"Me doy cuenta que si luchas y te esfuerzas, todo se puede"
Con apenas 3 años de competencia, ya está en la elite de losrunnersde Chiloé. De vuelta en la Isla, donde espera compartir su experiencia este verano, viene de ganar todas las competencias en que participó en la provincia argentina de Santa Cruz.
Es ejemplo de tesón, esfuerzo y sacrificios, y deja en evidencia que los límites se los pone uno mismo. Así es el joven atleta de Castro Víctor Hernández Orellana (25), a quien solamente le tomó un par de años mostrar sus potencialidades.
De ser un total desconocido, hoy es un referente y respetado fondista, además de embajador deportivo. "Corre sin límites", dicen quienes siguen su carrera, apodándolo cariñosamente como 'El Hijo del Viento', en referencia a figuras mundiales de la velocidad.
El atletismo es su pasión y lo tiene muy claro, al reconocer que a través de su práctica pudo vencer una profunda depresión que afectó su condición física y emocional. Pasó de ser una persona sedentaria a un corredor prácticamente imbatible.
Castro y sus vecinos lo ven regularmente correr por sus calles, no importando la lluvia o el calor. Tiene claro cuáles son sus objetivos: llegar lo más alto en la disciplina y a futuro, cuando el tiempo lo determine, ser un formador de talentos para la provincia.
Cuando no está en Argentina, cotidianamente sale desde su casa en Nueva Galicia, en Castro Alto, para preparar un nuevo desafío y ojalá conquistar el podio, como así lo demostró los últimos meses en el país vecinos, donde ganó las nueves competencias en que se sumó.
transformación
-Muchos te ven correr, pero no conocen tus inicios en el deporte. ¿Cómo llegas a ser "El Hijo del Viento"?
-Estaba sumido en una profunda depresión luego del fallecimiento de mi papá, con quien tenía una muy buena relación y me dedicaba a comer. Era muy ansioso, llegué a pesar 110 kilos (hoy 64 kilogramos) y por querer bajar de peso llegué al atletismo, y comencé a trotar. Fueron dos años, casi todos los días, con granizo, lluvia, no me importaba y comencé a tomar ritmo y no paré. Ahora que lo veo, me doy cuenta que si luchas y te esfuerzas, todo se puede.
-¿Cómo empezaste a escalar en el atletismo?
- Luego que logré mi primer objetivo, comencé con la técnica, velocidad y resistencia de la mano del profe Helmuth (Santana), quien me guió y pude llegar a la competencia con otros atletas que antes solo miraba. La primera carrera que gané fue una corrida por el aniversario en Chonchi el 2017, fueron 5k y ahí se confirmó que esto era lo mío y tomé la decisión de seguir superándome. Esto me dio valor para correr fuera: Osorno, Temuco, campeonatos naciones de pista. Y ahora me di el salto internacional en Argentina, en Río Gallegos.
-Cruzaste la cordillera y fuiste por más. Allá fuiste imparable. ¿Cómo fue la experiencia en el país trasandino?
-Estuve tres meses en Río Gallegos, competí en 9 carreras y las gané todas. Fui el mejor en las competencias en la general y el mejor de la categoría (18-29 años). Allá me gané el respeto de todos, especialmente de mis pares.
A tal punto fue mi buena experiencia que tuve la oportunidad de entrenar a chicos que integran un club (Rasta Running). Ellos progresaron un montón, de correr un kilómetro comenzaron a correr en 5, 10k, inclusive algunos han corrido hasta los 21k y bajaron sus marcas. Ellos eran desconocidos y ahora son amigos de todos los competidores. Lo mejor fue que acá en Castro creyeron en mí, la municipalidad a través de la Oficina de Deportes me apoyó con los pasajes, el equipamiento (vestimenta), para que representara de buena manera a la comuna, idea que surgió de Armando Zúñiga, de la Oficina de Deportes del municipio.
-Me imagino que se sorprendieron con tu buen desempeño en Argentina, ¿hubo algo al respecto? ¿En qué te ayudó?
-Ellos estaban sorprendidos con mi historia, de ser un obeso a lo que soy ahora, no lo podían creer. Tuve tiempo para dar charlas motivacionales y contarles de mis compañeros en la disciplina en Chiloé; de su espíritu de lucha. Les mencioné que nuestro corazón acá es muy fuerte, ya que ante cualquier adversidad salimos adelante.
Logré motivarlos a tal punto que muchos hoy quieren venir a competir acá. Me pusieron un apodo luego de ganar todas las carreras, me bautizaron como 'El Rey de la Provincia' y eso me llenó; algunos se sacaban fotos conmigo, fue una linda experiencia.
"Era muy ansioso, llegué a pesar 110 kilos (hoy 64 kilogramos) y por querer bajar de peso llegué al atletismo".
Víctor Hernández, deportista."