columna de opinión en la provincia de Chiloé
Rescate
En estos días hemos sido testigos de una situación dramática que ha afectado a un matrimonio de vecinos de Quellón, residentes en una de las islas Guapiquilán, al sur de Caleta Inío. En este apartado sector de la comuna, a seis horas o más de navegación, falleció la señora Adelina Ester Lefín (Q. E. P. D.), quien vivía junto a su marido en una de las pocas viviendas existentes en el lugar.
Si bien el fallecimiento de la vecina en sí no generó mayor revuelo, aparte de la tristeza que embargó a familiares, amigos y conocidos de la familia, llamó la atención en la comunidad que el deceso se produjo el sábado 15 de agosto y no fue hasta el miércoles 19 que pudiera realizarse el levantamiento del cuerpo por parte de los organismos encargados.
Esta triste situación puso de manifiesto una realidad que en la Isla Grande conocemos muy bien, y cada cierto tiempo debemos revivirla. Hemos abordado en innumerables oportunidades la mala conectividad de nuestro territorio, y de lo complejo que resultan muchas veces los traslados ante emergencias. La respuesta siempre apunta a la insularidad de nuestro territorio y sus particulares condiciones meteorológicas. Es innegable que es así, Chiloé es un archipiélago con condiciones climatológicas variables.
No obstante, en esta realidad que conocemos tan bien, sucesos como el descrito ponen en evidencia, una vez más, la necesidad que la provincia de Chiloé, precisamente por las especiales condiciones geográficas y de aislamiento, cuente con un sistema de rescate apropiado, moderno y que esté operativo permanentemente para ir en ayuda de quien lo necesite. Cuando no es un naufragio, o un enfermo en las islas aledañas o, como ahora, el fallecimiento de una persona en un lugar alejado y de difícil acceso, debemos esperar la disponibilidad de medios marítimos o aéreos, de la Armada de Chile o de otra institución de la defensa o, como en muchas ocasiones, de la buena voluntad de solidarios chilotes para concurrir a la emergencia.
El llamado que hacemos a las autoridades competentes, a nivel central, regional y provincial, es, a que de una vez por todas, pongan en tabla la adquisición de una aeronave, un helicóptero, que preste servicio en la Isla Grande de Chiloé, ni siquiera digo Quellón, para estar a la altura de lo que un territorio como el nuestro clama, requiere y necesita para tranquilidad de sus habitantes dispersos en cerca de 40 islas.
Otro tema no menor, y que cobra actualidad a raíz del lamentable caso del fallecimiento de doña Adelina Ester Lefín, es la necesidad de contar en Quellón con dependencias del Servicio Médico Legal, a objeto de realizar en la propia comuna los estudios forenses requeridos en situaciones como esta. De esta forma se evitaría el traslado de fallecidos hacia Castro o Ancud, y regreso a Quellón, evitándole a los familiares y deudos angustiosas esperas y un peregrinar hacia otras ciudades cuando el dolor apremia.
No podemos permitir que se siga soslayando un tema tan importante como este. Nuestras necesidades en caso de emergencias deberían ser una prioridad. Requerimos contar con un transporte que sea rápido, seguro y funcional, de lo contrario sigue siendo difícil dar respuestas a las familias de quienes se pierden en el mar, o se enferman gravemente en sectores alejados de nuestro extenso territorio. No queremos que suceda nuevamente lo del sábado 15 de agosto, que fallezca una persona, una vecina de 63 años, en una pequeña y lejana isla y debamos esperar cuatro días para ir a buscarla. ¡No más!
"No podemos permitir que se siga soslayando un tema tan importante como este. Nuestras necesidades en caso de emergencias deberían ser una prioridad. Requerimos contar con un transporte que sea rápido, seguro y funcional, de lo contrario sigue siendo difícil dar respuestas a las familias de quienes se pierden en el mar, o se enferman gravemente en sectores alejados de nuestro extenso territorio".
Cristian Ojeda Chiguay,, alcalde de Quellón