Camila Espinoza López - Medios Regionales
Se acerca el fin del año escolar y las temidas sospechas de algunos padres, se confirman: su hijo no pasará de curso. Se trata de una situación ingrata que a muchos papás provoca pena o rabia o impotencia, y que no saben cómo manejar.
Castigar al estudiante se convierte, para muchos, en la primera medida, pero para Rodrigo López, director del magíster en psicología educacional de la Universidad Mayor, no es lo más recomendable.
"Lo más importante es buscar mayor conciencia en el repitente y en los padres, porque los niños no repiten en diciembre, este problema comienza en marzo y los padres también deben asumir cuál es su responsabilidad en el hecho final. Castigar no tiene mayor sentido", dice el psicólogo a La Estrella.
Liz Amador, psicóloga de la Universidad Central, plantea, por su parte, que "los gritos y el descontrol lo desautorizan frente a un hijo, pues evidencia que usted no puede regularse emocionalmente".
Escuchar al repitente
López cree que, en lugar de sancionar, ayudará más que exista una conversación entre el estudiante y sus padres.
"Lo que importa es que el niño y la familia reflexionen sobre su actuar. Tenemos que escuchar al repitente: papá y mamá deben sentarse con el niño y ver qué pasó en el proceso", acota.
Durante esta charla, se deben buscar soluciones compartidas y, según el especialista, es clave que el niño "exprese cuáles son las acciones que tiene que realizar para que se haga cargo de la situación".
Se puede planificar, por ejemplo, contar con el apoyo de clases particulares para los ramos que parecen ser más complejos.
Compromisos posibles
Esta instancia de conversación, recalcan los expertos, se debe aprovechar para hablar del futuro académico y asumir compromisos factibles de cumplir.
"Los compromisos que se asumen deben ser viables de ser supervisados, por ejemplo, puedo decir: 'vas a estudiar todos los días y vas a tener una hora para hacer las tareas', pero si como papá no lo puedo supervisar, va a ser difícil de verificar", explica el coach educacional.
Sobre el punto, Amador recomienda "no olvidar conversar con sus hijos e hijas, y buscar soluciones realistas y eficientes para el logro de las metas. Enseñe a su hijo que es capaz de llegar a sus objetivos, ayúdele a creer en sí mismo. Y no olvide que, a veces, hay que volver a empezar para avanzar".
No ser disco rayado
Una vez que se produjo la conversación sobre el "vale otro", López recomienda no volver al tema, una y otra vez.
"Hay que evitar hablar nuevamente, hablar en forma reiterada no tiene sentido. Cuando se realizó una conversación, padres e hijos llegaron a acuerdos y asumieron responsabilidades", añadió.
Y recalca que insistir en el mismo punto solo hará sentir mal al estudiante y a la familia.
no a la ley del hielo
López sostiene que, para mantener la armonía familiar y realmente apoyar al estudiante, es fundamental que el repetir de curso no se convierta en una situación traumática para los jóvenes o niños.
"Se debe evitar la ley del hielo familiar. No podemos llegar a ese nivel. Tenemos que entender el repetir, más que como un problema, como una oportunidad de hacer de nuevo las cosas. Nuestro hijo quizás tiene un aprendizaje distinto, más lento. Tenemos que averiguar eso, estar conscientes de cómo nuestro hijo avanza en el año y qué ramos son los que más les cuesta", manifiesta el experto.
Y, a pesar de que exista frustración, López acota que no se debe "tirar la esponja" y hay que seguir confiando en los hijos.
"No caer en la desesperanza. No decir: 'ya no creo más en mi hijo y no se habla del futuro", recalca el experto.
"Lo más importante es buscar mayor conciencia en el repitente y en los padres, porque los niños no repiten en diciembre, el problema comienza en marzo".
Rodrigo López, académico, de la Universidad Mayor."
"No olvide conversar con sus hijos e hijas, y buscar soluciones realistas y eficientes para el logro de las metas. Enséñele que es capaz de llegar a sus objetivos".
Liz Amador, psicóloga de la Universidad Central."