Sobrevivientes recuerdan el megasismo de 1960 y experto analiza si Ancud es capaz de enfrentar otro cataclismo
Según el geógrafo Marcelo Lagos, desde la exposición al peligro de tsunamis, "ha habido en el tiempo aprendizajes".
Simplemente el mayor movimiento telúrico jamás registrado por algún instrumento científico en toda la historia de la humanidad. El 22 de mayo de 1960 la destrucción alcanzó Ancud y la ciudad del río Pudeto fue asolada por el más grande tsunami que ha azotado las costas del Océano Pacífico
Tras la catástrofe, una gran cantidad de familias comenzó una nueva vida. Pasadas las 15.30 horas de esa fatídica fecha, se generó el comienzo del cambio más radical para muchos habitantes de la comuna, producto de un gran terremoto y posterior maremoto que arrasó con la costanera de Ancud, casas, negocios, talleres, desde calle Cochrane hasta Lechagua. Junto a ello, cientos de personas desaparecidas.
Se trató de un escenario trágico que, según algunos especialistas, podría volver pero en menor medida. Y es que, aunque no se puede predecir un sismo, sí se puede detectar un tiempo de recurrencia, analizando los datos históricos de estos eventos.
Esos 9,5 en la escala de Richter fue el resultado de una acumulación de energía de más de dos siglos, por ello lo devastador de sus resultados. Han pasado 64 años desde aquel día, y nunca está demás revisar los protocolos de emergencia frente a un evento como este. Pero, ¿está Ancud y su zona costera preparada para una evacuación masiva, en caso de que se repita un sismo y posterior tsunami de gran envergadura?
Historia
Antes de responder esta pregunta, es bueno retroceder un poco el tiempo. Hagamos un poco de historia, ¿que había antes del estrepitoso movimiento de la tierra y la aparición sorpresiva de estas enormes olas en 1960?
Habitaban en Ancud aproximadamente 5 mil personas y en realidad la ciudad era pequeña. Los límites eran la Iglesia San Pío X por el norte hasta lo que hoy es el colegio Chiloé por el sur. La iglesia San Francisco por el este hasta el emblemático Barrio La Arena por el oeste, llamado de esa manera por la cercanía con la playa La Arena en Fátima en lo que hoy se constituye como la población con el mismo nombre.
Precisamente, el Barrio La Arena quedó completamente sumergido, donde actualmente se levanta la población Fátima. La verdad es que Ancud no sufrió tanta destrucción causada por el movimiento de la tierra, sino que fue el mar el peor de los enemigos.
Al igual que otras como la 22 de Mayo o la mencionada y populosa Fátima, la población Inés de Bazán se formó como consecuencia de este maremoto. La gente que perdió sus viviendas ocupó esas casas que les entregó la autoridad. Familias como los Calderón, Alvarado, Rojas, Ruiz, Águila, Ross, Mellado, Leiva, Schulbach, Oyarzún, Mayerovich, Gallardo, Campos Hueicha, González, Nail, entre otras, escribieron su nombre en la historia de Ancud. Pero a pesar del esfuerzo de estos vecinos por mantener esta fecha como una de las más importantes en el recuerdo de los ancuditanos, aseguran que con el pasar de los años, la comunidad cada vez recuerda menos este hecho.
Heriberto González vivía en la actual Población Goleta Ancud, frente al Gimnasio Fiscal. Por aquel entonces tenía 9 años, y de esta manera recuerda cómo fue llegar a habitar la naciente población Inés de Bazán.
"A mí me tocó no cerca del mar el terremoto, pero si lo sentimos. Yo vivía ahí en Ex Línea Férrea donde está la Esso (hoy Petrobras), se puede decir ahí en ese lugar fue terrible, fue un movimiento total, no se sostenía la gente en pie, caían palos de luces, ese tiempo habían palos de madera (tendido eléctrico) que estaban muy cerca de las casas, muchos cayeron. La gente más adulta empezó a caer en el pánico, ¿dónde nos vamos?, unoveía a sus papás muy asustados. Después ya subimos a la Inés de Bazán y toda la historia, pescamos cosas, lo que podíamos", indicó.
