Nicolás Labra G. - Medios Regionales
La esperanza de que Sudamérica vuelva a recibir un Mundial está en marcha. La semana pasada, la ministra del Deporte, Alexandra Benado, viajó a Paraguay para reunirse con sus pares de ese país, Argentina y Uruguay, para reactivar la mesa de trabajo que se creó en 2019 con la idea de presentar una candidatura conjunta de los cuatro países que acoja el Mundial 2030.
Tal año será un fecha clave para el fútbol planetario porque ese año se conmemorarán los 100 años del primer Mundial, realizado en Uruguay.
"Postular a una sede mundial para el 2030 no es un proceso sencillo, implica trabajo, coordinación y esa es la idea, coordinar un proceso serio, responsable, para ser un candidato competitivo para el resto de las federaciones", comentó entonces la secretaria de Estado
El principal oponente de la candidatura sudamericana es la propuesta ibérica de España y Portugal, que pretende ofrecer 14 sedes, 11 en España y tres en Portugal, aunque lo mínimo que solicita la Federación Internacional de Fútbol Asociado son 12.
Exigencias
A simple vista, los recintos de ambos países europeos sacan ventaja a los de este lado del mundo por capacidad, infraestructura y requisitos asociados por temas de hotelería y transporte, por ejemplo.
FIFA exige, de entrada, recintos con una capacidad mínima de 40 mil espectadores para recibir partidos de la fase grupal y hasta cuartos de un Mundial. Con ese parámetro, solo el Estadio Nacional (46.190 personas) y el Monumental (43.667 personas), ambos en la Región Metropolitana, cumplen ese piso.
Para recibir una semifinal, se pide estadios con capacidad de 60 mil personas, y para el inaugural y la final ese requisito se eleva a los 80 mil espectadores, perfil que, por ejemplo, cumple el MetLife Stadium en East Rutherford, cercano a Nueva York, con 82.500 mil butacas, lo que lo transforma en gran candidato para tener la final del Mundial 2026.
El aforo es uno de los variados requisitos a cumplir para ser aprobado por FIFA. Otros son, por ejemplo, que cada recinto debe tener un espacio de estacionamientos con plazas para un mínimo de 5.000 autos en los alrededores del lugar. Debe existir, también, calles con accesos directos a los lugares, y la disponibilidad del estadio con una fecha mínima de un mes antes del inicio del torneo.
En materia de infraestructura de apoyo, se requieren entre tres a cuatro hoteles de cinco estrellas que estén a menos de 50 kilómetros de los recintos asignados de esa ciudad, condición que tiene, por ejemplo, el Hotel Sheraton en Providencia.
La ciudad también debe tener un aeropuerto en un radio de 40 kilómetros del o los estadios, misma distancia para presentar un mínimo de cuatro subsedes -centros de entrenamiento- como alternativas para que los países puedan entrenar previo a sus encuentros.
FIFA pide, en total, 72 opciones como subsedes y un número cercano a 64 gimnasios de máxima categoría para las delegaciones de los participantes.
Otro factor a tener en cuenta que es el ente rector del balompié solicita adecuar lugares públicos en espacios abiertos para recibir a miles de hinchas que no tengan tickets y que quieran ver los partidos en pantallas gigantes en las llamadas fan zones.
Otros recintos
Dos de los recintos que se podrían ampliar en Chile y cumplir ese estándar de 40.000 butacas son el Ester Roa Rebolledo de Concepción, que tiene 29.591 asientos, y el de Valparaíso, con 23.062 espectadores de capacidad.