'Profe' lleva 30 años tras pasos de los gambusinos que recorren el "Triángulo del Oro de Rere"
La fiebre por el metal precioso nunca se fue de los territorios ubicados al este del río Biobío. Una especie de triángulo en cuyo centro está el pueblo de Rere.
José Manuel Castillo - La Estrella de Concepcion
La mayoría de los chilenos tenemos la imagen mental del buscador de oro o gambusino alimentada, por cierto, por Hollywood. Si usted tiene más de 40 años de edad seguramente habrá visto varias veces a esos personajes en las películas de vaqueros y, si tiene menos, quizás se acuerde de 'El Oloroso Pete' de "Toy Story 2".
Además, lo más probable es que piense que esos personajes no existen en estos tiempos y menos en Chile, pero lo cierto es que sí los hay en este 2018 y algunos de ellos viven alejados unos de otros en el "triángulo" que comprende Hualqui (norte), San Rosendo (Sur) y Yumbel (Este). Esta zona, situada al oriente del río Biobío, es conocida por su riqueza aurífera incluso un siglo antes de la llegada de los europeos a estas tierras.
El profesor Luis Espinoza Olivares lleva más de tres décadas investigando todo lo relacionado con el oro en este territorio. De hecho, el viernes lanzó, en la Biblioteca Municipal de Concepción, su último libro sobre el tema, titulado "La Ruta del Oro en la Antigua Frontera del Biobío".
Espinoza, docente de historia del Liceo San Juan Bautista de Hualqui (pueblo ubicado a 25 kilómetros al sur de Concepción) explica que esta publicación es un compendio de numerosos análisis que no solo se detienen en el precioso metal, sino que también describen el patrimonio natural y humano de la zona. Los interesados en conocer más profundamente sobre este trabajo, pronto lo pueden encontrar en www.archivohistoricoconcepcion.cl.
Explotación del oro
El pedagogo contextualiza que los españoles que llegaron a América y a Chile, en particular, lo hacen como empresa de conquista, es decir, debían obtener ganancias por ello y la forma de lograrlo era mediante el descubrimiento y explotación de minerales preciosos como el oro y la plata. "En 1550, cuando Pedro de Valdivia llega a estas tierras descubre oro en Quilacoya (pequeña localidad ubicada a diez kilómetros al sur de Hualqui, junto al Biobío)", indica.
El investigador señala que se supone que fueron los indígenas de la zona los que informaron de ello al conquistador, ya que sabían de la existencia de este mineral en los esteros cercanos, debido a que un siglo antes, incas procedentes de Perú habían llegado hasta allí en búsqueda, precisamente, de oro, necesario para sus actividades religiosas. Como evidencia del paso de la civilización incaica por las cercanías de Hualqui, Espinoza se refiere a los petroglifos hallados en un cerro cercano a la comuna.
Esta investigación, patrocinada por un Fondart el año 2017, demuestra como unas rocas situadas en lo más alto del cerro La Costilla presentan figuras muy similares a las usadas por los incas. Ello lo complementa con los estudios de otros autores, como el Padre Anello Oliva, José Antonio del Busto y Diego de Rosales, quienes expresan que la civilización incaica llegó mucho más al sur del río Maule, que es lo que sostiene la historia oficial que se nos enseña en los colegios.
"Esta zona es rica en oro, pero está muy diseminado, sale prácticamente en polvo y es por ello que en tiempos de la Conquista los españoles utilizaban la mano de obra que les permitía el sistema de encomienda indígena", añade. "Si hoy vas a los ríos Quilacoya o Gomero, encontrarás oro", sostiene.
Espinoza explica que los gambusinos de hoy pueden llegar a sacar un gramo de oro por día de trabajo, que se vende en el mercado por unos veinte mil pesos. Ello, quizás no es mucho, sostiene el investigador, pero aclara que los españoles, que disponían de entre 50 a 100 indígenas para hacer ese trabajo, en un día de búsqueda podrían alcanzar entre 50 a 100 gramos, lo que hoy vendría a ser algo como entre uno y dos millones de pesos diarios de ganancia.
