Niegan prisión al tío de Tomás: jueza acusó falta de pruebas para culparlo
Fiscalía no logró probar imputación de homicidio. Autopsia, falta de móvil y carencia de elementos lo contrariaron.
Diego Gotelli C. - Medios Regionales
Argumentando una falta de elementos que acrediten una "acción homicida", el Juzgado de Garantía de Arauco negó ayer la petición de la Fiscalía de dejar en prisión preventiva al único imputado por la muerte de Tomás, el niño de 3 años que el viernes fue hallado sin vida tras ser buscado por nueve días en la Región del Biobío.
En casi ocho horas de audiencia, el Ministerio Público trató de probar su hipótesis de que su tío abuelo lo mató con alevosía, afirmando que el familiar "traicionando la confianza depositada por la madre" se llevó al niño a un lugar alejado, donde lo habría asfixiado introduciendo un elemento no determinado por su boca, según la imputación hecha por el fiscal José Ortiz.
"Aprovechando la ausencia de personas y valiéndose de la superioridad de fuerza obró sobre seguro con la intención de matar", sostuvo.
Sin embargo, la jueza Liliana Medrano no lo consideró así. Citando argumentos de la defensa, concluyó que la causa de muerte no está confirmada, pues dos informes, de la PDI y del Servicio Médico Legal (SML), dicen que está en estudio. Indicó que incluso el preinforme de autopsia no logra confirmar la participación de terceros -lo que fue rebatido por el fiscal- y que no se acompañó evidencia para apoyar la teoría de la asfixia.
La autopsia constató "sutiles signos" de daño por falta de oxígeno, lo que basó la teoría del fiscal según dijo después. No bastó para la jueza.
"No existen elementos incriminatorios que hayan sido encontrados en la vestimenta del imputado, en su vehículo o su domicilio que lo pueda vincular con la comisión de homicidio", recalcó Medrano.
Choque de pruebas
En su imputación el fiscal relató lo que, según los acusadores, ocurrió desde aquel 17 de febrero en que se perdió Tomás mientras, de acuerdo al tío, salió con él a arrear vacas.
El persecutor aseveró que tras matarlo el imputado habría cargado el cuerpo hasta el lugar del hallazgo, a 1,8 metros. El trayecto lo habría hecho en dos tandas por falta de tiempo, y al arribar habría cruzado una zona boscosa que les causó lesiones que coincidirían con heridas que ambos tienen, aseguró.
También mencionó que informes criminológicos revelaron conductas sospechosas en el tío. Se contradijo en horarios, no mostró interés en la investigación y las únicas veces que cambió su estado anímico fue cuando le enrostraron sus imprecisiones. En sus declaraciones policiales, añadió, el tío repitió su versión evitando ahondar ante las consultas, incluso falseando algunas respuestas, apuntó Ortiz.
"Las declaraciones del imputado dan cuenta de un discurso estructurado y aprendido", coincidió Cristian Echaiz, abogado del padre del menor. Ni el abogado de la madre ni la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, se sumaron a la voluntad de la Fiscalía.
Ortiz citó también el testimonio de un pariente que acusó al tío de unificar las declaraciones de la familia para no levantar sospechas, y exhibió un mapa hallado en su velador hecho a mano por su hijo. La jueza le restó importancia, pues no muestra el lugar del hallazgo, sino que reconstruye su versión del arreo.
En su turno, la defensa negó todo. Puso en duda las heridas, ya que no figurarían en la autopsia, descartaron contradicciones y añadieron nuevas pruebas exculpatorias.
Una es el rastreo del celular que no logró ubicar al acusado donde se halló el cuerpo, y otra es un informe PDI que, afirma, concluye que no hay antecedentes para imputar responsabilidades ni esclarecer cómo llegó el cuerpo allí.
Añadió la defensa que el SML no constató signos de lucha ni agresión sexual, y que la Fiscalía no entregó motivos (móvil) que explicaran el crimen.
"Él siempre salía con Tomás, hacía su vida con él. Esto es un hecho terrible, pero él no lo buscó", arguyó su abogado Pedro Aguilera.