Comunidad de Huyar Bajo inicia minga para restaurar su templo
El esfuerzo mancomunado de los vecinos y del taller Patrimonio y Restauro está logrando sus frutos. Las obras de reparación de esta iglesia de 200 años se iniciaron hace dos semanas.
Empinada en el pequeño caserío de Huyar Bajo, en la comuna de Curaco de Vélez y a escasos metros del bordemar, la capilla Nuestra Señora del Carmen inició la primera etapa de su proceso de restauración.
Con casi 200 años a cuestas -los cumple este año-, esta iglesia que forma parte de la escuela chilota de arquitectura religiosa chilota posee serios problemas estructurales. Cambio de piso, mejoramiento de sus seis ventanas, como también de las tejuelas que cubren su parte posterior, serán parte de los trabajos que los maestros comenzaron hace dos semanas, gracias a un esfuerzo mancomunado liderado por la propia comunidad del sector y el taller Patrimonio y Restauro.
"Esta parte contempla la conservación del tabique y la culata que tienen las tejuelas muy desgastadas, han ido perdiendo espesor y han quedado como papel, vale decir estamos hablando de la parte posterior del templo, por tanto la idea es retirar esas tejuelas, cambiar las cintas y poner las tejuelas nuevas de alerce; además, con las tejuelas que puedan ser reutilizas vamos a aprovechar de reparar el tabique lateral izquierdo", explicó la arquitecta a cargo de esta iniciativa, Katerine Araya.
Sumó la profesional que "lo otro que contempla es el cambio de las ventanas que están muy deterioradas, les entra el agua, les faltan los vidrios porque ya el palillaje está muy delgado y la tarea más larga será el cambio de piso, la iglesia está muy desnivelada".
Este proyecto de restauración cuenta con el financiamiento del Fondo de Patrimonio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), aportes de la comunidad, de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé (Faich) y de la Municipalidad de Curaco de Vélez.
Para iniciar las faenas, pobladores realizaron una minga de limpieza del área que será intervenida, principalmente por la gran cantidad de maleza que cubría el templo a su costado derecho y en su parte posterior que colinda con el cementerio.
"Se retiraron arbustos, maleza, maderas que también habían, todo lo anterior para permitir la circulación e instalación de andamios para el retiro de las tejuelas de la culata", afirmó la profesional.
Dos carpinteros de la zona colaboran en las faenas. Su trabajo será cancelado gracias a los recursos reunidos por la comunidad; asimismo, se mantendrá el sistema de minga a través de la colaboración de los propios vecinos, que en la medida de sus posibilidades ayudarán también en las faenas de construcción.
"Vamos a ir programando mingas, como se hizo la de limpieza, más adelante haremos otra cuando se saque el piso porque se necesitará mucha ayuda; asimismo, hay que continuar recolectando material para la obra", indicó Araya.
Apoyo
Clodomiro Soto, quien es el carpintero mayor, valoró la posibilidad de ser parte de esta restauración, sobre todo por lo que ella significa para la comunidad, que desde hace años ha trabajado en la recolección de recursos económicos.
"Vamos a ponerle todo el empeño y las ganas, tal como lo hicimos en los trabajos de la iglesia de San Javier -también en Curaco de Vélez-, tengo harta experiencia y toda ella la estamos colocando acá para sacar adelante esta restauración", expuso el curacano.
Añadió el longevo maestro que lo más demandante será el cambio del piso, entre otras cosas, por lo dañado que está.
"El piso desde la construcción de esta iglesia nunca ha sido intervenido, las tejuelas que serán cambiadas de la parte posterior tienen cerca de cien años, por lo mismo, es que hay que sustituirlas porque están muy delgadas y se filtra el aire, además hay que reforzar los palos", manifestó el isleño.
Las faenas, de acuerdo a lo programado, podrían extenderse hasta diciembre de este año. La totalidad de los recursos que reviste una obra de estas características son de 36 millones de pesos, 14 de ellos provienen del Fondo de Patrimonio del CNCA, el restante es un cofinanciamiento y a pesar de ello aún faltan 7 millones, los que deberán ser reunidos por la comunidad en estos meses.
Al respecto, Francisco Guilquiruca, presidente del Comité Social, Cultural y Patrimonial 16 de Julio de Huyar Bajo, explicó que la idea de intervenir esta capilla nació del seno de los propios habitantes del caserío, y que en la medida de las posibilidades años atrás, se logró realizar mejoras en el techo y pintura en algunos sectores del inmueble.
"Lo último que se hizo fue hace 12 años atrás cuando se cambió el techo del lado norte, después se dejó estar un tiempo y ahora hemos retomado porque hay un deterioro importante sobre todo en el piso, envigado y lo que es el tingle que colinda con el cementerio", aseguró el vecino.
Respecto a la recolección de los recursos necesarios para iniciar las obras, el también funcionario municipal de Curaco de Vélez puntualizó que existía un "piso de la directiva anterior y este verano realizamos muchas actividades".
"Hubieron donaciones y también con mucho trabajo logramos juntar a través de la venta de yoco, rifa, campaña del sobre, más un módulo de comidas en las domaduras de Curaco de Vélez, 3 millones de pesos", acotó.
La fuente resaltó que continuarán trabajando para reunir los dineros faltantes y que está el compromiso del municipio de ayudar con una subvención.
"El llamado es también a las empresas privadas que funcionan en la zona que nos cooperen con esta minga y nos ayuden a salvar este patrimonio que no es solo de Curaco de Vélez, sino que es de Chiloé; esta iglesia es una reliquia histórica, arquitectónica de gran valor y nuestro objetivo es que no desaparezca porque nuestro patrimonio tiene que seguir vivo, seguir vigente", concluyó Guilquiruca.
"Afortunadamente esta iglesia, a pesar de tener 200 años, tiene un buen estado de conservación; por la edad que tiene podría estar mucho más deteriorada".
Katerine Araya,, arquitecta."
Historia
La iglesia de Huyar Bajo es la más antigua de la comuna de Curaco de Vélez y la tercera de isla Quinchao, solo superada por la de Achao y Villa Quinchao. La primera capilla fue construida por los jesuitas en el siglo XVII. Posteriormente la que hoy está en pie fue levantada en el siglo XIX en honor a la Virgen del Carmen, celebrada por los fieles cada 16 de julio. A mediados de año este templo católico cumplirá 200 años de vida.