Preservación de la capa de ozono
Cada 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, fecha que conmemora la adopción del Protocolo de Montreal hace 35 años, cuyo principal objetivo es controlar la producción y el consumo de sustancias que agotan la ozonosfera, hasta eliminarlas.
¿Por qué es tan importante protegerla? Esta es una pequeña fracción de la atmósfera que concentra más del 90% del ozono, siendo la responsable del desarrollo de la vida en el planeta, ya que es donde se produce la absorción de gran parte de la radiación ultravioleta que llega a la Tierra. La radiación UV en pequeñas cantidades es esencial para la vida, sin embargo, la exposición excesiva y de manera prolongada puede provocar serios daños en la salud de las personas y en los ecosistemas terrestres y acuáticos. El ozono presente en la estratósfera (de fórmula O3) es el gas responsable de absorber gran parte de las radiaciones solares de más alta energía, actuando como un escudo protector contra la radiación UV, especialmente sobre los rayos UVB.
Durante años el uso de ciertos productos químicos puso en peligro la existencia de la vida en la Tierra, causando un daño importante sobre esta capa. La liberación a la atmósfera de sustancias perjudiciales denominadas sustancias agotadoras provocó la interrupción del ciclo natural de formación y destrucción del ozono, generando su agotamiento. Una publicación del British Antarctic Survey en mayo de 1985, menciona por primera vez el "agujero de ozono", refiriéndose a la destrucción de esta capa por ciertas sustancias, dentro de las cuales las más conocidas son los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC).
El Protocolo de Montreal (entró en vigor en 1989) ha resultado un gran acierto en materia medioambiental, ya que ha permitido que más de 100 sustancias químicas se comenzaran a controlar con el fin de eliminar su producción y consumo. Todos los calendarios de eliminación se han respetado, incluso algunos antes de lo previsto, convirtiéndose en uno de los acuerdos internacionales más exitosos en el área, logrando además lo más importante: la recuperación gradual de la capa de ozono. Esto demuestra que la cooperación y el esfuerzo internacional conjunto permiten avanzar en materia medioambiental protegiendo la salud de las generaciones actuales y futuras.