Natividad Espinoza R.

Los últimos días han estado algo extraños para la época que corre, cosa que se ha dado en varias ciudades del país. Por ejemplo, hay mañanas muy frías que posteriormente son sucedidas por tardes donde el panorama es totalmente opuesto durante escasas horas.

Cuando esto pasa, no solo es difícil escoger el atuendo, sino también qué preparar para comer. Para al menos ahorrarse el segundo problema, una alternativa es cocinar preparaciones que puedan servirse tanto frías como calientes, que en realidad son bantante variadas, comprendiendo entradas, platos de fondos y también postres.

Enfriar correctamente

Pese a que en general es seguro consumir alimentos a distintas temperaturas, la directora de carrera de Nutrición y Dietética de Universidad de Las Américas (sede Viña del Mar), Gabriela Lizana, destacó que en temporada estival las comidas recién preparadas (con calor) deben enfriarse manteniéndose a temperatura ambiente (20°C aproximadamente) alrededor de una hora y solo entonces se deben meter al refrigerador si se las quiere comer aún más frías o bien requieren de un frío extra para que sean más agradables para su consumo, como es el caso del chocolate en taza presentado a continuación, que al pasar por el refrigerador se convierte en otra preparación.

Ingredientes

(Para 4 tazas)

-200 gr de chocolate negro para derretir

-40 gr de azúcar (se puede sustituir por otro endulzante)

-30 gr de maicena

-800 gr de leche

Triturar el chocolate en trozos muy pequeños y colocarlos en una olla junto con la leche y el azúcar (o sustituto).

Calentar a temperatura media hasta que el chocolate esté derretido y luego añadir la maicena.

Dejar que la mezcla se cocine, removiendo sin parar hasta que espese y luego servir en tazas o vasos.

Si se sirve caliente queda como una rica bebida para pasar el frío, que se puede acompañar con churros. Ahora, si se deja enfriar a temperatura ambiente y luego se pone en el refrigerador, queda como una especie de pudding o mousse.

Ingredientes

-1 tarro de surtido de mariscos (425 gr)

-1 cebolla pequeña

-100 gr de camarones

-1/2 pimiento rojo

-1/2 taza de vino blanco

-2 tazas de agua hervida

-1 diente de ajo

-cilantro

-orégano

-ají de color

-sal, pimienta, merkén (optativo)

Picar la cebolla, el ajo y el pimiento en cuadritos muy pequeños y aliñar con orégano, sal, pimienta y ají de color a gusto.

Llevar a una olla y añadir el agua más el surtido de mariscos y los camarones.

Cuando hierva, añadir el vino blanco más sal a gusto y dejar hirviendo durante 15 minutos.

Pasado el tiempo, servir en platos (alcanza para dos a cuatro, dependiendo del tamaño), añadir cilantro a gusto y también merkén.

Frío o caliente es ideal para disfrutarlo con vino blanco.

Ingredientes

-4 panes integrales

-3 trutros de pollo (sin hueso ni grasa)

-2 tazas de porotos verdes cocidos

-1 a 2 tomates en láminas

-1 ají verde sin semillas

(Para la salsa)

-1/2 taza de yogur natural

-3 cucharadas de aceite de oliva

-sésamo tostado

-10 hojas de menta

-sal, pimienta

Picar el pollo previamente cocido y unir con el ají, que debe estar finamente picado.

Montar el sándwich abriendo cada pan integral y poniendo el pollo con ají. Si se va a servir caliente, poner unos minutos en el horno los sandwiches -tapados- sólo con estos ingredientes. Si se va a servir frío, omitir la idea al horno. Añadir el tomate en láminas y los porotos verdes.

Preparar la salsa licuando muy bien todos los ingredientes y añadirla sobre el resto de los componentes de la preparación.

¡Que no se pierdan los tomates!

Bien entrado ya el verano los tomates son parte de nuestro horizonte prácticamente en todo momento. Se les puede encontrar intensamente rojos, grandes y a buen precio -o menos caros- en ferias, mercados y hasta negocios de barrio. Los que salen de la ciudad los compran por cajones a orillas de la carretera en lugares como Paine, Pelequén, Rengo o Talca. Están apilados en las cocinas de prácticamente todos los chilenos y son protagonistas de las preparaciones más típicas del verano nacional. Sí, porque no hay humitas, pastel de choclo, cazuelas o porotos granados que se puedan comer por estos días sin una fuente de ensalada de tomates al lado, ojalá con algo de ají verde y un trozo de marraqueta cerca.

También están presentes en nuestro tomaticán, uno de nuestros platos insignes y con más potencial, que sigue ahí como dormido aunque cada verano -aprovechando la abundancia de tomates- se pega un pequeño salto. Además, es imposible hablar de verano sin pensar en los tomates rellenos en sus más variadas versiones. Y para el apuro de la ciudad o el relajo de las tardes de vacaciones los tomates pueden aparecer en causeos, pichangas, acompañando un simple bistec o con un rico arroz con huevo; probablemente la combinación de sabores más apetitosa de estos meses. A todo esto hay que sumar las incontables versiones de ensaladas que llevan al tomate como protagonista o, al menos, insumo importante. Pero a pesar de toda esta variedad de usos que le podemos dar a los tomates, suele pasar que se nos estropean. Maduran de golpe, se ponen blandos y luego se pudren. Todo en muy poco tiempo, lamentablemente. Y como meterlos al refrigerador no es opción ya que se ponen harinosos y muy desagradables de comer, no queda otra que organizarse. Es decir, comprar en la medida que necesitemos, guardarlos en un lugar fresco y siempre teniendo cuidado de usar antes los más maduros. Ahora, si se pasan mucho no queda otra que convertirlos en gazpacho o simplemente salsa. Pero si aún se defienden, prepararlos al horno como en la receta de hoy es una gran opción. Luego, se pueden disfrutar solos o encima de una rebanada de un buen pan levemente tostado.

Ingredientes

(Para cuatro personas)

-4 tomates grandes

-100 gr de queso mozzarella

-1 taza de hojas de albahaca

-aceite de oliva

-sal y pimienta

Lavar bien los tomates, cortarlos por la mitad y ponerlos sobre una fuente para horno previamente aceitada, con el lado de la piel hacia abajo. Aliñarlos con sal y pimienta más el queso -rallado- encima. Agregar un chorro generoso de aceite de oliva por encima y llevar todo al horno fuerte -previamente calentado- hasta que el queso se funda y los tomates comiencen a soltar sus jugos.

Finalmente, picar de manera más o menos gruesa la albahaca y ponerla encima de los tomates. Agregar un poco más de aceite de oliva, dejar reposar unos minutos y luego servir.

Tomates asados con queso y albahaca

por Álvaro Peralta / @dontinto