Once miradas para una fecha
Diversos intelectuales reflexionan a partir de la conmemoración de los 50 años del 11 del septiembre de 1973.
Redacción - Medios Regionales
La Fundación Memoria, Debate y Espíritu (FMDE), con conjunto con Insight Comunicaciones convocaron a un grupo de once intelectuales para analizar el Golpe de Estado de 1973 a propósito de la conmemoración de sus 50 años. El resultado fue entrevistas a un grupo de historiadores y pensadores que, con sus particulares miradas, aportan a la reflexión del suceso que marcó la vida del país.
En este grupo se encuentran Daniel Mansuy, Tomás Moulian, Alfredo Jocelyn-Holt, Max Colodro, Patricia Arancibia Clavel, Manuel Antonio Garretón, Alejandro San Francisco, Gabriel Salazar, Sofía Correa Sutil, José Joaquín Fermandois y Ascanio Cavallo, quienes fueron entrevistados y el registro se entregará con acceso libre por el canal de YouTube de la fundación.
Thomas Tamayo, de Insight, explica que "desde el principio del proyecto lo quisimos hacer desde una mirada transversal, por eso, si tú te das cuenta, del sector más de izquierda hay tres premios nacionales: Garretón, Moulian y Salazar, y por otro lado tenemos a Mansuy, que ha marcado la pauta este año con su libro, y a Fermandois y a varios más. Lo que hicimos siempre un principio fue llevar el debate hacia lo intelectual, hacia lo histórico, hacia lo académico, con respeto, con diálogo".
En estas páginas hay extractos de esas entrevistas a personajes tan diversos que algunos de ellos fueron protagonistas de esos años, otros lo vivieron como jóvenes y algunos ni siquiera habían nacido. "Pero, de alguna u otra manera en lo que todos concuerdan es que el 11 de septiembre es un hecho que cambió la historia, que cambió el modelo. Nosotros creemos que estas 11 miradas transversales sí aportan a la discusión histórica, a la discusión con mirada de futuro para aprender de los errores".
"Estamos peor que antes, con una polarización muy fuerte"
daniel mansuy
Daniel Mansuy, doctor en ciencia política, académico de la Universidad de Los Andes y autor del libro "Salvador Allende, la Izquierda Chilena y la Unidad Popular", tiene una visión crítica del momento en que se encuentra el país a 50 años del Golpe. "Por supuesto que es una fecha muy importante y el hecho de que se haya discutido tanto sobre ella, que no sepamos muy bien qué hacer, revela que esa herida sigue abierta, y también revela que en muchos sentidos estamos peor que antes; ni a los 40 ni a los 30 años ni a los 20 años se produjo una polarización tan fuerte".
-En su libro usted plantea que hay dos Allende, el del gesto moral y el otro de los 1.000 días. ¿Finalmente el Frente Amplio se va a lograr decidir por alguno?
-El gesto moral de Allende obliga. Alfredo Joignant dice que la izquierda no "puede sino ser allendista". El punto es si ese gesto moral también pretende que tenga operatividad política. Esa segunda parte de la pregunta es la que, a mi juicio, es muy disruptiva para la izquierda, porque ¿qué significa ser allendista políticamente? La generación que recuperó la democracia es muy consciente de que admirar al Allende del martes 11 no te obliga con querer ser allendista desde el punto de vista político. Por eso esa izquierda está dispuesta a quedarse con Aylwin, que había sido el gran opositor de Allende. Pero el Presidente Boric y su generación nacieron a mediados de los 80. Nacen a la vida política con Ricardo Lagos, con Eduardo Frei, no están atados a esa historia. Ellos creen que ese gesto moral debe tener alguna traducción política. Y ahí es donde, a mi juicio, se extravían, porque simplifican al personaje y no entienden que ese gesto moral, su traducción política es extraordinariamente complicada y disruptiva para la izquierda.
"La UP fue una fiesta que se convierte en un drama"
Tomás Moulian:
Tomás Moulian, politólogo y autor de "Chile actual: anatomía de un mito", sostiene que "para comprender el Golpe hay que entender la Unidad Popular. La UP fue para mí una fiesta que se convierte en un drama, marcado por la guerra que realiza la oposición del Partido Demócrata Cristiano y del Partido Nacional, oposición que lleva al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, donde Allende se suicida".
"La fiesta", según Moulian, abarca las realizaciones que logró el gobierno de Allende sobre todo en su primer año, como son la aceleración de la reforma agraria, la estatización de la banca y la nacionalización del cobre por la unanimidad de los parlamentarios.
Moulian recuerda que "el periodo de la UP fue de enorme crispación. Hay que recordar algunos episodios de esa guerra: el paro de octubre de 1972, que duró un mes, de transportistas, comerciantes, médicos de la salud pública, estudiantes. Los gremios que se lanzan contra el Gobierno y tratan de crear un caos de modo de que Allende se vea forzado a renunciar. Otro episodio de la guerra es el "tanquetazo". Un tercer episodio son las elecciones parlamentarias de marzo de 1973. La oposición de centroderecha trata de obtener 2/3 de los senadores en ejercicio. De obtenerlos, hubiera podido pedirle la renuncia al presidente Allende y sacarlo por la vía legal. No los consiguen. Entonces el único camino que le queda a los conspiradores es esperar el golpe de Estado.
Moulian añade que "era posible la vía chilena al socialismo, pero para ello se necesitaba ampliar el bloque por los cambios. Era necesario agregar más ciudadanos adeptos a la vía chilena al socialismo. Y eso no se consiguió. La Unidad Popular fue una fiesta que condujo a un fracaso".
"El 11 de septiembre resumió toda la historia de Chile"
Gabriel Salazar:
Gabriel Salazar, ganador Premio Nacional de Historia y autor de "Conversaciones con Carlos Altamirano", sostiene que "el 11 de septiembre resumió toda la historia de Chile en esa coyuntura, y, a la vez, recogió toda la energía de la situación internacional también de ese período".
Agrega que es clave entender que tras la II Guerra Mundial "EE.UU. quería dominar Europa, 'satelizarla', convertirla en una especie de colonia para continuar su desarrollo. Pero Europa se le escapó porque optó por la socialdemocracia, no por el librecambismo puro. Estados Unidos, que era el líder mundial porque ganó la guerra, se encontró con que el mercado mundial se achicó. Y quedó solo, como la única potencia liberal. Si no tienes eso claro, no vas a entender nunca por qué ocurrió lo que ocurrió en Chile en 1973", sostiene el historiador.
-A 50 años, ¿cuál es la reflexión que hace usted sobre el hecho en sí mismo?
-Allende triunfa el 70 con un proyecto (político) que era una verdadera utopía, una alucinación política; porque quería utilizar el Estado chileno, que era liberal, se propuso hacer con ese Estado una revolución socialista. Si Allende triunfaba, la socialdemocracia y el populismo en América Latina se iban a radicalizar en términos de un socialismo de Estado. Por eso es que Allende era el peligro, no la UP. No era el MIR, no era el Partido Comunista, mucho menos el Partido Socialista: era Allende. La utopía de Allende era la peligrosa. Entonces por eso tenían que destruir el gobierno de Allende, sí o sí, y reemplazarlo por un país que tenía que instalar un modelo neoliberal perfecto. Y con ese experimento tenían que demostrarle al mundo que el neoliberalismo podría desarrollar también a estos países de tercer mundo.