Trabajan en restaurar los bosques siempreverdes de islas menores y recuerdan amenazas en todo Chiloé
Tras reciente jornada internacional, explican proyecto que se ensaya en las islas Lemuy y Quinchao, a la vez de insistir en los viejos problemas de la degradación y la deforestación.
Desarrollar una estrategia de restauración que permita recuperar los bosques siempreverdes de territorios insulares del sur de Chile, especialmente en las islas menores del Archipiélago de Chiloé, Calbuco y Palena, es el principal objetivo que persigue el proyecto "Métodos para la restauración de la capacidad de resiliencia de bosques siempreverdes insulares del sur de Chile", iniciativa ejecutada por el Instituto Forestal (Infor), organismo adscrito al Ministerio de Agricultura, y financiada por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo (FIBN) de Conaf.
Tal proyecto en tiempos actuales cobra un mayor realce, sobre todo considerando las cifras que muestran el deteriorado estado en que se encuentran estos sitios en las islas de Chiloé y provincias cercanas.
Así lo comentó Jan Bannister, encargado del Programa de Investigación en Restauración de Ecosistemas Forestales Nativos del Infor. "Dentro de este proyecto estamos en varias líneas de trabajo; la primera es el diagnóstico de los bosques que quedan en las islas menores y estudiando los últimos remanentes de bosque adulto que quedan en esas islas, que están en muy mal estado de conservación, entonces hay que estudiar estos últimos bosques que van quedando para saber cómo funcionan y de esa forma alimentar con información la otra línea de trabajo que tiene que ver con la restauración de estos bosques", indicó el ingeniero forestal.
Junto con ello, el profesional manifestó que "en esa línea de trabajo de restauración nosotros el año pasado ya establecimos dos ensayos de restauración, uno en la isla Lemuy y otro en la isla de Quinchao con coigüe, con olivillo, probando distintas técnicas de establecimiento, de plantación, de tal forma de poder saber cómo se pueden plantar estas especies de la forma más eficiente, y favoreciendo su sobrevivencia y crecimiento".
Asimismo, Bannister explicó que la estrategia que utiliza el proyecto no solo aborda aspectos científicos y técnicos, sino que también considera un fuerte componente de participación de las comunidades de esos territorios. "Por otro lado, está la tercera línea que estamos empezando ahora a ejecutar que es el tema de la participación con la comunidad, donde se va a hacer un estudio de cuáles son los servicios ecosistémicos que más le interesan a las personas de las islas, cuáles son los más importantes, cómo estos se han visto afectados ante la cada vez menor cantidad de bosques que quedan en las islas", resaltó.
En este contexto, el también doctor en Recursos Naturales por la Universidad de Friburgo, Alemania, resumió que "la idea es que estas tres líneas de trabajo se van a una estrategia para restaurar los ecosistemas forestales de las islas menores".
Según el investigador, luego de varios siglos de historia de degradación, los bosques han sufrido una fuerte fragmentación, la cual ha ocurrido producto del clareo para la habilitación ganadera, agrícola y producción de leña. Estos archipiélagos, que incluyen sobre 100 islas menores, con aproximadamente 20 mil habitantes, contienen ecosistemas forestales que debido a su larga historia de uso han perdido su capacidad de resiliencia para producir bienes y servicios.
A lo anterior se suman datos del catastro de vegetación de Conaf, que señalan que solo el 43% de la superficie total de las islas menores está cubierta con algún tipo de bosque, el cual se encuentra muy degradado y el 80% de las ínsulas tiene menos de un 10% de su superficie con bosques en condiciones de relativa buena conservación.
Afectación
Según la visión de especialistas, son varias las acciones en contra del bosque nativo que podrían afectar gravemente las funciones ecológicas vitales del medioambiente. Factores como la tala de especies nativas -principalmente para leña- están alterando considerablemente la estructura del paisaje.
El estado de la cobertura forestal y el uso de suelos boscosos reflejan un grave deterioro causado por la destrucción y transformación de los bosques nativos para los fines antes mencionados. De acuerdo a cifras publicadas en el libro "Tepuales, tesoro de Chiloé y la Patagonia insular" del Instituto Forestal de Chile, en la provincia el consumo de leña de tepú se acentúa aún más, según datos de Conaf (2016).