Junto a este relato se une el de Teófilo Ruiz, quien rebobina la memoria y cuenta que al momento de la catástrofe estaba en la abatida costanera. El recuerdo no es grato, pero afirma que es un capítulo de la historia que no se puede olvidar.
"A uno le tocó estar en el Barrio La Arena, ahí tuvimos la suerte de estar viviendo todos nosotros. Después vino el terremoto y todos los que estábamos en ese barrio nos recalamos arriba de la población Inés de Bazán, donde había unas casas hechas y nosotros fuimos a arreglar ahí. Yo para el terremoto tenía 14 años, ahora tengo 78, entonces son recuerdos que uno no se le puede olvidar, uno también le da gracias a Dios. Hay mucha gente que falleció ahí y nosotros tuvimos la suerte de sobrevivir", acotó.
Durante los minutos que duró el cataclismo muchos pobladores decidieron ir al encuentro de la muerte, tomar sus botes y hacerse hacia la bahía, creyendo ingenuamente que allí estaría su refugio más seguro.
Julio Mayorga, expoblador del Barrio La Arena, destacado dirigente social y otro de los supervivientes del desastre, añadió que "nadie tenía una experiencia en terremotos de ese nivel, aún no existía esa experiencia y nos quisimos subir al mar, estábamos subiéndonos en un bote en la playa que quedaba detrás de nuestra casa y vino un tío nuestro, Manuel Omar Mansilla Mayorga, mi tío 'Macho' y fue un héroe en realidad, un cabro joven de 16, 17 años. Se subió el morro hasta donde había playa, diciéndole a todo el mundo que no se suban a los botes porque el mar estaba subiendo, ¿quién se lo dijo? creo que se lo dijo un pescador viejo".
Por su parte, Óscar Andrade, presidente de la Junta de Vecinos de Inés de Bazán, sostuvo que estos pobladores mantienen viva la tradición de conmemorar esta fecha que marcó el inicio de este sector en la comuna.
"Esta población nace producto de esta situación, hay sobrevivientes que aún recuerdan con nostalgia y con mucha pena lo ocurrido en esa fecha. Nosotros desde el año pasado estamos realizando una ceremonia en 'alta mar' con la colaboración de la Armada, donde vamos a depositar nuestra ofrenda floral en homenaje a los caídos, o a las personas que ya no están producto de este desastre que ocurrió", expresó el dirigente.
UN NUEVO sismo
Analizando interdisciplinariamente las amenazas por procesos de esta trascendencia, es relevante poder definir lo ocurrido dentro de la ruptura que abarcó desde el Golfo de Arauco hasta la península de Taitao, una zona que liberó casi 4 siglos de energía en el terremoto de 1960, lo cual podría ser bueno.
Para Marcelo Lagos, destacado geógrafo y académico chileno, especialista en procesos naturales extremos, conocido por sus frecuentes apariciones en canales de televisión nacionales para explicar fenómenos sísmicos y geográficos, hay que tener en consideración un punto altamente importante. Y es que erróneamente todas las miradas se centraron y aún se reporta como el gran desastre de la ciudad de Valdivia.
"Lo primero es que el terremoto no es de Valdivia y no es que las ondas hayan llegado hasta Ancud, el terremoto también es de Ancud, el terremoto en rigor es un área que se rompe y esa área va desde el Golfo de Arauco al sur de Concepción, hasta la península de Taitao. Son casi mil kilómetros de largo por 200 de ancho, ese es el terremoto de 1960 y por lo tanto Ancud siempre fue parte de la ruptura, o sea el terremoto ocurrió bajo los zapatos de los habitantes de Ancud, no es que las ondas hayan llegado, fue in situ", puntualizó.
-¿Posibilidades de un próximo sismo?
