Célebres personajes históricos salvaron o murieron de pestes
O'Higgins, San Martín, Santa Teresa de los Andes, Pedro Aguirre Cerda y Violeta Parra sufrieron o murieron producto de enfermedades infecciosas que afectaron a miles de personas.
Juan Guillermo Prado - La Estrella de Valparaíso
En el Antiguo Testamento aparecen decenas de textos relacionados con el tema de las epidemias. Una que nos trae a la mente la del actual coronavirus aparece en el Libro de Isaías: "Ve, pueblo mío, entra en tu casa y cierra las puertas detrás de ti. Escóndete un poco, hasta que pase la ira del Señor". Jesús también tiene relación con las pestes; los evangelios señalan que sanó a diez leprosos y solamente uno volvió a agradecerle que lo hubiera curado.
Sin embargo, el primer testigo directo que relata una epidemia es el historiador Tucídides, quien describió los efectos de una plaga horrorosa que afectó a la ciudad de Atenas en el año 430 antes de Cristo. Se cree que la peste que mató a miles de griegos de aquella época fue la fiebre tifoidea. Entre las víctimas estuvo Pericles, estadista del siglo de oro que vivió Atenas.
En el año 81 murió el emperador romano Tito cuando, en medio de una epidemia, participaba personalmente del auxilio a los enfermos. No hay claridad cuál fue la epidemia que lo mató.
La peste negra
De tiempo en tiempo aparecieron diversas pestes en el mundo cristiano. Pero la más espantosa de las epidemias fue la peste bubónica que se inició en el año 1.346 en la ciudad de Caffa (actualmente Feodosia), en la península de Crimea, en la ribera del mar Negro.
La ciudad estaba sitiada por ejército mongol, en cuyas filas apareció la enfermedad, que es causada por la picadura de una pulga que porta la bacteria de este mal a partir de un roedor infestado. Se denomina así a causa de los bubones o ganglios inflamados en los genitales y ojos.
Según el cronista genovés Gabriele de Mussis, los impetuosos guerreros de las estepas asiáticas cargaron sus catapultas con los cadáveres de sus muertos y los lanzaron a la ciudad. Fue algo así como el primer ataque bacteriológico de la historia.
Cuando supieron de la epidemia, los mercaderes genoveses, que mantenían allí una importante colonia comercial, huyeron despavoridos, llevando consigo los bacilos. Arribaron al puerto de Messina, situado el sur de Italia, desde donde se difundió por el resto del continente. Por cuatro décadas se extendió la peste negra y mató a millones de personas.
En Italia, Bocaccio, en su obra "Decamerón", efectuó una descripción de la peste bubónica que afectó a Florencia en 1348, relatando cómo un grupo de jóvenes, siete mujeres y tres hombres, huyen de la plaga y se refugian en una casa abandonada en las afueras de la ciudad.
Viruela y Sífilis
Con la llegada de Cristóbal Colón a América hubo un intercambio de pestes. Los conquistadores trajeron la viruela y desde aquí llevaron la sífilis. La primera víctima fue el marino Marín Alonso de Pinzón, capitán de La Pinta, quien se contagió y falleció a su regreso a España, el año 1493.
La sífilis causó estragos en Europa. La lista de muertos e infectados es larga. Los compositores Franz Schubert y Domenico Donizetti murieron contagiados. Se enfermaron, pero sobrevivieron Oscar Wilde y Federico Nietzsche; los poetas Charles Baudelaire y Lord Byron, y los pintores Francisco de Goya, Vicente Van Gogh y Paul Gauguin. El descubrimiento de la penicilina, por Alexander Fleming en 1928, ha combatido con éxito este flagelo.
O'Higgins y San Martín Apestados
La falta de agua potable y de alcantarillado son los principales responsables de la propagación del cólera. Entre 1817 y 1923 se produjeron las primeras seis pandemias de esta enfermedad en distintos puntos del mundo.
