Cuperscience: cobre que cura heridas de la diabetes
Rafael Méndez Fadol, director de operaciones cuenta sobre innovador proyecto que podría cambiar la calidad de vida de estos enfermos.
"Nosotros desarrollamos un nuevo tratamiento en base a cobre para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen heridas crónicas, lo que afecta al 10% de la población diabética de Chile, eso significa 85 mil personas que padecen este tipo de heridas", señaló Rafael Méndez Fadol, gerente de aseguramiento de calidad e innovación de Cuperscience.
"Anualmente se desarrollan más de 2 mil amputaciones en nuestro país como consecuencia de heridas que no cicatrizaron, eso es lo que nos mueven como organización, como startup, evitar este tipo de complicaciones", agregó el profesional.
La diabetes es una enfermedad que afecta al 8,5% de la población y Chile ocupa el sexto lugar dentro de los 35 países que forman parte de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) con mayor proporción de personas adultas con diabetes (10%).
Sobre el nacimiento de este proyecto, Rafael cuenta que surgió "de la observación. yo trabajo en una fábrica de productos químicos que se llama Quimilab HT, que desde hace mucho tiempo abastece a la industria lechera con unas soluciones de uso tópico que se ponen en las ubres de las vacas para protegerlas de las infecciones".
Tras el terremoto de Fukushima, Japón, de 2011, el precio del yodo se disparó, dejando de ser rentable el método que lo utilizaba para la mastitis. "Entonces Sebastián Herrero, que es el químico inventor de este producto, decide crear este nuevo producto: usar las bondades del cobre, diseñó este producto siguiendo la estrategia de los productos en base a yodo", dice Méndez, ingeniero en biotecnología.
Detalla que "los veterinarios que están acostumbrados a observar la calidad de la piel, de las ubres de las vacas y empezaron a observar cómo las ubres se sanaban muy rápido, entonces ellos deciden tomar la iniciativa de tratar perros atropellados".
"Ese año yo entré a la empresa y me entero que estaban estos resultados en vacas y en perros, y pensé que si pasaba eso había que probarlo en humanos, vamos a investigar cuáles son las heridas más complejas en humanos", agrega.
"Recaudé mucha información para proponer esta investigación y nos acercamos a la Asociación de Diabéticos de Chile y ellos sí nos creyeron, lo encontraron muy interesante, esta nueva aplicación de cobre, y en conjunto a ellos tuvimos un ensayo clínico que fue autorizado por el comité de ética del Hospital del Salvador".
El joven cuenta que cuando se vieron los resultados "hubo mucha emoción, los médicos con el paciente generan cierto vínculo, entonces estaban muy emocionados, sacaron lágrimas de alegría en el hospital".
"Nos acercamos a una incubadora que se llama Ganesha Lab y ahí encontramos todo lo que no teníamos, que son todas las habilidades técnicas para desarrollar un emprendimiento. Nos creyeron porque ahora somos parte de esa incubadora", prosigue Rafael.
Cupersciencie planea que esta healthtech, como se le denomina en el extranjero, traspase fronteras: "Estamos enfocados a largo plazo en salir al mundo, pero ahora vamos a hacer nuestro lanzamiento dentro de este próximo mes y vamos a estar recorriendo Chile, mostrando a las enfermeras y a los médicos esta nueva herramienta".
Family office
Sobre las dificultades de emprender, Méndez responde que "es relativamente accesible, hay mucho interés de fondos de inversión de family office y de incubadoras en buscar proyectos novedosos que solucionen problemas, entonces la verdad es que el apoyo que te brinda una incubadora es clave para poder llegar al inversionista".
Señala que "estamos comenzando con nuestra validación comercial en Chile, fase que duraría aproximadamente un año, para luego salir afuera; vamos a hacer una segunda ronda de inversión y tenemos ya interesados".
Acerca del largo camino que les ha tocado recorrer, Rafael menciona que "hay millones de historias que nos impulsan, la verdad es que nunca nos hemos sentido como derrotados, al contrario, siempre han sido solo buenos comentarios y por eso que en cinco años no hemos abandonado el barco, porque sabemos las bondades de este producto".
Finalmente, recalca que "queremos ir a buscar a los mineros de los años '60 que deben tener más de 80 años y que seguramente trabajaron toda su vida extrayendo el cobre con sus manos, ahora queremos ir a devolverle el cobre pero esta vez transformado en un producto para curarles los pies".
"Queremos hacer algo místico, hay que meterle mística a esto", concluye.