Cómo actuar en el primer día de jardín y de colegio de los niños
Especialistas dicen que es fundamental informar a los pequeños qué les espera y no invadir las salas con familiares. Hay que estar atento al comportamiento infantil ante esta nueva experiencia en sus vidas.
Camila Espinoza López
De la mano y un poco nerviosos algunos padres llevan por primera vez con sus hijos al jardín o conocen a los compañeros que tendrán sus pequeños en primero básico. Enfrentar estas nuevas experiencias pueden resultar todo un desafío para los niños y para los adultos.
"Es importante comprender que la primera semana de clases es un período de adaptación a una situación nueva que, obviamente, puede provocar ansiedad o estrés en un niño", dice a La Estrella Yilda Quintanilla, psicóloga y docente de la U. de Las Américas.
Informar
La especialista sostiene que es clave que los padres informen a los niños que van a entrar al jardín o al colegio para que tengan más seguridad al "saber a lo que van".
"Que le cuenten lo que se viene. Que les digan que van a estar un rato solos, pero que después los van a ir a buscar", recomienda la académica.
Rodrigo Pereira, psicólogo de la Universidad Bernardo O'Higgins, agrega que no hay que mentir a los niños: "Muchas veces, en el primer día de clases, se suele decir a los niños: 'voy y vuelvo'. En esta etapa el menor ya tiene claridad absoluta de su entorno y, si esto no se cumple, generará una sensación de desapego e inseguridad".
Contenerlos
Uno de los problemas que se suelen presentar y que complica a los padres es que sus hijos lloren en su primer día y quieran regresar de inmediato a casa.
"Puede ser que los niños lloren. Es normal, porque si llevan tres o cuatro años siempre con una persona que los cuida, ese desapego puede generar una conducta ansiosa, pero es importante contener ese llanto. Generalmente, los jardines hacen periodo de adaptación", explica la experta.
La especialista no recomienda dejar de mandar al niño a clases ante este tipo de comportamiento: "Que no vaya al jardín es más complejo a que llore todos los días, porque el niño aprende y asocia que el llorar y patalear es una causa para que la mamá no lo mande al colegio. Reforzamos esa conducta".
Por su parte, Montserrat Sepúlveda, psicopedagoga de la Red de Salud UC CHRISTUS, aconseja estar atentos al tiempo en el que se prolonga el llanto y el rechazo a asistir a clases.
"Si esto persiste, si está acompañado de pérdida del apetito, el niño no está descansando, no está durmiendo o llora con angustia, son indicadores de sospecha y uno puede preguntarse: ¿será que le está pasando algo? Lo normal es de una a dos semanas. Lo que pase de eso es para revisarlo", indica Sepúlveda.
Los espectadores
Quitanilla agrega que, en el primer día de clases, hay que tener cuidado de no tener una fila de invitados que asistan a la escuela o jardín para ver cómo se desenvuelve el niño.
"Mientras más normal sea el tema, mejor. Que vayan las personas más significativas, en el fondo. Puede ser la mamá, el papá, pero la familia completa es mucho, como abuelos y tíos . Se genera ansiedad en los niños. No sobrexcitar al niño. Además, si va toda la familia al colegio, qué ganas de irme con ellos a casa", indica la psicóloga.
La independencia
Otro punto importante, cuando los niños comienzan primero básico, es que los padres lo hagan conscientes de este desafío. "En esta etapa hay que comenzar a incentivar la independencia y que comiencen a establecer responsabilidades propias del colegio como 'preparar su mochila', lo que se debe hacer desde el primer día para generar el hábito", dice Pereira.
Además, el académico de UBO recomienda "establecer compromisos y objetivos propios del año escolar, como el rendimiento escolar en cuanto a las notas y también la conducta".
"Muchas veces, en el primer día de clases, se suele decir a los niños: 'voy y vuelvo'. En esta etapa el menor ya tiene claridad absoluta de su entorno y, si esto no se cumple, generará una sensación de desapego e inseguridad"
Rodrigo Pereira,, académico de la UBO"