Natividad Espinoza R. - Medios Regionales

Hace un buen tiempo ya que los coworks, que son lugares de trabajo que comparten principalmente profesionales independientes, pymes y startups, llegaron a Chile. No obstante, este mes marcado por el desconfinamiento en varios lugares del país ha significado un incremento en la demanda de estos, debido a que la experiencia forzada de teletrabajo hizo ver a muchos que ciertas labores se podían hacer remotamente sin problemas. Por ende, las plazas presenciales en medianas y grandes empresas se han reducido y, por ende, también la necesidad de tener grandes espacios de trabajo.

Pero pese a que el número de personas por oficina en los coworks no es alto, estas instalaciones tienen gran movimiento de trabajadores que llegan de distintos lugares a trabajar en un mismo espacio físico. ¿Es seguro trabajar en un cowork cuando aún no se ha superado la pandemia del covid-19?

El gerente general de Co-Work Latam, Sebastián O'Ryan, explicó a este medio que "creamos un protocolo de acción asesorado por epidemiólogos, tomando en cuenta recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y con la ayuda de una de las empresas de sanitización más importantes del mundo".

"Los procedimientos y pautas de prevención, higiene y limpieza comienzan con la toma de temperatura con termómetro infrarrojo a cada una de las personas que quieran ingresar a la sede, sean coworkers o visitantes (estos últimos deben registrarse 24 horas antes de hacer ingreso). En caso de que una persona presente temperatura igual o superior a 37,8°, no puede ingresar. Todos deben portar mascarilla y utilizarla mientras se encuentren en la sede. También hay distanciamiento entre espacios de trabajo y sanitización permanente", manifestó O'Ryan.

Zonas comunes

En los espacios de trabajo se fomenta la limpieza de accesorios de uso personal como mochilas, teclados, mouse, etc. Y al llegar a las sedes deben identificarse todos quienes vayan a participar en reuniones, dando la opción de hacerles seguimientos.

Asimismo, se opta por horarios diferidos, la implementación de señaléticas y el refuerzo psicosocial para promover y potenciar el buen comportamiento de las personas. Para reforzar esto se han instalado sensores para medir el material particulado, la humedad y el CO2, al igual que un purificador de aire que permite mantener los espacios sanitizados.

"A la hora del almuerzo nuestros coworkers ocupan el espacio de cafetería por turnos, nuestras Health Manager se encargan de organizar y controlar que no se exceda la cantidad de personas y que cumplan con el distanciamiento físico. Nuestras mesas están marcadas, señalando cuántas personas pueden ocuparla. Adicionalmente, cada persona debe llevar su propios utensilios, los cuales no se pueden compartir", añadió el gerente.

No obstante, el médico Gaspar Domínguez, encargado de covid-19 en el Hospital de Palena, sostuvo que en realidad lo ideal sería que las personas calentaran su almuerzo en la cafetería y luego se fueran a comer a otro lugar, para así disminuir más los riesgos de contagio.

El 70% de la superficie terrestre está cubierto por agua y esta es esencial para la vida aquí. Pero aún no se sabe cómo llegó.

Sin embargo, hoy hay una nueva teoría al respecto. Científicos franceses aseguraron en una publicación de Science que identificaron rocas espaciales que pudieron haber traído el agua a la Tierra.

La cosmoquímica Laurette Piani, líder del estudio, dijo que al contrario de teorías prevalecientes, el agua del planeta podría haber estado contenida en sus bloques esenciales.

La idea más frecuente es que el agua apareció después, traída por un objeto extraterrestre como los meteoritos que poseen mucha agua, las condritas carbonáceas. El problema, sin embargo, es que su composición no coincide con la de las rocas de la Tierra.

Otro tipo de meteoritos, llamado condritas de enstatita, tienen una composición química más cercana, lo que indica que constituyen los bloques fundamentales que formaron la Tierra y los otros planetas interiores. De estas rocas, que se formaron cerca del Sol, se asumía que eran muy secas para justificar las grandes reservas de agua.

Para probar si esto era cierto, Piani y sus colegas de la Universidad de Lorraine midieron el contenido de hidrógeno en 13 condritas de enstatita y hallaron que las rocas contenían suficiente hidrógeno como para proveer a la Tierra con al menos tres veces la masa de agua de sus océanos.

También midieron los dos tipos de hidrógeno, conocidos como isótopos, porque la proporción relativa de estos es muy diferente entre distintos cuerpos del Sistema Solar.

"Encontramos que la composición de hidrógeno isotópico de las condritas de enstatita es similar a la del agua almacenada en el manto terrestre", aseveró Piani.