Tarantino le declara su amor al cine en su nueva película
Se estrenó "Había una vez en Hollywood", con Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y Margot Robbie, cinta que incluye el brutal asesinato de Sharon Tate.
Marcelo Macellari
Quentin Tarantino es uno de los directores más cinéfilos de la actualidad. Sus filmes están llenos de guiños a sus películas y realizadores favoritos -unos prestigiosos y otros ni tanto-, al tiempo que ha revivido las carreras de algunas estrellas de su infancia y juventud, como John Travolta ("Pulp fiction") y Pam Grier ("Jackie Brown"). Filma en celuloide, su productora lleva el nombre de una película de Godard (Banda Aparte) y anualmente elabora una lista con los que considera los mejores estrenos de la temporada. Y ahora ha volcado todo su amor por el séptimo arte con "Había una vez en Hollywood", una cinta ambientada en 1969, un año que se considera cambió la industria del cine norteamericano para siempre, con el exitoso debut del filme independiente "Busco mi destino", el triunfo en los Oscar de una película con calificación X ("Perdidos en la noche") y el fracaso estrepitoso de anticuadas superproducciones como "Doctor Dolitlee" y "Hello Dolly".
En el cine de Tarantino siempre está el cine, ya sea como una tradición narrativa, un escenario, un asunto, una anécdota o una metáfora. Sus nueve películas están repletas de citas cinéfilas y son relecturas de géneros en algunos casos bastardos. Pero ninguna de sus cintas es más cinéfila que "Había una vez en Hollywood". Es nostálgica sobre un cine que ya no se hace, sus estrellas y sus paisajes.
"Había una vez en Hollywood", que ya lleva 114,4 millones de dólares recaudados en Estados Unidos y es la película más taquillera del director hasta la fecha, debutó el jueves en la cartelera nacional. La cinta, de dos horas y 41 minutos de duración, tiene un reparto de lujo, que incluye a Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Al Pacino, Dakota Fanning, Luke Perry, Lena Dunham, Damian Lewis, Bruce Dern, Kurt Russell, Timothy Olyphant, Michael Madsen y Brenda Vaccaro.
La película gira alrededor de un actor de Hollywood llamado Rick Dalton (DiCaprio) y su doble de acción, chofer, amigo de juerga y asistente Cliff Booth (Pitt). Dalton no está en su mejor momento: aunque tuvo algunos papeles en el cine y un programa de éxito ("Bounty Law"), ahora sobrevive como villano invitado en series ajenas. Es un daño colateral del fin de una era.
La posibilidad (propuesta por el agente que interpreta Al Pacino) de ir a filmar a Italia spaghetti westerns, parecería ser una salida más o menos digna al estancamiento de su carrera. "Es el final, mi amigo", le dice Rick a Cliff. "Ya fui". Y al rato agrega: "Ya nadie sabe quién carajo soy". Cliff, como todo comentario le aconseja "no llorar frente a mexicanos".
La dupla se la pasa viendo series en la mansión de las colinas de Hollywood y tienen vecinos nuevos: Roman Polanski y su esposa Sharon Tate (Robbie). Rick es consciente de la ironía de que vivan al lado el pasado (él) y el futuro (ese polaco "que un día va arruinarlo todo", dice el personaje de Steve McQueen en un momento de la película) del cine.
Por ahí andan, además, unas muchachas que responden y adoran a un tal Charles Manson y es sabido que eso solo significó problemas para todos los implicados. Su presencia en la película es tan inquietante y el brutal asesinato de Tate es el quiebre de lo que hasta ese momento es una comedia dramática.
La historia se concentra en unos pocos días: primero, el 8 y el 9 de febrero de 1969, y después salta al 8 y 9 de agosto, la noche del asesinato de la rubia actriz que estaba embarazada de ocho meses.
Todo, como siempre en las películas de Tarantino, transcurre en un universo cinematográfico en el que ficción y realidad pueden llegar a ser la misma cosa. No es una transcripción fidedigna de hechos históricos sino, como queda claro desde el título, es una suerte de fábula personal.
Aquellos eran tiempos difíciles para el cine, que estaba cambiando su paradigma adecuándose a los tiempos. La mirada de Tarantino es nostálgica hacia un tiempo que se termina y hay un cariño hacia sus personajes y hacia el cine que representan. Es también una historia de amor a Los Angeles, aquí reproducida con cariñosa fidelidad.
Es que acá está todo lo que se espera de él. Una banda de sonido curada con refinamiento (en su versión en Spotify incluye 34 canciones); una narración que combina clasicismo y nueva ola (lo que explicita en el montaje de algunas escenas); héroes y antihéroes y pies femeninos en primer plano. Para muchos, "Había una vez en Hollywood" es su película más personal.
La Estrella de Valparaíso