"No miren arriba": la sátira del cometa que cae en Chile
Netflix estrenó la última película del director Adam McKay, un festín protagonizado por DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep que busca alertarnos en tiempos de abulia,fake newsy redes sociales.
Andrés Nazarala
Un cometa caerá sobre Chile en menos de seis meses. Esto provocará tsunamis que arrasarán con el planeta entero. Lo descubre una sarcástica estudiante de Astronomía (Jennifer Lawrence) con problemas de autocontrol que es apoyada por un profesor nerd (Leonardo DiCaprio). El objetivo es alertar a la población y a las autoridades, quienes podrían frenar una colisión letal. El primer obstáculo es el mundo político. No les va bien en la Casablanca, donde son recibidos por una presidenta de extrema derecha (Meryl Streep) y su hijo (Johan Hill), el jefe de su gabinete, quienes están preocupados por la reelección y también en frenar un escándalo mediático. ¿Qué queda? Los medios. En el noticiero que los acoge, los conductores (entre ellos, Cate Blanchett) alivian la noticia con bromas y le dedican más tiempo a un escándalo que pareciera ser más relevante: la ruptura sentimental de una insufrible cantante pop, interpretada por Ariana Grande. En una radiografía sarcástica de nuestros tiempos como es "No mires arriba" (ya está en Netflix) no podría faltar un tecnócrata, al estilo de Elon Musk, llevado a la caricatura por Mark Rylance.
Al director Adam McKay le gusta incomodar al poder desde el corazón de Hollywood. Ya lo hizo en "The Big Short", película centrada en la crisis económica de 2007, y más tarde en "Vice", sobre el cuestionado Dick Cheney. Toda su obra tiene, sin embargo, la poca peligrosidad de un discurso antisistema pronunciado en la entrega del Oscar. Esa comunidad progresista del cine estadounidense que atacaba Donald Trump busca ahora ironizar a través de una película que parece una fiesta de disfraces de millonarios. Lo que no es necesariamente un problema. La historia de Hollywood está repleta de directores, productores y guionistas que han deslizado críticas mordaces desde la comodidad. Sin ir tan lejos, Stanley Kubrick es responsable de una de las sátiras más brillantes del cine: "Dr. Insólito".
El problema de McKay es que su humor es demasiado estereotipado como para que nos atrape. Aunque no todo está perdido, hay un par de buenos gags y, en general, se puede ver. "No miren arriba" nos hace pensar en las complejidades de la sátira, un género que la escritora Molly Ivins definió como "un arma de los que no tienen poder en contra de los poderosos".
En toda obra satírica uno debería poder identificar rápidamente a los villanos, sin miedo a los estereotipos, pero la misión es, desde ahí, llevarnos a algún lugar inesperado. McKay no logra hacerlo del todo. Los temas preocupantes que busca valorar -especialmente después de las últimas alertas sobre el cambio climático- quedan enterrados en un show que no busca ir más allá. La buena sátira debe ser siempre cáustica y urgente, dejar un gusto amargo en el paladar a pesar de las risas, epatar a la sociedad en busca de acción.
En resumen
Este largometraje dirigido por Adam McKay es una sátira que busca alertar sobre el cambio climático y las mentiras que vuelan.