columna
La importancia de investigar en educación
En la actualidad los contextos educativos sufren cambios abismantes, tanto a nivel conceptual, procedimental e incluso institucional, existe una constante renovación de las estrategias que exige el saber cómo hacer. Es por esto que los docentes deben manifestar y desarrollar constantemente un espíritu de indagación e investigación, esto con el objeto de validar su quehacer en las aulas e instituciones educativas. Constantemente los docentes atienden diferentes problemáticas que son necesariamente tarea de la investigación educativa, lo cual debe orientar continua innovación.
Sin embargo, se observa que mucho de los docentes han perdido el espíritu de investigar, dejando de utilizar nuevos métodos y centrándose única y exclusivamente a modelos guías que derivan de aspectos casi paradigmáticos en educación, lo cual podríamos graficarlo con la simple frase "es que siempre se ha hecho así"
Según lo anterior, podríamos llegar a cierta conjetura, la cual estaría direccionada a la baja importancia que se le atribuye al proceso investigativo, o también a la falta de recursos que se le otorgan a las instancias que podrían tener los docentes para realizar investigaciones de tipo educativa. Esto se evidencia casi de forma transversal, desde la educación prebásica hasta la educación terciaria. De acuerdo a esto, también podríamos pensar que los docentes no reciben dentro de su formación inicial y durante el ejercicio docente la preparación necesaria para poder "problematizar" en cuanto al proceso que vivencian dentro de los procesos y contextos educativos.
Ahora bien, el proceso educativo no solo se centra en la relación profesor estudiante, no podemos basar los focos de investigación que deberían realizar los docentes solo con esa mirada, sino también en la percepción que estos mismos tienen de otros fenómenos que regularmente se observan en el mundo de la educación, como lo es la relación con sus pares, la gestión y relación con los equipos directivos, el pensamiento y vivencia de los apoderados frente al proceso educativo de sus hijos e hijas. De acuerdo a esto es que realmente resulta necesario que los docentes desarrollen la expertise suficiente que requiere el llevar a cabo un proceso investigativo, sabiendo que este es un proceso riguroso en el cual se buscan resultados fiables y valederos desde la perspectiva de los participantes.
Como lo señalan algunos autores, la investigación educativa señala una posición constructivista, puesto que el docente debe a partir de esto generar nuevas formas de conocimiento, que vayan acorde a los tiempos que hoy vivimos, con estudiantes mucho más inquietos y adosados a una tecnología exacerbada.
De esta forma la investigación educativa se presenta como una alternativa válida, donde el docente se ve obligado a enfocarse a conocer una realidad desde un proceso sistemático, dejando de lado el conocimiento común, para con esto impartir una enseñanza mucho más eficaz, basándose en lo disciplinar, la innovación y creatividad.
Rolando Molina Martínez, Dr. en Ciencias de la Educación y académico de la Universidad Pedro de Valdivia