El terremoto de 1960 fue tan grande que por mucho tiempo el segmento centro sur de Chile, estamos hablando desde el sur, Golfo de Arauco, el sur de Concepción, hasta incluido Chacao, la Isla de Chiloé, Archipiélago de los Chonos, llegando a la península de Taitao, por muchas décadas esta zona no ha tenido un temblor o terremoto sustantivo, porque evidentemente el movimiento de 60' fue tan grande elevó un presupuesto energético acumulado desde 1575. El terremoto más grande del mundo con registro instrumental.
Sumó el profesional que, "sin embargo, ese escenario cambió y el Centro Sur de Chile claramente ya ha dado señales de que está cargada la zona nuevamente y que puede tener sismicidad. Un ejemplo de ello es el famoso y recordado terremoto de Melinka del 25 de diciembre de 2016, que generó daños sustanciales en gran parte de la Isla".
Agregó que "de alguna forma este terremoto que se localiza entre Melinka, Inío e isla Guafo, más menos en esa área ocurrió el terremoto 7,6 y de alguna forma ese es un indicador de que el centro sur de Chile despertó, quiere decir que ya ha pasado un tiempo suficiente como para acumular energía después de 1960 y producir terremotos como lo que pasó ese 2016, por lo tanto la amenaza sísmica, particularmente en el centro sur de Chile y en este caso Chiloé, Ancud, está latente, es un escenario posible".
No obstante, el experto llamó a la calma, puesto que "hay que destacar que es poco probable que el futuro terremoto que vendrá, sea de las mismas características que el de 1960, porque evidentemente para que ocurran eventos tan grandes como el de 1960, por lo menos tienen que pasar unos 250 años para que se acumule suficiente energía", aseveró.
Sobre qué tan preparados se encuentran los ancuditanos ante esta clase de escenario, el especialista fue claro: "Evidentemente todos recordamos y sabemos bien que las partes bajas del sector La Arena en Ancud hoy día no son asentamientos humanos, antiguamente vivía gente abajo y hubo tanto daño en esa oportunidad y también lo mismo con la zona de Pudeto que estaba poblada, expuesta, habitando en esa zona baja el 60', cosa que cambió después del 70'. Por lo tanto, desde el punto de vista de los niveles de exposición al peligro de tsunamis, de alguna forma ha habido en el tiempo aprendizajes".
Adjuntó que "en general en Chile los terremotos no matan personas, lo que matan personas es la vivienda mal construida, mal mantenida, descuidada y eso la verdad es que hoy día es minoría, porque gran parte de lo que está mal hecho se cae con los terremotos y lo otro es que también en Ancud hay un predominio de la construcción en madera y todos bien sabemos que la madera responde muy bien el peligro sísmico, porque es cosa de mirar las imágenes de la época y en 1960 gran parte de las estructuras de madera quedaron en pie y soportaron el terremoto más grande del mundo registrado por instrumentos".
Operaciones
Consultado al Comité Comunal de Operaciones de Emergencia de Ancud (COE), sobre la respuesta frente a estos eventos, el jefe de la Secretaría Comunal de Planificación (Secplan), Alexis Latorre, quien muchas veces ha presidido esta instancia, describió las acciones en las que se ha trabajado para estar alertas.
"Efectivamente las condiciones han cambiado bastante respecto de lo que ocurrió en la década de los 60. El barrio La Arena que prácticamente fue arrasado por el tsunami, hoy día existen obras allí que de alguna forma también traen aparejado -aparte de construir una nueva costanera- obras de mitigación o que retardan de alguna manera, el impacto o mitiga el impacto que podría tener una situación como la que se vivió en su momento", recalcó.
Igualmente, la fuente consignó que "ahora ante situaciones graves de mucha envergadura no hay obra pública que pueda resistir", añadiendo que "Ancud tiene un plan de evacuación que es conocido, que se ha aplicado en varias oportunidades y que de alguna manera da resultado y también tiene una condición geográfica que efectivamente también la deja en condiciones de vulnerabilidad y eso hay que reconocerlo".
"Sin embargo los cambios tienen que ver con la preparación de la comunidad que hoy día es distinta, con los medios de comunicación que hoy día existen y que son capaces de alertar tempranamente, con el servicio de emergencia que se ha implementado a nivel nacional, son muy distintas las condiciones", concluyó la fuente.