a los alumnos ejercicios como "escriba esto en tercera o en primera persona", y decía siempre a los alumnos "esto yo no sería capaz de hacerlo, y no lo voy a hacer porque lo hacen ustedes", entonces de repente me entró como un gusto de hacer esto de que yo les decía, así que (mientras escribía el libro) lo hice: algunos (ejercicios) salieron mejores que otros, pero me pareció que nunca lo había visto. Las otras técnicas que uso en la novela ya las había visto, obviamente, pero esto de usar un formato técnico literario no lo había visto. Quizás, por supuesto, hay alguien que lo ha hecho y es famoso mundialmente por eso, pero nunca había visto a alguien que usara el taller literario, y ahora mucha gente va a talleres no va solamente para ser escritor, sino que para formarse, conocerse, intentar contar algo de sí misma y ese es un fenómeno también nuevo, que tuvo que ver mucho con la pandemia, usar la literatura como una forma de autoconocimiento.