Emprendedores entregan su receta para reinventarse en tiempos de pandemia
Reconversión y superación, son parte de los conceptos que han debido utilizar estos vecinos de Ancud para enfrentar la crisis económica derivada del covid-19 y salir adelante. Todo un ejemplo.
Ser emprendedor es un desafío constante. Y probablemente en esta característica radica su principal virtud; día a día los dueños de pequeñas y medianas empresas deben enfrentarse a nuevos retos, encontrando la forma de sobrellevarlos para alcanzar sus metas comerciales.
Esto se reafirma hoy más que nunca, donde muchos emprendimientos se encuentran superando de formas muy creativas una situación tan adversa como lo ha sido -hasta ahora- la pandemia por el covid-19, ya sea para mantener en pie su negocio o para ayudar a las comunidades en las que viven.
Bajo este contexto surgió la creación innovadora en cuanto a la reinvención: no solo preocupaba contraer la enfermedad, también era importante mantener la economía del hogar.
Si hay algo que a los isleños les sobra es la imaginación y fuerza para salir adelante, a pesar de las dificultades. Así lo viene demostrando un grupo importante de emprendedores ancuditanos, que tras recuperarse del duro golpe de ver paralizados sus proyectos, logró salir a flote.
Con las cuarentenas dictadas de forma preventiva por el Gobierno, muchos de los negocios que habitualmente estaban acostumbrados a tratar directamente con el público tuvieron que cerrar sus puertas forzosamente. Es por esto, que varios emprendedores tuvieron que activar su creatividad y pensar en nuevas formas de atraer clientes, algunos, cambiando incluso su modelo de negocios.
Algo que han debieron que hacer varias pymes, fue modernizar su sistema de negocio ocupando las facilidades que entrega el mundo digital. Esta migración ha sido clave para explotar el formato del delivery. Básicamente, lo que hace es llevar a la puerta de la casa cualquier producto que se publicite en internet en páginas que cuenten con catálogos online o en redes sociales.
Es el caso de "Ajo Negro Chilote Melimei", una iniciativa pionera en el mundo de la elaboración del ajo negro, en su variedad allium ampeloprasum o ajo chilote. Ubicados en el sector rural de Manao en Ancud como su centro de operaciones, su éxito se basa en que sus creadores conocen todo el proceso, desde el cultivo orgánico hasta su elaboración en hornos especiales, por lo que existe toda la trazabilidad de un producto de excelencia. Considerado como un superalimento por sus propiedades, ha sido objeto de varios reportajes a nivel nacional.
Así lo relató Gregorio Varas, uno de los propietarios de este negocio familiar, quien indicó que incluso este 2022 ha mostrado más complejidades que al inicio de la pandemia.
"Nuestro rubro no ha estado exento, ha sido difícil, pero ha sido más difícil yo creo este último año, más que al principio, ha estado más complicado. No sé si es por falta de solvencia de parte del Estado que estuvo aportando a la gente, pero ahora ya se nota una baja de ventas", remarcó.
Si bien, la emergencia sanitaria del coronavirus no alteró en sí la producción, dejó en claro que el internet dejó de ser una opción, para transformarse en un imperativo que podía alcanzar nuevas dimensiones.
"Trabajamos con despacho a todo Chile, a través de nuestra página web, Instagram. Hemos tenido que potenciar más las redes sociales eso sí, ese sería cómo el único factor donde hemos tenido que dar un poco más de énfasis", explicó la fuente. Más detalles en la página web www.ajonegrochilote.com, Instagram: ajonegrochilotemelimei y Facebook: Ajo Negro Chilote Melimei.
Otro ejemplo de supervivencia en medio de esta crisis global es la sidra y destilado de manzana, dos productos que la Cooperativa Chilwe ha venido elaborando a partir de la producción agroecológica de manzana chilota, otorgándole valor agregado por su proceso y procedencia ancestral.
Estos productos se han manufacturado en base al cultivo de variedades tradicionales de manzana chilota, el manejo y mejoramiento de las quintas, y un proceso de fabricación de sidra y destilado para su posterior embotellado en la recién construida planta de procesos de la cooperativa, ubicada en el sector Recta Chacao de la comuna de Ancud, gracias al financiamiento de un proyecto de la Fundación para la Innovación Agraria.
De acuerdo a Gicella Saldivia, representante de la entidad, durante la pandemia las principales dificultades fueron "desarrollar el proyecto mismo, porque estamos hablando de un proyecto que parte de cero, de construir una planta de proceso y destilado de manzana; nos tocó ejecutar justamente todo el grueso del proyecto en pandemia, y no ha sido tan fácil principalmente en un principio por el desconocimiento del virus, hacer todo de manera diferente, desde las reuniones virtuales que teníamos que tener con los ejecutivos, proceso de compras, adquisiciones, todo se puso más caro".
En tal sentido, la ancuditana enfatizó en que el poder salir a flote "es un logro importante, y también nos reafirma el camino que transitamos como agricultores. Actualmente que ya estamos en el proceso de producción, lo que más nos ha costado también es retomar el proceso de comercialización. Hoy día tenemos que adaptarnos a la tecnología, otros mecanismos para comercializar; en esta pandemia nos hemos ido dando cuenta del valor, la importancia de la buena alimentación, de ofrecer a los consumidores productos saludables". Más información Instagram: cooperativa_chilwe y Facebook: Cooperativa Chilwe.
Creación
Otra protagonista de estas historias es Jessica Cárcamo, propietaria de "Surya Diseños", un emprendimiento dedicado a la creación de vestuario donde cada diseño es una pieza única, intervenida con técnicas textiles manuales y dibujos originales, pensados para cada colección. Poleras, polerones, buzos, bandanas, cintillos, sombreros, disfraces, zapatos ergonométricos y mucho más, son parte del catálogo que se ofrece, dirigido especialmente para niños, pero también con alternativas para adultos.
