Pedro Bárcena González

En libertad y con cautelares de menor intensidad quedaron los dos hermanos involucrados en la agresión a dos jóvenes a la salida de una discoteca, ubicada en el sector de Punta de Lapas en Quellón.

En el Juzgado Mixto del sur de la Isla se realizó ayer la formalización de los imputados de iniciales F.C.P. (22) y D.C.P. (28), cuya detención fue ampliada por tres días en espera de antecedentes que sustenten la indagatoria en su contra.

Como destacó el fiscal subrogante, Piero Buscaglione, dentro de las pruebas que se aguardaban "se encontraba el informe policial detallado sobre este caso ocurrido la madrugada del sábado, como también las antecedentes del Servicio Médico Legal (SML) y de los hospitales, relativos a las víctimas".

Especial atención se centró en el estado del joven de 21 años que sufrió las mayores consecuencias, al recibir golpes con un palo en la cabeza. Fue derivado al Hospital Base de Puerto Montt, estuvo en riesgo vital, pero logró salir de ese complejo estado.

Al no configurarse -con el análisis de toda la evidencia recopilada como también de las declaraciones de los intervinientes y testigos presenciales del hecho- la intención de matar, se desechó un eventual homicidio frustrado.

Por ello, el persecutor encausó al mayor de los encartados por lesiones graves gravísimas contra el paciente hospitalizado en la capital regional, mientras que su pariente será indagado por lesiones menos graves en perjuicio del otro afectado.

El abogado solicitó la prisión preventiva contra el primero de los sujetos, o en su defecto el arresto domiciliario. Sin embargo, ambas medidas fueron desechadas por el juez Pablo Farfán.

Atenuantes

Así lo descubrió el defensor Daniel Henríquez, explicando que esa precautoria sería "desproporcionada" en consideración con la necesidad real de cautela. "Ninguno de los dos jóvenes tiene antecedentes penales anteriores, además se pueden establecer otras atenuantes, como la colaboración sustancial, ya que reconoció su intervención en el hecho", apuntó.

Eso sí, el profesional en esta arista mencionó lo que es su teoría clave: la existencia de una legítima defensa. Enfatizó que de acuerdo a la dinámica de lo sucedido y por lo señalado por testigos, el mismo joven que está internado en la capital regional habría comenzado el conato.

"Usaron el mismo medio -el objeto contundente- para repeler una agresión ilegítima. Su intención era protegerse", aseveró el jurista, sumando incluso que el magistrado esbozó la eventual existencia de una legítima defensa incompleta.

Bajo este contexto, el imputado mayor quedó solo con prohibición de acercarse a las víctimas y firma mensual en Carabineros. Por su hermano se decretó la imposibilidad de aproximarse a los afectados.

60 días se determinaron para realizar la indagatoria por esta causa.

21 años tiene la víctima que fue derivada a Puerto Montt por la gravedad de su estado.