Sharenting: por qué compartir fotos de hijos puede ser riesgoso
Aunque la mayoría lo hace, publicar fotografías de menores en redes sociales como Instagram tiene riesgos asociados a la ciberseguridad. ¿Cómo disminuirlos? Un especialista explica los peligros y entrega recomendaciones.
Ignacio Silva - Medios Regionales
Pese a que dice que entre su familia y amigos en un comienzo lo molestaban, José Contreras fue drástico: desde el momento en que fue padre decidió no subir ninguna imagen de Max (11), su hijo, a redes sociales.
Los motivos, explica, los encontró en la televisión. "Poco antes de ser papá vi un programa en el que hablaban de una estafa. Habían inventado el secuestro de un niño y toda la info que tenían la habían sacado por fotos en Facebook", cuenta ahora el ingeniero.
Aunque poco usual, su visión no es errada y toma mayor relevancia al tener en cuenta fenómenos como el "sharenting", término utilizado por primera vez hace unos años por The Wall Street Journal y que hace referencia al uso excesivo de redes sociales por parte de los padres para compartir contenido relacionado a sus hijos.
"Hay varios riesgos involucrados al compartir fotografías de hijos en redes sociales, y uno de los mayores es que los cibercriminales utilizan esa información como puerta de entrada para orquestar y dirigir un fraude, siendo este uno de los vectores de ataque más utilizados por el cibercrimen, solamente obteniendo información personal por las redes sociales", indica Sebastian Yoma, experto en ciberseguridad y director de comunicaciones (CIO, por siglas en ingles) de E-Virtus, una startup chilena con foco en inteligencia artificial aplicada en la ciberseguridad.
Según el especialista, la información relevante para cibercriminales que a diario se comparte en plataformas como Instagram, casi de manera inconsciente, va desde los nombres y edad de los menores, hasta su lugar de nacimiento y el nombre del colegio al que asiste.
"Alguien puede hacer uso malicioso de esos datos con el objetivo de utilizar técnicas de 'ingeniería social' con la información, así suplantar identidades (como el phishing), pasando por empresas o personas con el fin obtener una 'recompensa', generalmente monetaria producto de un fraude en la red o llamadas telefónicas simulando un accidente, solicitando dinero para 'sacar del problema' al menor o bien simulando un secuestro", explica Yoma.
Otro problema, además, es que la información subida a la web queda disponible ahí, por lo que podría ser captada años después, "cuando los niños son adultos, pudiendo ser utilizada por cibercriminales para cometer fraude".
Aunque eso no es todo. "Otros usos maliciosos pueden estar orientados a engañar a otros niños tomando su identidad estableciendo relaciones de amistad y llegar a concretar delitos de abuso sexual. También pueden estar orientados al ciberbullying y redes de pornografía infantil", advierte el especialista en ciberseguridad.
Digitales
Un estudio realizado por la consultora AVG Technologies plantea que el 90% de los niños de Estados Unidos tiene presencia en redes sociales antes de los 2 años. Otros sondeos agregan que ya en 2015 un niño promedio de 5 años contaba con cerca de 1.500 fotos suyas en la red.
Para el CIO de E-Virtus, esos datos son una muestra de lo imposible que resulta pensar en un mundo donde los padres no suban imágenes de sus hijos a redes sociales.
"Es prácticamente imposible pedir a los padres que no compartan fotografías de sus hijos, entendiendo el mundo cada vez más digital en el que vivimos, pero sí lo recomendable es dar el sentido de responsabilidad de la red social", expone el especialista. "Hay que hacer entender a los padres que compartir imágenes es entregar información de la identidad digital de su hijo, es como publicar una cuenta corriente bancaria, y si esta información cae en manos de personas inescrupulosas puede causar mucho daño", suma.
Ante la situación, Yoma manifiesta que hay ciertas precauciones que se pueden tener al subir una foto con sus hijos. "Como padres debemos ser más cuidadosos con las fotos, videos y comentarios descriptivos, ya que esta información, que inocentemente se publica con el fin de mostrar orgullosamente a nuestros hijos, exponemos que esta información pueda terminar siendo perjudicial para ellos", alerta.
Luego añade una sugerencia: no mentir en la edad del menor al minuto de aperturar su cuenta en la red social. "Esto puede atraer el interés de personas al menor, pensando que este es mayor de edad ya que algunas de estas herramientas cuentan con perfiles de protección para los menores, incluido el contenido al que pueden acceder. Si los padres permiten el acceso a una red social, deben poner mayor atención en el comportamiento de sus hijos y en la información que comparten", concluye el especialista.
"Los cibercriminales utilizan esa información como puerta de entrada para orquestar y dirigir un fraude".
Sebastian Yoma,, experto en ciberseguridad, y CIO de E-Virtus.