Más allá del peso: estas son las consecuencias que pueden traer los excesos de fin de año
Navidad y Año Nuevo son celebraciones en las que generalmente se come de más. Esta costumbre puede traer efectos negativos en el organismo a corto y largo plazo, como alteraciones digestivos, pancreatitis y enfermedades del hígado.
Ignacio Silva
El fin de año suele ser una temporada marcada por las altas temperaturas, los regalos, las celebraciones y la comida en exceso.
Es justamente esta última característica la que hace de diciembre un mes especialmente preocupante desde el punto de vista de la salud y la alimentación, debido al aumento en la ingesta de alimentos definidos como poco saludables.
"Efectivamente en los últimos meses del año tenemos instancias donde comemos un poco más. Puntualmente diciembre, que es un mes donde hay muchas celebraciones y por tanto tendemos a comer en mayor cantidad, aumenta la ingesta de alcohol y también comemos cosas que habitualmente no se encuentran en nuestra alimentación diaria", constata Bárbara Moreno (@nutribarbaramoreno), nutricionista de Sanasalud.
La especialista destaca que además de Navidad y Año Nuevo, en esta conducta también influyen otras actividades como fiestas de empresas, amigos secretos o incluso las actividades sociales propias del verano.
Pero sin importar las causas, los excesos de fin de año pueden traer efectos para el organismo que van más allá de un predecible aumento de peso.
"Las consecuencias de los excesos de comida y alcohol son diversas. Entre ellas encontramos aumento del riesgo de padecer hipertensión arterial, diabetes mellitus, hígado graso y dislipidemias, entre otras patologías", comenta Moreno.
En ese diagnóstico coincide Catalina Valenzuela, nutricionista de la plataforma Careyou.
"Dentro de los principales riesgos de una alimentación en exceso a corto plazo se encuentran las alteraciones a nivel digestivo, provocando acidez estomacal, cólicos biliares y en algunas ocasiones pancreatitis", agrega. "A largo plazo estos excesos llegan a ser perjudiciales debido a que puede aumentar el colesterol y triglicéridos, enfermedades asociadas al hígado, alteraciones metabólicas y enfermedades crónicas no transmisibles".
Qué hacer
Pese a las costumbres, las especialistas advierten que hay ciertos cambios que pueden ayudar a disminuir las posibilidades de tener consecuencias negativas por la alimentación.
Lo principal es evitar consumir alimentos hipercalóricos, altos en azúcares simples, grasas saturadas y sodio.
"Tales como bebidas azucaradas, dulces, galletas, chocolates, helados, papas fritas, alimentos fritos y también los alimentos procesados que hoy en día es muy común encontrarlos fácilmente", apunta Catalina Valenzuela. "Este tipo de alimentos son ricos en azúcar y grasa, los cuales aportan calorías inútiles que al fin y al cabo se transformarán en grasa y que conducirán a contraer trastornos perjudiciales a nuestra salud".
Por otro lado, la especialista recomienda ingerir ciertos alimentos como verduras, carnes blancas (pollo, pavo, pescado) o acompañamientos integrales como arroz integral, legumbres, quinoa o fideos integrales. "La fruta se puede incluir tanto en el postre como también en ensaladas. Para beber es mejor preferir agua o agua saborizada sin azúcar, y si van a beber alcohol es más recomendable optar por vino y espumante que por un destilado", agrega la nutricionista.
Fuera de la lista de alimentos, y teniendo en mente las cenas de Navidad y Año Nuevo, Catalina Valenzuela destaca la relevancia de comer organizadamente el resto del día.
"Para no caer en excesos durante la noche es fundamental llevar una alimentación apropiada durante el día, para no llegar con un apetito aumentado a las celebraciones. También es bueno aumentar el consumo de agua en abundancia e incluir un snack que puede ser un lácteo descremado, frutas, frutos secos, entre otros", enfatiza.
Bárbara Moreno, por su lado, agrega que "la mejor recomendación es siempre disfrutar con moderación, comer todo un poco para que la cena no afecte la calidad del sueño y para que no se presenten durante la noche malestares gastrointestinales producto de la excesiva ingesta de comida".
"La mejor recomendación es siempre disfrutar con moderación, comer todo un poco".
Bárbara Moreno, Nutricionista.