"En Chiloé existe un total de 632.200 hectáreas de bosque nativo, lo que representa un 68% del total de la superficie provincial (incluyendo tipos forestales siempreverde, alerce y ciprés de las Guaitecas). Los bosques dominados por tepú o con presencia de esta especie en la provincia de Chiloé alcanzan a 385.406 ha, es decir, un 61% de los bosques nativos del Archipiélago. La ciudad de Castro, con solo 43.306 habitantes (INE, 2012) consume cerca de 130 mil m3/año de leña y un 27% de este volumen corresponde a tepú (Neira y Bertín, 2009)".
Álvaro Montaña, geógrafo e integrante del Movimiento Defendamos Chiloé, enfatizó en que existen dos grandes procesos con los bosques insulares: "La degradación del bosque y el proceso de deforestación, ambos son graves; el de deforestación es la pérdida del bosque y el de degradación es la pérdida de componentes del bosque, componentes funcionales, estructurales de la biodiversidad del bosque".
Adhirió el activista que entre las amenazas está "la habilitación de praderas para uso ganadero; por otra parte, la extracción de madera y leña que conforman parte de nuestras necesidades domésticas y vitales pero que son también un problema; la fragmentación del bosque nativo, básicamente por la apertura de los caminos, de nuevos cercos, de nuevos senderos y, por cierto, la ocurrencia de incendios forestales; a mi juicio, esas son las principales amenazas".
En esta misma línea, Montaña detalló que existe una serie de propuestas por parte de grupos ambientalistas para hacer mucho más sostenible la vida de los bosques. Entre ellas destaca una legislación forestal para la tipificación de los delitos ambientales y específicamente la creación del delito forestal, además de una eficiencia energética que se traduce en políticas, planes y proyectos que busquen el reacondicionamiento térmico de todas las viviendas antiguas y edificios públicos, con carácter de urgente para la provincia de Chiloé.
De igual modo se incluye una fiscalización -basada en el aumento de presupuesto, equipamiento y capacidades humanas, profesionales y logísticas- a las instituciones responsables de fiscalizar la tala de bosques nativos conforme a planes de manejo, el transporte de leña y madera y los lugares de venta.
Otro tema no menor, a juicio de Montaña, sobre todo dados los acontecimientos registrados en el territorio insular en los últimos años, es una estrategia de prevención nacional y control de incendios que abarque una política nacional de prevención de siniestros y dotación de medios, recursos humanos y técnicos de combate aéreos de incendios para la provincia de Chiloé, especialmente durante los meses de verano y de preparación previa a la temporada seca.
parcelaciones
Para Daniel Pantoja, presidente de la Federación de Uniones Comunales Rurales de Chiloé (Feucoruch), llama la atención la impunidad con que muchos individuos extraen madera de bosque nativo de forma indiscriminada, sumado desde ya hace algún tiempo el aumento de parcelación de terrenos para distintos uso, entre ellos la venta.
"Reforzando el tema de la tala ilegal de bosque nativo, la poca fiscalización que hay porque no hay recursos para fiscalizar, se agrega otro elemento aún tan amenazante quizás más como el anterior, que tiene que ver con la explosiva parcelación que se está haciendo en el Archipiélago de Chiloé", repasó el dirigente.
En este aspecto, Pantoja adjuntó que "hoy día vemos un crecimiento exponencial de campos que se están comprando para parcelarlos en miniparcelas de media hectárea, atentando y amenazando los bosques nativos".
Consultada la Corporación Nacional Forestal sobre el tema, Jorge Aichele, director regional de la institución, anunció acciones a ejecutar por la entidad. "Desde el punto de vista de lo que es bosque y cambio climático, este año vamos a seguir trabajando con el programa de reactivación en el que tuvimos igual hartas actividades el año pasado en Chiloé, con el mejoramiento de bosques, enriquecimiento de bosques, mejoramiento de senderos turísticos que ya estaban certificados con la Ley de Bosque Nativo", enunció, acotando que lo último permite emprendimientos en predios.
Sumó el personero que "además estamos trabajando junto a la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, por sus siglas en inglés) con el proyecto justamente de cambio climático, y con ese proyecto vamos a estar trabajando en toda la región y también en Chiloé, y va como en la misma línea de lo anterior, enriquecimiento de bosques y bosques que han sido degradados".
Finalmente, Aichele remarcó que "respecto a lo que es incendio, la temporada afortunadamente en este tiempo baja, pero sin embargo tenemos muchas actividades que son de educación, orientadas principalmente a lo que son colegios y todo lo que son juntas de vecinos para lo que es la prevención de incendios forestales".
"Se va a hacer un estudio de cuáles son los servicios ecosistémicos que más le interesan a las personas de las islas".
Dr. Jan Bannister, del Infor.