Pedro Bárcena González

La detención y formalización en las últimas semanas de tres adolescentes en Castro vinculados al microtráfico pusieron en evidencia que el flagelo de las drogas no solo tiene alcances en los menores como consumidores, sino también como eventuales vendedores de estas sustancias. Las aristas de la problemática se han extendido, lo cual ha prendido la alerta en la comunidad, policías y autoridades.

El fiel reflejo de este fenómeno se observa en lugares públicos. El mirador de calle Chacabuco, las plazuelas Gamboa y El Tren, como las misma plaza de armas castreña y calles como Luis Espinoza, Blanco y Lillo son escenarios de transacciones. Y no solo pasa en el centro de la capital isleña. En los barrios también extiende sus garras esta lacra, aprovechando la escasa iluminación de centros cívicos y pasajes.

Así lo manifiestan dirigentas vecinales que ponen a la comercialización de estupefacientes como uno de sus mayores problemas locales.

La presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Urbanas "Esteban Antihual" de Castro, Carmen Antiñanco, indicó que "la droga está entrando a nuestros hogar y afecta principalmente a nuestros niños, por lo que se debe acentuar el trabajo para combatirla".

Incluso, sus alcances golpean otros ámbitos sociales, generando mayor inseguridad. "En nuestro barrio vivimos principalmente personas mayores que no pueden caminar a sus casas porque los chicos están fumando (marihuana) y tomando alcohol en la pasarela", aclaró Violeta Flores, titular de la JJ.VV. Mirador, que incluye el pasaje Luis Espinoza, donde fueron capturados los últimos adolescentes.

Por ello, piden una intervención integral. "Sabemos que tenemos que denunciar, pero las policías y autoridades tienen que trabajar este tema, que ha llegado a nuestros barrios, nuestras plazas. Se necesita mayor presencia policial, que Carabineros modernice sus estrategias", señaló Paola Domic, líder de la unidad vecinal Los Colonos.

Datos

La presencia de las drogas, más que manifiesta, se está normalizando. Un punto que prende la alerta para su erradicación. Y las cifras son contundentes.

Según la Encuesta Nacional en Población Escolar (ENPE) 2017 elaborada por el Senda, en la región el 29,6% de los estudiantes entre octavo básico y cuarto medio declaró haber consumido marihuana en el último año. Además, apenas el 20,6% considera que el uso frecuente de la Cannabis sativa es peligroso.

Como explicó la directora regional del organismo, Andrea Castillo, la percepción de riesgo por esta sustancia está a la baja. "Es una situación alarmante el consumo declarado por los estudiantes, además está aumentado la disponibilidad para acceder a ella, en especial por el comercio ilegal", sostuvo.

La abogada no dudó en señalar que debe existir un férreo trabajo de las instituciones para abordar la problemática, y en especial de las policías y seguridad pública para reducir la oferta.

Esta verdadera consigna la tienen clara Carabineros y la Policía de Investigaciones, que tienen programas especiales para abordar el tráfico. Eso sí, advierten que en el análisis general de estos delitos por Ley 20.000, los menores no tiene un rol significativo.

Hasta la fecha en este año en la provincia, como lo señalan datos de la institución uniformada, se han registrado 11 denucios por consumo y porte de estupefacientes, con 24 personas detenidas. Por cultivo y cosecha existe una notificación formal y un aprehendido; por elaboración se suma otro detenido; por microtráfico se contabilizan 26 sujetos puestos a disposición de la justicia; por otras infracciones a la normativa hay 26 denuncias y un capturado, mientras que por tráfico son cinco los imputados.

Dentro de este total, como lo explica el defensor Filippo Corvalán, quien es el único especializado en responsabilidad penal adolescente, solamente son seis los menores de edad vinculados a estos tipos de ilícitos.

"El denominador común es la baja cantidad de droga encontrada, asociada más bien a un consumo concertado, dado el normal comportamiento de validación entre pares y prueba de límites, que caracteriza a los jóvenes, pero que en nuestra provincia no ha tenido mayor incidencia", aseveró el jurista.

Mt-0

Este efecto actual de los adolescentes en estos delitos es considerada como un punto contingente, pero no general dentro de las problemática en sí. Más allá que en las últimas semanas se han registrado varios aprehendidos, la tónica no los encierra a ellos como "habituales" encartados.

Así lo relata el subcomisario Marcel Cubillos, uno de los referentes de la unidad Microtráfico Cero (MT-0) de la PDI de Castro, agregando "no hay una gran cantidad de controlados menores de edad, pero es una realidad presente. Es un hecho transversal el de la droga que va más allá de los menores".

Uno de los puntos en consideración por este grupo especializado que nace con la idea de desarticular puntos de venta de sustancias ilegales en poblaciones y espacios públicos, es la práctica de estas acciones en las inmediaciones de los colegios.

"Esto constituye un agravante dentro de la Ley 20.000. Por eso, tenemos contactos con los centros educativos, se realizan charlas preventivas y nos acercamos a los directores para analizar el tema", afirmó el oficial, insistiendo que el objetivo de su labor es la recuperación de los barrios, para lo cual espera que la comunidad siga entregando datos, afirmando que la denuncia es anónima.

Carabineros también está desarrollando un amplio despliegue por esta problemática. Como manifestó el subprefecto de los servicios de Chiloé y Palena, comandante Óscar Muñoz, detallando que existen las rondas impacto que buscan combatir este flagelo y otros problemas delictivos.

"Sale una inyección importante de funcionarios a la población para generar mayor presencia y atender estas inquietudes", acotó el teniente coronel, sumando que también se pesquisan hasta las redes sociales donde se ofrecen estupefacientes "que fácilmente pueden llegar a los menores".

Agregó el oficial que "existe el tráfico inescrupuloso a menores de edad que quieren probar cosas nuevas, ahí estamos atacando. La ley es estricta ante la venta a menores, más en lugares cercanos a colegios. También tenemos una patrulla de acción rápida que ataca esto y va a estar realizando controles preventivos".

Sename

En definitiva, los esfuerzos están centrados en proteger a los adolescentes del impacto de las drogas, tanto en su calidad de infractores como usuarios. El flagelo no solo es delictivo, sino social. Por ello, el trabajo para atacar el problema debe ser integral.

De esta forma lo entiende la directora regional del Servicio Nacional de Menores (Sename), Lilian Peña, quien calificó este escenario como delicado, por el ilícito en sí y también por la vulnerabilidad que hay detrás.

"Para llegar a esto debe existir una historia previa de exposición a conductas distintivas que no fueron detectadas ni por las instituciones del Estado, ni por las familias, que son y deben ser la primera red de apoyo y protección para los niños y niñas", expuso la personera.

En cuanto a los imputados, la fuente no se desligó del rol que deben tener para atenderlos. "Será tarea de los profesionales de nuestra red, apoyarlos en su proceso de reinserción y pondremos todo nuestros esfuerzo en eso. Sin embargo, lo primero y más importante es evitar que más niños y niñas caigan en estas conductas, pero para eso se necesita el compromiso de toda la sociedad, comenzando por las familias", concluyó la profesional.

"La percepción de riesgo está baja entre los escolares en la marihuana. Se debe a la normalización del consumo".

Andrea Castillo,, directora regional de Senda."

6 son los imputados este año. Son menores de edad ligados a delitos de tráfico.

16 años tiene el último adolescente aprehendido por venta de marihuana.

235 centros educativos abarca el programa Continuo Preventivo de Senda en la provincia.

29,6% de los estudiantes en la región, entre octavo y cuarto medio, probó cannabis el último año.

26 han sido los detenidos totales por microtráfico en Chiloé por parte de Carabineros.