César Cárdenas R.
Oriundo de Calen, localidad ribereña de Dalcahue, el investigador Renato Cárdenas, autor de numerosas publicaciones sobre la historia y el patrimonio del territorio insular, pasa revista en esta oportunidad a la crisis social que se vive hace casi un mes en el país.
El descontento social mostró su máxima expresión, provocando que el Gobierno decretara Estado de Emergencia en varias comunas y que pusiera contingente militar a custodiar las calles.
Las protestas a lo largo del país continúan. Esto a pesar de que, el Presidente Sebastián Piñera, diera a conocer una serie de medidas para solucionar en parte, las demandas de la ciudadanía. Ello, junto al anuncio de un plebiscito para votar por una nueva Constitución.
Estrategia
Ante este escenario, el investigador critica el modo en que se ha abordado esta situación, haciendo hincapié en la ausencia de una estrategia de solución integral por parte del Ejecutivo, que en su opinión "lo que está tratando de hacer, es tapar el sol con un dedo".
-¿Cuáles son las claves para entender esta crisis social que se vive en Chile?
-Estamos en un alzamiento en todo el país, yo lo comparo con una especie de virus, en el sentido de que entra un elemento al cuerpo, entra un virus de tipo cultural, ideológico, un virus que tiene que ver con nuestras vidas, de cómo empezamos a darnos cuenta de que el país no puede seguir como estaba; para qué nos sirve el desarrollo si no es generando un desarrollo de nosotros mismos, es bien intangible lo que se está dando.
Aparte de las demandas concretas, hay una cuestión que es más de fondo, que tiene que ver con la idiosincrasia con la que se ha ido moderando nuestro país, es como el escultor que empieza a formar una escultura, vemos como va creciendo, pero en un momento determinado el escultor puede botar la escultura, porque días meses o años fueron en vano porque no trabajó bien, en ese caso se está cuestionando ese trabajo por parte del Estado, dirigido por nuestras instituciones políticas.
La gente, desde la más sencilla hasta el intelectual más alto está aplaudiendo esto. Ahora viene la segunda pata. ¿Cómo aprovechamos esto?, qué es bueno y cómo lo aprovechamos precisamente para superar en lo que estamos metidos y ahí viene un tema de responsabilidad país, no sacamos nada con gritar, no sacamos nada con ir a grandes manifestaciones si no construimos lo que viene.
-¿Es comparable lo que está ocurriendo en Chile, con otros movimientos de similares características en otros lugares del mundo a lo largo de la historia?
-Este estallido social político, social e ideológico, lo comparo con lo que pasó el año '68 en París, como explotó una muchedumbre, pero el mundo es el que estaba explotando ahí. Entonces, ¿cómo aprovechamos esos elementos para construir futuro? En este momento creo que no hay voluntad de hacerlo, lo que se está tratando de hacer es tapar el sol con un dedo, esas pequeñas migajas que está tratando de entregar el gobierno para este enorme tsunami, como meter una red para parar una ola, esto no es así.
-¿En qué medida esta crisis social chilena repercute en la Isla Grande de Chiloé?
-Aquí tu sabes que somos más quedados, más calmados, aquí hay una población muy dispersa sobre todo en el campo que es la que yo no he visto actuar, fuera de la comuna de Dalcahue y Quellón en la parte más industrial, el campesino es el que está fuera de esto, pero aquí tenemos una serie de cosas que tenemos que desarrollar.
Este Archipiélago que históricamente ha sido un lugar de cultivo de la tierra y del mar, se le ha dejado botado con todo lo que es la parte de tierra. Por ejemplo, hace unos años yo planteé al ministro de Agricultura que vino a presentar un libro mío acá el tema ¿hasta cuándo el Estado sigue entregando a los municipios estos programas asistenciales?
Aquí necesitamos leyes para Chiloé que permitan el desarrollo del campo que se está muriendo, el campo se está llenado de espinillos. Necesitamos leyes para Chiloé que no sean leyes nacionales, leyes específicas para desarrollar nuestras propias capacidades productivas.