Pandemia y economía
Columna
Desde marzo, las medidas para proteger la salud de la población ante el Covid-19 han provocado una fuerte paralización de la actividad económica, ya que la mayor incertidumbre impacta negativamente en consumo e inversión, a toda la cadena productiva, con caídas en la capacidad de pago en el corto plazo para las empresas de Chile. Subrayar que problemas de liquidez llevan a problemas de solvencia y, posteriormente, a la quiebra de la empresa y la pérdida de la fuente laboral.
Financiar el capital de trabajo es el principal motivo por el cual las empresas deciden solicitar préstamos. Así es que la última medida del Presidente Pinera, apunta directamente a dar liquidez a las mipymes con el proyecto de Ley de Líneas de Crédito con Aval del Estado, incluso para aquellas que están ya en Dicom, pero que a marzo no estaban en mora. Podrán pagar sus gastos corrientes y continuar operando durante la pandemia. Esto protegerá las relaciones laborales y económicas, permitiendo que, una vez superada la emergencia, se retome la actividad productiva.
Para el 99,8% de las empresas de Chile y que emplean al 84% del empleo formal irá esta capitalización del Fogape por US$ 3.000 millones de garantías estatales, lo que movilizará créditos por hasta US$ 24.000 millones (10% del PIB) para empresas con ventas anuales inferiores a UF 1 millón, ampliándose los porcentajes máximos de los préstamos a garantizar y los topes máximos de los montos de las garantías estatales, con costo igual a la TPM de 0,5%, lo equivalente a una tasa real de 0% si la inflación alcanza 3,5%.
El Gobierno entregará periódicamente a la Cámara de Diputados y al Senado, información sobre el funcionamiento del fondo, destino de los recursos y los criterios de asignación a las empresas.
La Ley de Créditos a Pymes con Aval del Estado refrenda el compromiso con el sector productivo de Chile y sus trabajadores. Hace una semana se aprobó en el Congreso, ya está promulgada por el Gobierno, encontrándose en toma de razón de Contraloría para su publicación y operatividad con urgencia, requiriéndose ahora a los bancos e instituciones financieras el máximo de celeridad en su implementación.