"No es que hubiera tanta abundancia, sino que los conquistadores se encontraron con vetas vírgenes y mano de obra barata a través de la explotación del trabajo de los indígenas", añadió Espinoza.
-Hoy en día ¿cualquier persona que vaya al lugar podría volver con oro en los bolsillos?
-Prácticamente todos los esteros y ríos de esta zona tienen oro al sur de Concepción, en los alrededores de Rere y cerca de Río Claro (comuna de Yumbel). Una persona inexperta podría estar tres días trabajando para sacar un gramo, pero la aventura es impagable. Puede ser que te dé la fiebre del oro, jajajá, pero no mucho más.
Según el experto es, a esta altura del año, a fines del invierno, cuando más se trabaja en la extracción del mineral mediante el uso de la challa (especie de plato de madera o de metal en cuyo fondo se deposita el polvillo o las pepitas si las hubiera). "En esta época ya no hace tanto frío y se aprovechan las arenas que el invierno ha arrastrado", asevera, sumando que el oro se puede encontrar a uno o dos metros de profundidad.
-¿La recolección de oro es relevante en la economía de las familias de esa zona del país?
-Efectivamente, pero esto lo combinan con agricultura de subsistencia y la crianza de animales. No se dedican a eso exclusivamente".
Picadas secretas
-¿Hay sitios en donde se puede encontrar más oro que en otros?
-Sí, pero los gambusinos son muy cautos y celosos de dar información, por razones obvias. A lo más, a un afuerino, aunque sea de confianza, lo pueden invitar al río, le darán una pequeña demostración y de seguro le dirán que antes era mejor y que ahora ya no lo es. Además, es poca la gente que se dedica a esto, porque son recelosos de transmitir y enseñar esto a otras personas que no sean de su familia. Existe el temor a que les quiten sus picadas.
Aclara que los gambusinos actuales son hijos y nietos de otros gambusinos que trabajaban en esta zona cuyo centro es el histórico pueblo de Rere. "No es un arte difícil de aprender, yo he ido a esos lugares y hemos sacado oro, pero muy poco, muy lejos de las cantidades que sacan los expertos", confidencia.
Espinoza describe que muchos de los buscadores de oro, juntan lo recolectado en sus casas, lo pesan y lo llevan a un comprador que está en Rere. Este hombre lo toma, lo pesa nuevamente, lo paga y viaja a joyerías de Concepción o Santiago dependiendo de donde obtenga el precio más conveniente.
"Lo cierto es que es un mercado pequeño y no conozco mucho de las purezas, pero sí he salido que el oro de lavadero es muy apreciado", consigna el investigador hualquino.
El profesor postula que en dicha zona se dio una "pequeña industria" del oro durante la Colonia, más allá de la agricultura de subsistencia y la escasa ganadería, pero era el oro el fundamental a la hora de atraer más gente al proceso de Conquista. En el siglo XIX, sin embargo, se produjo un auge en la extracción del oro en Rere y eso consolidó al pueblo como centro agrícola y aurífero del sur de Chile.
Banco de rere
"La importante actividad económica de la zona motiva a un grupo de vecinos de Rere y de sus alrededores a conformar una sociedad anónima destinada a crear el Banco de Rere, el que fue fundado en 1889, tras la aprobación de sus estatutos por el Presidente Balmaceda el 31 de marzo de 1889", menciona el libro "Rere: apuntes para su historia", de Bernarda Umanzor y Jaime Silva Beltrán.
Hoy, el profesor Espinoza está embarcado en la tarea de crear una ruta turística para que todos los chilenos puedan conocer cómo la tradición oral ha ido preservando este oficio a lo largo de los años. El libro, presentado el viernes de la semana pasada, no solo habla del oro, sino que también de los petroglifos, del pueblo de Rere y del ferrocarril.
"El oro, sin duda, es lo más llamativo y porque la historia de esta zona se fraguó en torno a la búsqueda del oro, pero hay otros tesoros que son más valiosos que el oro y los debemos rescatar", finaliza.