Vota en: www.soychiloe.cl - Por Asterisko

atropellos en ancud.- Preocupación existe entre los ancuditanos por la ocurrencia con solo días de diferencia de atropellos en el mismo punto céntrico de la ciudad. Coincidentemente los peatones lesionados corresponden a mujeres -la primera de 68 y la segunda de 58 años-, quienes intentaban cruzar la intersección de las calles Aníbal Pinto y Pedro Montt. La Unión Comunal Urbana exige mejorar la demarcación y aumentar la presencia policial, y Carabineros llama a respetar la señalizaciones y pasar con cuidado.

festividades religiosas.- Si bien la fiesta al Nazareno de Caguach de enero es la celebración religiosa más masiva de la temporada y del año en Chiloé, el verano también es tiempo de decenas de otras conmemoraciones de este tipo. Algunas son pequeñas y hay otras con mayor concurrencia de fieles, pero lo que tiene en común la gran mayoría es su larga data, hasta de siglos. El viernes, por ejemplo, se recordó a la Virgen de la Candelaria en varios poblados del Archipiélago, como en el sector de San Javier, en Curaco de Vélez.

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Polivictimización: cuando el dolor no acaba

Hace unos días, la División de Estudios de la Subsecretaría de Prevención del Delito presentó los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Polivictimización y Violencia hacia Niños, Niñas y Adolescentes y donde se encuestaron cerca de 20.000 a nivel nacional, entre 12 y 17 años. Es un interesante esfuerzo que permite poner en perspectiva un fenómeno presente en el marco de la violencia contra la infancia cuando esta no obedece a un hecho puntual, sino que es recurrente, pues su persistencia da cuenta de que los factores de riesgo permanecen, forman parte de un contexto o de un sistema que abre o promueve espacios a vulneraciones reiteradas sin tener factores protectores que detengan dicho ciclo.

Un 46% de los estudiantes entre séptimo básico y tercero medio ha sufrido al menos una victimización de delito común con ataque, 34% ha sufrido al menos una situación de maltrato por parte de sus cuidadores y un 65% ha sufrido al menos una victimización indirecta en la comunidad. El 10% de la muestra, en tanto, manifiesta haber sufrido 14 victimizaciones o más en su vida. Asimismo, a medida que aumenta el número de victimizaciones sufridas por un niño, se declaran mayores síntomas depresivos.

Lo anterior se ve reflejado en situaciones como el abandono escolar, que muchas veces es la puerta de entrada de un gran número de catalizadores de riesgos como el consumo de alcohol, drogas e incluso el inicio de trayectorias delictivas. Asimismo, estos pueden conducir a situaciones como el abuso sexual o la violencia constituyendo un cuadro de consecuencias que maximiza el daño y la vulnerabilidad de los niños en su crecimiento.

La polivictimización es un indicador irrefutable de exclusión social, es la evidencia de la incapacidad de prevenir, detectar e intervenir tempranamente sobre el entorno que los afecta, entre otros ambientes en la escuela, la familia o en el barrio. De allí que la clave está en conducir con integralidad, evidencia y sostenibilidad la instalación de dispositivos de prevención en la comunidad, que aborden de acuerdo a la realidad local los factores de riesgo y de protección que promuevan el desarrollo positivo de la Infancia.

Tener una mirada sobre la polivictimización nos remite a buscar mecanismos preventivos y sistémicos, que puedan replicarse desde la política pública en los ambientes donde la exclusión social se ha ensañado con nuestra infancia y junto con la comunidad crear la protección que sabemos aún es inexistente para miles de nuestros niños.

Marcelo Sánchez Ahumada, gerente, general de la Fundación San Carlos de Maipo"

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Junto con saludarle, escribo esta carta para expresar mi extrañeza ante una situación ocurrida en la plaza de armas relacionada con el concurso "Mini Reinas de Castro". ¿Por qué? Por el hecho de crear un concurso de reinado y hacer una competencia para niñas entre ocho y diez años de edad, hacerlas bailar en un escenario un estilo de música extremadamente machista, niñas que no saben el verdadero contenido ofensivo hacia el género femenino. Si se ofrece la oportunidad de poder ser una princesa o reina a esa edad, es obvio que deseará serlo por los estereotipos de género implantados en la sociedad y que el municipio está incentivando con esta actividad. Entiendo el entusiasmo de cada niña, pues todas siempre quisimos ser princesas con hermosos trajes y bellas coronas; el problema es el tipo de princesa que la sociedad proyecta, que seamos la doncella que siempre tiene que ser salvada, bella, débil y a la sombra del supuesto "príncipe azul". Por esto, estimo que se debería dejar de ver así a las mujeres y enseñarles eso a las niñas más pequeñas.

Finalmente, le comento que yo también quiero ser una princesa, pero como la Princesa Leia de la "Guerra de las Galaxias"; una princesa valiente, fuerte, inteligente y que siempre dio lo mejor de sí para conseguir sus ideales, una líder de los rebeldes que fue la que salvó a muchos y no esperó ser salvada.

Trinidad Sánchez Cárcamo, 14 años

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