Obrero arriesga 20 años de cárcel por ultrajes a nietas
Caso se registró en Ancud y el acusado niega responsabilidad. Defensa expuso que el sujeto es impotente y que relato de las niñas fue inducido por la madre.
A una pena de 20 años de cárcel se expone un obrero forestal acusado de ultrajar por más de cuatro años a dos de sus nietas. Un aberrante caso de agresión sexual que tuvo como epicentro la población Vista Hermosa de Ancud, con ramificación en el sector Alerce Sur de la capital regional.
Desde la jornada de ayer se realiza el juicio contra el sujeto de iniciales J.A.T.B. (57), quien aseguró que nunca tuvo contacto con las menores. Sin embargo, la versión de las propias niñitas como las pruebas periciales reunidas en la indagatoria lo sindican como el único imputado de los delitos reiterados de violación y abuso en contexto de violencia intrafamiliar.
Tanto el fiscal Jorge Raddatz, como la abogada querellante Vanessa Aránguiz, dieron cuenta de cuatro hechos relacionados con la participación del abuelo de las víctimas, ya sea en el domicilio del trabajador en el norte de la Isla, en los momentos en que lo visitaban, como también en la misma casa de las afectadas en Puerto Montt.
En la acusación se describe que las menores sufrieron los ataques, desde que tenían apenas 5 y 7 años. Un calvario que se habría prolongado entre marzo del 2010 y abril del 2014, en Ancud. Mientras que también existiría un episodio de violencia contra ambas en mayo del 2014, en su vivienda en el continente.
Sufrimiento
El persecutor calificó como "costoso y difícil" todo el proceso vivido por las víctimas y la denuncia del caso, indicando que sufrieron al estar involucrado un ser querido. Además, recalcó que "ambas no dijeron nada inicialmente por miedo", pero al ocurrir un episodio de mayor violencia una reveló todo a su madre. Sin embargo, la mujer, apenas dos meses después y tras el relato de la otra afectada, decidió concretar el denuncio, en agosto del 2014.
"Lo que dicen las niñas está probado, dando cuenta de todo el sufrimiento que pasaron, algo que no es inventado", señaló el abogado, sumando que se respalda con otros testimonios y prueba pericial para sustentar su teoría.
En tanto, la jurista del Programa Reparación y Justicia, quien representa a las afectadas, manifestó que ellas "sindican como autor a su abuelo paterno, quien era un referente, una figura protectora y de confianza, pero que traspasó esos límites generando todo este daño contra las menores".
Asimismo, la profesional explicó que en esta causa se repite la dinámica abusiva tan presente en la Isla, apuntando a un factor clave: el silenciamiento. Por cuatro años habrían mantenido esto oculto las niñas, debido al vínculo estrecho que tenían con su abuelo y por miedo al quiebre familiar. No obstante, se atrevieron a develar los hechos. Una secuencia de agresiones que el mismo acusado refuta.
Odiosidad
En estrado, el obrero resaltó que "lo que dicen las niñas es falso, nunca las toqué", añadiendo que estas imputaciones derivan de la odiosidad en su contra por parte de la madre de las pequeñas, a quien acusó de malos tratos contra su hijo y padre de las víctimas, como también hacia las niñitas.
Así también lo expuso el defensor Luis Mora, invocando la absolución de su representado. "Pensamos que el autor (de las agresiones sexuales) es un tercero", expresó, sumando que las afectadas "presentan un relato aprendido e introducido por la madre".
A su vez, en lo que constituye una de sus bases probatorias para llegar a esta conclusión, el abogado sostuvo que el obrero tras sufrir un accidente laboral quedó impotente sexualmente, "por lo cual es imposible que haya cometido el delito", concluyó.
La fuente adelantó que existe un peritaje que demuestra el daño orgánico de su cliente que impide que tenga erecciones. Un escenario que su esposa también confirmaría.
Bajo estas aristas avanza el juicio que hoy tiene su segunda jornada de pruebas, etapa que se extendería al menos hasta el martes, todo para crear convicción en la sala presidida por el magistrado Cristian Rojas.