Comisión de Estado para problema de Estado
A lo largo del jueves 9 y viernes 10 de noviembre, en la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento recibimos testimonios representativos de diferentes personas, vivencias y lugares de La Araucanía ante el conflicto que por tantos años se arrastra de Biobío al sur. Escuchamos y dialogamos con loncos y dirigentes mapuche que nos señalaban el dolor abierto por no ser reconocidos como pueblo, por el despojo y por la histórica discriminación con que deben luchar hasta hoy. Oímos a emprendedoras de localidades apartadas, que ven cómo todas las puertas se cierran cuando la violencia destruye años de trabajo y esfuerzo, no obtienen respuestas de los bancos ni del Estado y sus servicios. También escuchamos a gremios y empresarios mapuche y no mapuche que ven esperanzas para que la economía sea factor común de unión y desarrollo.
Presenciamos estos y más testimonios en Temuco, en la sesión N° 14. Fue la primera en que realizamos audiencias en una de 4 regiones (Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos) a las que dedicamos este trabajo que comenzamos el 20 de julio. Recibimos a comunidades mapuche, autoridades ancestrales, gremios empresariales y víctimas de la violencia, y visitamos en Padre Las Casas a dirigentes de comunidades. Durante 3 mañanas y dos tardes escuchamos a más de 20 personas, el inicio de diálogo profundo y amplio. ¿Son improbables bases firmadas desde el PC hasta el Partido Republicano? Fue uno de los primeros logros -en junio- de todos quienes quieren una solución y salida política a años de frustración. Es un camino largo: 18 meses hasta noviembre del 2024. Será complejo y dificultoso, pero ya dimos otro paso, al recibir estos testimonios y desplegarnos con respeto y solemnidad.
No vinimos a hacer milagros ni a prometer lo que no se va a poder lograr; seremos realistas con las expectativas y posibles soluciones. La comisión no es de Gobierno; es una comisión de Estado, con un profundo sentido político y social. No se necesita menos que un compromiso de esta magnitud para encarar un conflicto que ha dejado dolor y sufrimiento entre gente mapuche y no mapuche. Para eso necesitamos diálogo y nuevas formas de comprender lo que nos ha llevado hasta esta situación tan crítica, sin miedo a que sea incómodo y escuchar versiones que no nos gustan o favorecen. Así podemos construir consensos, y luego principios de solución que puedan, por ejemplo, convertirse en leyes que se aprueben en el Congreso.
Por eso esta comisión está redoblando su quehacer. A las audiencias en terreno se sumará próximamente el canal online, y en marzo los diálogos participativos, para generar las bases de las propuestas. Todos podrán participar. Tenemos esperanza: de todas las personas e instituciones que hemos recibido, ninguna se ha negado a realizar un esfuerzo genuino para contribuir a una salida.