"Es todo a pedido, la gente me dice 'necesito un polerón de esta forma, de estos colores' o me mandan alguna foto referencial de lo que más se acerque a lo que ellos quieren, entonces es de confección y diseño de vestuario más que nada de niños, accesorios también y trato de ocupar como todas las telitas, de aprovecharlas para hacer otras cosas como moñitos, cintillos y esos mismos retazos rellenar cojines, tratando de utilizar lo que va sobrando", detalló.
Para esta isleña, el nuevo coronavirus significó pasar de la crisis a una oportunidad. La llegada de la enfermedad vino con algunos cambios que llegaron para quedarse y con ello, nuevas medidas sanitarias que han generado otras maneras de plantear la vida social en el país. Un ejemplo de esto es el uso de mascarillas, un elemento clave en esta historia.
"Al principio cuando empezó la pandemia esto fue lo que me mantuvo a mí, porque yo trabajo en colegios, soy tallerista de clases de yoga. Yo empecé a hacer mascarillas de tela, con eso sobreviví los primeros meses que quedé sin trabajo, y cuando ya mucha gente empezó a hacer mascarillas, empecé a hacer calzas y todas las cosas que hacía antes", esgrimió. Si quiere cotizar o mandar a crear un atuendo especial, puede visitar las redes sociales. Instagram: suryadiseños y Facebook: Surya Diseños.
Si de reinvención o reconversión se trata, Demmis Hennings también tiene algo que contar. Nacido en Santiago pero ancuditano por adopción, se radicó en tierras insulares hace casi una década, haciéndose conocido inicialmente por la creación de exquisitos sándwich con nombres propios de lugares turísticos ancuditanos como un "Mar Brava" o un "Ahui".
Comenzó con un carrito en la plaza de armas, para luego continuar con un local con capacidad para recibir a más comensales denominado Ajo Sanguchería. El 2020 debió cerrar sus puertas a causa de las medidas sanitarias en el contexto pandémico, lo que trajo consigo variadas consecuencias. Pero como dice el dicho "no hay mal que por bien no venga", la emergencia sanitaria trajo consigo un nuevo destino; junto a su familia creó la primera panadería artesanal de pan elaborado con masa madre, sin aditivos, a través de la fermentación natural de la harina, lenta y compleja, pero con resultados inmejorables.
"Es una panadería distinta a todas. Ocupamos solo agua, harina y sal en las preparaciones, y el tiempo, el tiempo que le damos a los panes, el tiempo que necesita la masa madre para poderle dar un pan de un kilo o más pequeños. Sacamos pan todos los días, una variedad de 10 a 15 panes aproximadamente, los más clásicos como francés y marraqueta, hasta las hogazas 100% integral, multisemillas, con nueces, ciruelas, una buena variedad de panes y eso le ha gustado harto a la gente", acotó.
"Cambiamos de rubro, un cambio grande en realidad para lo que veníamos haciendo hace muchos años. Nosotros habíamos trabajado con el tema de los panes distintos, porque en la sanguchería no encontrábamos panes en Ancud que necesitábamos para esos sándwich, y ahí nació un poco la idea de tener este tipo de panadería. Y si tuvo algo bueno la pandemia, fue que nos empezamos a meter más de lleno en el tema de las masas madre, de los fermentos naturales y todo eso", indicó. Este abanico de posibilidades lo puede ubicar en calle Baquedano #90, frente al Polvorín y en el ciberespacio mediante Instagram: ajopanaderiaartesanal.
Rubro
Probablemente uno de los sectores más afectados por el covid-19 junto al turismo, sea el rubro de la gastronomía. El hecho de que bares, pubs y restaurantes cerrasen sus puertas durante meses, acarreó daños que en algunos casos fueron irreparables. Claudio Stange también es un sobreviviente a este y otros trances.
Este ancuditano es propietario de "La Casa Growler & Restobar" pub-restaurante, inspirado en la histórica cervecería Mücke. El local emplazado en calle Pudeto, fue especialmente reacondicionado para convertirlo primero en el "Pub Oh y Cervecería Tantauco". Después de un devastador incendio en el 2016, el dueño decidió volver reconstruir el lugar.
"Tenemos presentación de platos como el caso del almud, que resalta mucho el tema del patrimonio local porque el almud solamente se ve en la Isla de Chiloé para venderte una cantidad de verduras por ejemplo", destacó el emprendedor.
Junto con ello, el empresario enfatizó en las mutaciones que experimentó este sector productivo durante lo que ha sido este periodo de covid y todas sus restricciones.
"La pandemia fue complicada en cierta medida porque obviamente el no abrir es el peor negocio que hay, y fueron 17 meses. Nosotros en 17 meses optamos por el cuidado de nuestros colaboradores, tratamos de no abrir para no arriesgar la salud de ellos, y aquí se dejó a la mayoría del personal del local", precisó la fuente4.
En cuanto a las modificaciones en la forma de atención en estos momentos, Stange explicó que "el tema de los QR, aforos, el tiempo máximo que eran dos horas que la persona podía permanecer en una mesa, el tema de los servicios, fue todo un tema nuevo y harta fiscalización también del Ministerio de Salud". La Casa Growler está en Pudeto #415, además de Facebook como La Casa Growler e Instagram como lacasagrowler415.
"Trabajamos con despacho a todo Chile, a través de nuestra página web, Instagram".
Gregoria Varas,, uno de los dueños de, Ajo Negro Chilote Melimei