La epidemia de cólera en Europa, en la década de 1830, dejó varias víctimas notables. Uno fue Jean-Francois Champollion, descubridor de la piedra Rosetta, con la que descifró la escritura jeroglífica. Murió a los 41 años. El filósofo alemán Georg Hegel fue otra de las víctimas célebres de esta patología que diezmó a Europa. También fue afectado el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, en San Petersburgo, el 6 de noviembre de 1893.
En 1832 José de San Martín vivía exiliado junto a su hija en Francia y también fue afectado por el cólera. Le envió una carta a Bernardo O'Higgins narrando su drama: "El cólera nos invadió a fines de marzo y mi hija fue atacada del modo más terrible. Yo caí enfermo de la misma epidemia tres días después; figúrese Ud. cuál sería nuestra situación, no teniendo por toda compañía más que una criada; afortunadamente, el día antes de la enfermedad de Mercedes, el hijo mayor de nuestro amigo, el difunto general Balcarce, había llegado de Londres y este fue nuestro redentor y sin sus esmeros cuidadosos hubiéramos sucumbido. Mercedes se repuso al mes, pero yo, atacado al principio de la convalecencia de una enfermedad gástrica-intestinal, me ha tenido al borde del sepulcro y que me ha hecho sufrir innumerables padecimientos por el espacio de siete meses". El libertador argentino falleció en Francia, en 1850.
Bernardo O'Higgins también sufrió los embates de una epidemia: la fiebre amarilla. Vivía en Cádiz, junto a su tutor Nicolás de la Cruz y Bahamonde, estuvo tan grave que se le compró el ataúd, pues a los apestados los enterraban rápidamente para evitar el contagio.
En junio de 1800, Bernardo le escribió a su padre Ambrosio describiendo lo que vivió: "A mí me atacó con toda su furia la calentura amarilla, me impusieron los santos sacramentos y el santo óleo, los médicos me desahuciaron y por mi propia voluntad pedí me administraran la quina y cuando esperaban que expirase, después de tomada la quina empecé a recuperar mis alientos y se me contuvo el vómito negro y gracias al Todopoderoso comencé a sentir el alivio que deseaba".
La Gripe Española
La mal llamada gripe española calcula que infectó a 500 millones de personas en el planeta, el 27% de los habitantes de la época. Entre los famosos murieron dos literatos franceses: el poeta Guillaume Apollinaire y el autor de "Cyrano de Bergerac", Edmond Rostand. La pandemia afectó importantes políticos como Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos; David Lloyd George, primer ministro de Inglaterra; el rey de España Alfonso XIII, y el káiser alemán Guillermo II.
En Chile esta influenza causó más de 40 mil víctimas fatales. El 12 de abril de 1920 fallecía Santa Teresa de los Andes. No fue la gripe española la causa de su muerte, fue otra peste: el tifus, que también causaba estragos en el país. La folclorista Violeta Parra cuando niña sufrió a causa de la viruela; por su cara perforada por el virus sus compañeras le decían "maleza".
Pedro Aguirre Cerda triunfó en las elecciones presidenciales de 1938. El país estaba afectado de una epidemia de tuberculosis que entre 1932 y el año en que fue elegido había causado la muerte de unas 70 mil personas. Una de las víctimas fue precisamente el político radical, quien falleció en La Moneda el 25 de noviembre de 1941. Se calcula que unas 700 mil personas participaron en sus funerales.
Una pandemia reciente es el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Apareció en 1981 y es causada por un virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que se originó en primates africanos. Se estima que 78 millones de personas han sido infectadas por el patógeno y 39 millones han muerto por su causa o enfermedades relacionadas. Actualmente hay 37 millones de casos en el mundo. África subsahariana es la región más afectada y el 61% de las nuevas infecciones proviene de allí. El filósofo Michel Foucault, el bailarín Rudolf Nureyev, el cantante Freddie Mercury, el actor Rock Hudson y el director de teatro Andrés Pérez han muerto a causa de la enfermedad.
Este año hemos sido sorprendidos por el desconocido coronavirus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad Covid-19. Su velocidad de propagación, sus síntomas y su tasa de letalidad tienen al planeta en ascuas. Como todas las pandemias, algún día desaparecerá. Lo único malo es que no se ve una solución en el corto plazo.