Tras ataques a civiles en Mariúpol se abre opción de cita de Putin con Zelenski
Rusia condiciona reunión a que Ucrania se declare neutral y se aleje de la OTAN, algo a lo que se abrió Kiev. El bombardeo a hospital infantil provocó el repudio internacional. El Kremlin justificó que era un centro de "radicales".
Agencia EFE / Leo Riquelme - Medios Regionales
Un día después que el mundo reaccionara con escozor ante los ataques a un hospital pediátrico de Mariúpol, la ciudad costera ucraniana sufrió ayer nuevos bombardeos con víctimas civiles, en una jornada en que las negociaciones entre representantes de Ucrania y Rusia no registraron avances, aunque se abrió la opción de propiciar una reunión entre los presidentes Volodímir Zelenski y Vladimir Putin.
"Mala mañana en Mariúpol otra vez. Ataque aéreo en una ciudad pacífica de nuevo. Hoy en el área de la avenida Budivelnikov, las fuerzas de ocupación rusas dispararon contra los residentes desde aviones", posteó el municipio en su cuenta de Telegram.
Al menos una persona murió en el hecho. "Los nazis continúan destruyendo Mariúpol, que no se rindió al enemigo. Y no se rendirá", advirtió la administración, que más tarde añadió que las bombas destruyeron varios edificios residenciales en la mañana.
"Hay impactos en el edificio de la Universidad Técnica Estatal de Azov en el centro de la ciudad. También se registró el bombardeo en la zona del Teatro Dramático", apuntó.
Los ataques se produjeron después del que afectó el miércoles a un hospital infantil en el que, según el ayuntamiento, fallecieron tres personas, dos de ellas menores, y 17 resultaron heridas.
"Mariúpol está siendo asediada. El bombardeo de un hospital de maternidad es un atroz crimen de guerra", tuiteó el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
El miércoles el Kremlin dijo que no tenía claridad sobre el hecho, lo que ayer -tras las expresiones de repudio de líderes occidentales- fue justificado por el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
"Este hospital pediátrico fue retomado hace tiempo por el batallón de Azov y otros radicales, y todas las mujeres que iban a dar a luz, todas las enfermeras y todo el personal de apoyo habían sido expulsados", respondió.
Mariúpol, una ciudad de unos 500.000 habitantes, es una de las urbes que más está sufriendo los ataques y el asedio de las tropas rusas desde que empezaron la invasión el 24 de febrero. Unos 1.300 habitantes de esa ciudad han muerto, aseveró el vicealcalde Piotr Andriúschenko.
"Todas las farmacias y tiendas fueron saqueadas hace cuatro o cinco días. Algunas personas tienen comida, pero no estoy seguro cuanto va a durar. Muchos dicen que no tienen comida para los niños", lamentó el jefe de la oficina de la Cruz Roja en la ciudad, Sasha Volkov.
negociaciones
El ministro Lavrov aseguró ayer que existe la posibilidad de que los presidentes Putin y Volodímir Zelenski conversen sobre el conflicto.
Tras reunirse en Turquía con sus homólogos ucraniano, Dmitro Kuleba, y turco, Mevlut Cavusoglu, Lávrov afirmó que Putin está dispuesto a un encuentro con Zelenski si esta reunión aporta un "valor añadido" y sirve para llegar a una solución y para "fijar acuerdos concretos".
Agregó que en las rondas anteriores, celebradas en Bielorrusia, se dejó muy claro lo que hay que hacer para acabar con el conflicto en Ucrania, y que según él pasan por la desmilitarización y la "desnazificación" de ese país y garantizar su estatus neutral.
Subrayó que la parte ucraniana había asegurado que daría una respuesta y añadió que lo discutido en esas rondas es lo prioritario, bajándole el peso a la reunión sostenida ayer.
En las exigencias rusas es fundamental que Kiev desista de ingresar a la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, aseguró que su país estaría dispuesto a mantenerse fuera si las Naciones Unidas y la propia Rusia garantizan un marco de seguridad tan amplio como el que le proporcionaría la Alianza.
"Es algo que estamos dispuestos a discutir", mencionó tras reunirse con Lávrov, cita en la que no se avanzó en la apertura de corredores humanitarios ni en un alto el fuego.
Kuleba recordó que una eventual entrada en la OTAN está contemplada en la Constitución de su país pero también que es consciente que eso no va a pasar "en un abrir y cerrar de ojos", y ni siquiera en un "futuro cercano".
"Ha sido una parte consistente de nuestra política unirnos eventualmente a la OTAN como un miembro pleno, y disfrutar de la garantías de seguridad" que proporciona", explicó, pero también se mostró dispuesto a discutir la posibilidad de llegar un acuerdo sobre un "sistema de garantías similar" que tuviera el respaldo de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, incluida Rusia, y de todos sus países vecinos.
Añadió que se ha comprobado que la OTAN no está dispuesta a "actuar colectivamente para parar la guerra y proteger a civiles en Ucrania de los bombardeos aéreos de Rusia (...). Esto plantea la cuestión de cómo garantizar la seguridad de Ucrania entre ahora y una eventual entrada en la OTAN (...)". "La guerra está pasando ahora. De momento es nuestro ejército el que asegura nuestra seguridad, y la gente de Ucrania la que se está sacrificando para garantizar la seguridad", consignó el ministro.
De visita en Polonia, país que ha recibido a un millón de ucranianos que huyen de la invasión, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, anunció la entrega de dos baterías de sistemas antimisiles Patriot para el ejército polaco -como parte de su alianza en la OTAN- y de US$50 mil millones en ayuda humanitaria para Ucrania.
"Hemos prestado apoyo militar, humanitario y de seguridad y este es un proceso que está en curso", expuso la alta funcionaria de Washington.