Caituy de Achao, una memoria de 40 años en la tradición folclórica de Chiloé
En el gimnasio fiscal de Achao, el grupo Caituy conmemoró 40 años. En la oportunidad expusieron parte del contexto en que surgieron algunas de las populares canciones. Estuvieron el conjunto Llauquil de Quellón, el acordeonista Enrique Millán de Caguach y Aliwén de Villa Quinchao.
Asimismo, en esta jornada memorable se reconoció a integrantes que tienen 25 o más años, como el presidente Armando Torres, la tesorera Doris Álvarez; la fundadora y solista Morelia Yáñez; y Lorena Huichaman.
Su actual director, el profesor Mauricio Yáñez Rogel, explica que es un gran desafío dirigir la emblemática agrupación, como continuador de una historia para la cultura artística de Chiloé que comenzó hace 40 años, cuando Ramón Yáñez -su padre- fundó el conjunto.
Hoy el grupo se compone de una nueva generación que se suma a quienes lo integran desde sus primeros años. El grupo que ha cantado la memoria del Chiloé tradicional y sus cambios a través de canciones, hoy continúa vigente y con nuevos retos.
Por ello, Mauricio Yáñez reflexiona mirando al pasado y al futuro. "Crecí desde niño escuchando la música de Caituy, viendo a mi padre escribir horas, días, noches, meses, musicalizando sus canciones, para luego cuando el conjunto grababa en Santiago, éramos los primeros en escuchar sus temas, en ese tiempo en cassete y más tarde en discos compactos, ese ambiente fue muy familiar", recuerda.
-¿Cómo se logra mantener ese legado?
-Nosotros como gente joven debemos mantener el legado, tenemos la responsabilidad de mantener el sello del grupo, y en lo musical sostener la sonoridad de Caituy, que es algo que necesita dedicación permanente como trabajo musical, para que no se vaya perdiendo esa imagen del perfil sonoro que se ha ganado a través de los años, una impronta que dejó la primera generación que marcó al grupo, con integrantes que hoy ya no están y que se les valora, se les respeta y se les recuerda con cariño.
-¿Cómo usted ha asumido esa continuación?
-Primero asumir esos liderazgos significa estar conscientes de todos los objetivos, entonces al asumir esos desafíos uno tiene que ser responsable, dedicado, cuidadoso en las propuestas que le vamos a dar, sin perder la esencia de la agrupación, para también demostrar el trabajo de estos 40 años, que se reflejan en la proyección escénica que es el grupo hoy.
-¿Cómo se hace esa medición?
-Claramente hay una diferencia de como empezó a como está ahora en la propuesta. Vale decir queremos mantener la sonoridad, generar dentro de la imagen escénica espacios para enfocar el otro lado de Caituy que es exactamente igual de importante, que tiene que ver con visibilizar estos llamados a crear conciencia social, conciencia cultural y que no nos podemos quedar solamente en la cumbia, los valses o lo jocoso.
-¿Cómo se crea esa conciencia?
-Los temas cantados por Caituy en su tiempo resultaron ser una propuesta valiente, para poner en la palestra las temáticas que eran demasiado censuradas. Y escuchando la visión de un padre que escribía esas letras musicalizadas, que pocos quizás no entendían en ese periodo lo que le estaba pasando a Chiloé y lo que iba a suceder. En aquel entonces no se trataba musicalmente estos temas, nadie quería hablar lo que se estaba viendo, que había un problema que había que mostrarlo y Caituy fue un medio para difundirlo donde estaban aquellos mensajes sobre las problemáticas ambientales, laborales. Y eso es lo que hoy día debemos proyectar como generación joven y es la responsabilidad también que tienen los artistas, los músicos, todos quienes hacen arte en Chiloé, por un lado hacer sus creaciones, pero también por otra parte mostrar la realidad, los problemas sociales, los choques culturales que hoy tiene el archipiélago, que van pasando más rápidos que antes.
-¿Cuál es el mensaje sobre el contenido musical y trabajo del grupo en el presente?
-Tenemos que dar espacios a este trabajo, que quizás está un poco oculto y que el común de la gente tampoco lo conoce, por lo tanto es nuestro deber poner de manifiesto para cumplir con la finalidad por el cual fueron escritas esas letras. Con un compromiso de conexión con otros grupos, generando lazos de afecto, de respeto, de ayuda mutua para que haya una motivación en esa línea que sea respetuosa, de manera consciente, con la misma intención que tuvo Caituy hace 40 años, con una juventud actual que despierte para que la gente se de cuenta de estos mensajes y de sentirnos orgullosos que somos isleños.