Brote de estafas de connotación sexual activa la alerta en Chiloé
Seis denuncias en dos semanas se han recibido, siempre con el mismomodus operandi, relativo al intercambio de material audiovisual pornográfico y luego una extorsión a las víctimas. Instan a seguir denunciando los casos.
En etapa de recopilación de antecedentes se encuentra la indagatoria desformalizada que lleva a cabo el Ministerio Público en Chiloé, por un brote de nuevas estafas con alto contenido sexual. Al menos seis denuncias se han interpuesto en las últimas dos semanas, cinco de ellas en Chonchi y una en Quellón.
La forma de operar de los embaucadores se asocia a una eventual extorsión contra las víctimas, después de un intercambio de información audiovisual de contenido pornográfico.
Así lo describió el teniente Roberto Torres, jefe de la unidad de Carabineros chonchina, que a concentrado este boom de denuncios, cuyos antecedentes ya fueron remitidos a la Fiscalía de Castro.
Como explicó el oficial, esta dinámica delictiva comienza con la recepción de parte de los afectados -todos hombres- de solicitudes de amistad por redes sociales.
"Son contactados por mujeres, jóvenes, muchachas, y aceptan estas solicitudes para entablar una conversación, la cual luego sube de tono. De ahí pasan al envío de fotos semidesnudas y a pedir un número de WhatsApp, donde comienza otro nivel de intercambio", aclaró el jefe policial.
Proceso
Por este otro medio, el contenido sexual de las imágenes y videos es netamente explícito. Cuando se ingresa a esta fase, se inicia el proceso extorsivo.
"Los afectados reciben una llamada de un adulto que simula ser el padre o familiar de la supuesta menor de edad de las imágenes, quien les exige dinero para que no sean denunciados", detalló el uniformado.
Hasta un millón de pesos ha llegado a depositar una de las víctimas, resaltó Torres, añadiendo que "las cuentas estarían asociadas a Santiago". Además, instó a la comunidad a seguir denunciando para recopilar mayores antecedentes que permitan llegar a los responsables.
Justamente, en espera de mayor evidencia se encuentra el fiscal jefe de Castro, Enrique Canales, quien tomó conocimiento de estas denuncias y ha instruido las primeras diligencias por los casos que buscarían ser unificados en una indagatoria.
De acuerdo a lo expresado por el persecutor, este tipo de investigaciones es compleja, debido al emisario virtual que se genera.
Por ello, resaltó que "la primera aproximación es a través de las propias víctimas para que entreguen la mayor cantidad de información de lo que ocurrió. Es un proceso preliminar de recopilación de datos para luego abordarlo todo de una manera única, puesto que es un modus operandi común, lo que nos genera indicios de podrían ser las mismas personas".
Asimismo, el abogado dijo que a priori el delito que se analiza es la estafa, aunque no descartó otras líneas delictivas asociadas, como la extorsión.
Igualmente, esta práctica ilegal se ha observado en el sur de la Isla, donde ya se tramitan pesquisas por al menos una denuncia.
Según la fiscal jefa de Quellón, Karyn Alegría, existe "una investigación vigente por situaciones de las mismas características, para lo cual se despachó una orden a la Avanzada de la Policía de Investigaciones por el presunto delito de estafa".
A su vez, más allá del contexto sexual que implican estos hechos, tanto desde las policías como desde el Ministerio Público instaron a formalizar las denuncias.
Autocuidado
Sin perjuicio del avance de las diligencias y el resultado final de obtención de antecedentes que lleguen a asignar participación y consecuencias jurídicas de los casos, el fiscal Enrique Canales instó al autocuidado de la población por estas prácticas, más en periodo de pandemia por covid-19, tiempo en que ha aumentado la exposición a los medios digitales.
"Esto es semejante con las estafas telefónicas donde se accede a entregar dinero por otros tipos de engaño o las estafas por correo electrónico con códigos maliciosos, o solicitud de claves o información financiera. En la base está la vulnerabilidad en la que nos vemos enfrentados por el anonimato de las redes y la confianza exagerada en esta información", aclaró.
Bajo ese contexto, el jurista llamó a "filtrar estos antecedentes, tomar preocupación con los interlocutores en las redes, no confiar a priori que todo lo que se transmite en las redes es certero, y jamás usar estos mecanismos para hacer circular información personal, no sólo claves, sino antecedentes íntimos como fotos o videos".