"Solo debo seguir siendo la misma niña de siempre"
Si en julio dos chilotes se coronaron monarcas continentales en la sub 17 masculina, este mes alcanzó similar título juvenil un alumna y jugadora del Colegio San Francisco de Asís de Castro, quien reconoce que el baloncesto es su pasión.
Cuando algo te apasiona y te la juegas por ser cada día mejor, inclusive sacrificando momentos valiosos de tu vida, es una señal de que tienes claro hacia dónde debes conducir tu vocación. Esto lo tiene asumido la castreña Damaris Alarcón Barría (14), promesa del básquetbol femenino chilote y que a sus cortos años ya hizo historia en el deporte del cesto a nivel nacional y continental.
La alumna del Colegio San Francisco de Asís, donde cursa octavo básico, se tituló recientemente campeona sudamericana junto al combinado chileno femenino sub 14, triunfo conquistado en Popayán, Colombia este mes.
Tal hazaña la compartió junto a su familia, ya que sus papás la acompañaron en tierras cafeteras. Se define como muy regalona, por ser hija única, aunque confiesa que tiene dos primas que las considera sus verdaderas hermanas.
La adolescente ya es una figura en el "San Pancho", y así la ven alumnos y profesores que valoran su compromiso como escolar y buena deportista. Damaris está consciente que está recién comenzando su carrera deportiva pero entiende que cualquier sacrificio que haga en pos de ser mejor le otorgará réditos en el baloncesto y en su formación personal.
Poseedora de una habilidad sorprendente sobre la línea pintada e iniciadora de la ofensiva de su equipo como base del quinteto, esta chilota, de sonrisa amplia y de unos cautivantes ojos verdes, tiene claro que el camino al éxito es la suma de trabajo y sacrificio. "No hay otra fórmula", como ella lo cree.
La senda deportiva de esta residente del sector Gamboa Alto, en Castro, la inició siendo una preescolar cuando ya mostraba condiciones que ahora evidencia.
Inicios
-¿Cuándo comenzaste a jugar básquetbol y hubo alguien que te motivó?
-Estaba en prekínder, cuando tenía cinco años, y la profesora Margarita (Castro) me incentivó a esto del básquetbol y nunca paré. Siempre he jugado por este club (Colegio San Francisco), además estuve siempre en Femisur, donde he jugado desde los once años. Clasificamos en la misma liga a un cuadrangular en la sub 13 y este año sigo en competencia en el circuito en la categoría sub 15.
-Tu paso a la selección fue algo rápido, ¿qué me puedes contar de aquello?
-Participé de un nacional sub 13 en Punta Arenas, donde representé a Castro, allí me convocaron a una preselección a la que llegamos 31 niñas de todo el país y en cada concentración fueron quitando jugadoras, hasta que quedamos las 12 que fuimos a representar a Chile en Colombia.
-Cuando hablas de básquetbol lo dices con mucho entusiasmo, pero ¿hay otro hobbie aparte?
-Este ha sido mi hobbie, el básquetbol, y no me canso de eso. Tocaba acordeón, jugaba fútbol, pero el básquetbol es mi principal motivación. Mis papás han sido el pilar en que siga jugando, ellos me apoyan y confieso que yo les inculqué esto.
-¿Cómo fue ese momento cuándo supiste que viajarías a Colombia?
-Era un día normal y de repente me llega la nómina y estaba yo, sentí que todo lo que había hecho valió la pena. Cada invitación que me habían hecho a un cumpleaños no iba porque tenía que entrenar, porque sentía que valía la pena. Fue un momento de mucha alegría y pensé de inmediato que había que seguir trabajando para poder salir campeonas sudamericanas y lo logramos. Esto no fue algo fácil porque me debí cuidar con la alimentación, hice mucho trabajo físico donde me ayudó el profe 'Pato' (Patricio Arriagada) y con la profe Margarita.
-Una vez instalada en el sudamericano, ¿en qué momento pensaste cuando el título era de ustedes?
-Este era un sudamericano para abrir una puerta para seguir trabajando y mirar el mundial que se realizará con la sub 17 el 2019. Este resultado fue el fruto del trabajo en cada concentración y la actitud de querer salir campeonas. Partimos con el triunfo ante las venezolanas, después contra Brasil y ese partido que ganamos no fue tan fácil, pero salimos adelante. Luego enfrentamos a Ecuador y pasamos a la semifinal contra Argentina. Estaban las ganas de sacar un buen resultado contra ellas (las trasandinas), porque siempre ha existido una rivalidad; en ese partido tuvimos más actitud que ellas. Las argentinas jugaron con miedo hacia nosotras y eso lo supimos manejar y ganamos. En la final nuevamente nos enfrentamos a Brasil. Los nervios y la ansiedad al principio nos pasaron la cuenta. Ya en el segundo tiempo, comenzamos a hacer puntos, a tomar nuestro juego y finalmente ganamos.
-Nos confesaste que el básquetbol es tu pasión. ¿Te ves en el futuro viviendo de esto?
-Me encantaría vivir del básquetbol, pero también quiero tener una profesión de respaldo, ya que no todo es básquetbol en la vida. En todo caso, yo vivo el presente, hay que ir paso a paso como siempre me han dicho y seguir con las cosas que tengo hasta el momento. Soy una estudiante con buenas notas; en el colegio me apoyan mucho y tengo que seguir, me pretendo quedar en el San Francisco hasta terminar cuarto medio.
¿Qué le dirías a las pequeñas que hoy dan sus primeros pasos en la disciplina?
-Si este deporte es lo que les gusta y se ven que este es su sueño, sigan trabajando duro y alcáncenlo porque nada es imposible, si tú te lo crees nada es imposible. Nada me asegura que yo podría estar en otro proceso de selección, solo debo seguir siendo la misma niña de siempre, no agrandarse, siendo sencilla y humilde, y seguir trabajando y ver lo que me falta para seguir mejorando, porque este sueño sigue en camino.