Estudio destaca que bosque chilote y su suelo son fundamentales en la lucha mundial contra el cambio climático
Ecosistema templado lluvioso local absorbe más carbono que la Amazonia y que 17 parques de la Patagonia chilena, elemento fundamental en el calentamiento global, pues al devolverlo al aire -con la quema de árboles, por ejemplo- la Tierra captura más radiación y, con ello, suben las temperaturas.
La disminución en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la crisis climática en el planeta. De hecho, es un desafío que mantuvo reunido a decenas de científicas, científicos y delegados de diversos países en el marco de la COP26, realizada el año pasado en Glasgow, Reino Unido.
Metas como detener y revertir la deforestación al 2030 se han levantado con fuerza en el escenario internacional, generando, a su vez, múltiples debates sobre el foco y eficacia de medidas que pueden ser tardías ante la emergencia climática.
Sin embargo, los ecosistemas naturales nos están ayudando a afrontar este desafío. Así lo verifica el estudio "Factores bióticos y abióticos de las reservas de carbono, nitrógeno y fósforo en un bosque tropical templado" (traducido), liderado por Jorge Pérez Quezada, investigador de la Universidad de Chile y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).
El trabajo fue publicado en la revista especializada Forest Ecology and Management y exploró 33 sitios del bosque templado lluvioso en la Estación Biológica Senda Darwin, ubicada en la comuna de Ancud, con mediciones realizadas entre 2014 y 2017.
Fue así como, según el científico, "se reveló que los bosques chilotes almacenan 1.072 toneladas de carbono por hectárea. En esta investigación realizamos una medición y evaluación muy completa de todas las reservas de carbono presentes en el bosque. Utilizamos modelos alométricos existentes para estimar el carbono almacenado en los árboles, que es lo más frecuente en estos estudios, pero también medimos cuánto carbono hay en el suelo, en la hojarasca, la vegetación pequeña a ras de suelo y en las plantas epífitas, que son aquellas enredaderas que crecen sobre los árboles".
En el estudio se registraron parámetros de masas forestales durante el verano austral, específicamente en enero, en 33 parcelas circulares de 10 metros de diámetro. "Encontramos que la mayor cantidad de carbono acumulado se encontraba en el suelo, con 730 toneladas por hectárea, una magnitud que nos llamó la atención también al compararla con otros ecosistemas", compartió el ingeniero agrónomo por la U. de Chile y doctor en Ecología por la University of California-Davis.
La particularidad de este hábitat es que se trataría de "un bosque nativo y viejo, que habría crecido sobre una antigua turbera, a partir de la cual se habría formado un suelo muy rico en nutrientes orgánicos, y diferente al de otros bosques templados del mundo, tanto así que al caminar sobre este se puede percibir una especie de vibración, como si caminásemos sobre cojines", comentó Pérez.
Como referencia, según la National Geographic Society, el rango promedio de carbono total (suelo y bosque) en la Amazonia está entre los 193,5 ton de C/ha (carbono por hectárea) y 206,47 ton de C/ha en las áreas naturales y protegidas, además de cuencas y territorio indígena de este gigantesco territorio sudamericano.
A su vez, la Tompkins Conservation Chile reportó en su momento que las 11,8 millones de hectáreas protegidas de los 17 parques nacionales que forman la llamada Ruta de los Parques de la Patagonia, entre Puerto Montt (Los Lagos) y Cabo de Hornos (Magallanes) significan 6.608 MtC (millones de toneladas de carbono) considerando biomasa vegetal y suelo, con un resultado de 558 ton de C/ha, es decir, casi tres veces más que la Amazonia por hectárea. Y respecto al estudio chilote, ello se eleva a cinco veces.
¿Por qué es importante esto? En los sistemas ecológicos de la Tierra el carbono (C) queda retenido en la biomasa viva o cantidad de materia vegetal, en la materia orgánica en descomposición y en el suelo, desempeñando un papel importante en el ciclo de este elemento. Al quemar, por ejemplo, los bosques y la turba se devuelve al aire el carbono almacenado originalmente, y con ello hay contaminación e implica que la atmósfera calienta más la superficie terrestre al poder capturar mayor radiación terrestre. Lo mismo sucede con los combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón.
gaxiola
También científica del IEB, Aurora Gaxiola, académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile y doctora en Ecología de la Universidad de Cambridge, destaca los hallazgos de la investigación en que colaboró.
"Los bosques no son solo árboles, sino ecosistemas mucho más complejos, que incluyen a una gran biodiversidad de especies y elementos fundamentales como el suelo y las raíces, que además proporcionan servicios importantísimos para el almacenamiento del agua. En ese sentido, el trabajo resalta la importancia de suelo como gran reservorio, clave también en la fijación de carbono. Por esta razón, la investigación también es un llamado a valorar y proteger con fuerza a nuestros bosques viejos y fortalecer la relación planta y suelo, tan vital para la regulación de ciclos naturales", aseveró.
En ese contexto, el doctor Pérez sostiene que la mayor amenaza para el bienestar de los suelos y su función en la captura de carbono, son los incendios. "Se pierde más de un 80% o 90% del carbono acumulado en los árboles y suelo, y luego se sigue perdiendo aún más, porque el suelo queda descubierto y continúa erosionándose. La tala de árboles también es otro factor clave. Por todo ello es que en Chile urge que se puedan regular los cambios de uso de suelo, y que los planes de manejo existentes cuenten con una verdadera y adecuada fiscalización", mencionó.
De hecho, en las conclusiones del estudio apuntan que "creemos que nuestros resultados proporcionan evidencia de apoyo sobre la importancia de preservar y restaurar estos bosques y ecosistemas".
bannister
Así lo entiende Jan Bannister, investigador del Instituto Forestal (Infor) e ingeniero forestal por la Universidad Austral de Chile. "El estudio es súper importante porque demuestra una vez más la importancia que tienen los bosques de Chiloé y sobre todo por la importancia en los lugares en que se almacena mucho carbono tanto en el bosque como en el suelo. Los resultados son un indicador más de la complejidad que tienen los bosques de Chiloé y la relevancia de la deforestación y con este estudio se demuestra que los bosques de Chiloé no solo son importantes para Chiloé, sino que tienen una importancia a escala global porque todo el tema del cambio climático es importante para el mundo entero", calificó.
Además, "uno ve todo el tema de la extracción de leña que pasa sobre todo en la zona sur de Chiloé que, justamente, están los bosques más complejos, según estudios del Infor. Por ejemplo, la mayor superficie de tepuales se encuentra en la zona centro hacia el sur (desde Castro hacia Quellón), donde existe una extracción que destruye todo y no solo destruimos Chiloé, sino que tiene un efecto a nivel global", reveló el doctor por el Instituto de Silvicultura de la Universidad de Freiburg, Alemania.
Por último, el líder del estudio, Jorge Pérez, también fue parte del Comité Científico COP25 -convocado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en 2019- que elaboró un informe sobre esta materia, junto a una serie de recomendaciones, que igual recalcó "finalmente no fueron incluidas en su totalidad, ya que las plantaciones forestales fueron incorporadas dentro de la estrategia de Chile para mitigar el cambio climático, de las cuales se sabe que no contribuyen a capturar carbono en el largo plazo".
"Es un bosque nativo y viejo, que habría crecido sobre una antigua turbera, a partir de la cual se habría formado un suelo muy rico en nutrientes".
Jorge Pérez, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad.