Jonás Romero Sánchez - Medios Regionales
Conservar las cenizas de un difunto en el hogar, o esparcirlas en el aire, la tierra o el mar, ya no será posible para los creyentes católicos.
Así lo establece el documento "Ad resurgendum cum Christo", publicado ayer por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El cardenal Gerhard Ludwig Müller planteó durante la presentación del texto que "la Iglesia, en primer lugar, sigue recomendando con insistencia que los cuerpos de los difuntos se entierren en el cementerio o en otro lugar sagrado".
Sin embargo, añadió que "si por razones legítimas se opta por la cremación del cadáver, las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio".
De acuerdo al Boletín de Prensa del Vaticano, recogido en el sitio web de la Conferencia Episcopal Chilena, el cardenal precisó que "no está permitida la conservación de las cenizas en el hogar. Solo en casos de graves y excepcionales circunstancias, el ordinario, de acuerdo con la Conferencia Episcopal o con el Sínodo de los Obispos, puede conceder el permiso para conservar las cenizas en el hogar".
Añadió que para evitar confusiones filosóficas con otras doctrinas no católicas, "no se permite la dispersión de cenizas en el aire, en tierra o en agua o en cualquier otra forma, o la conversión de cenizas incineradas en recuerdos conmemorativos".
Autorización de 1963
La cremación había sido autorizada por la congregación en 1963, bajo la condición de que no fuera un signo de que no creencia en la resurrección. El permiso fue incorporado en el Código de Derecho Canónico en 1983, informó ayer la agencia católica CNS.
Sobre el instructivo, el cardenal Müller dijo que "mostrando su aprecio por los cuerpos de los difuntos, la Iglesia confirma la creencia en la resurrección y se separa de las actitudes y los ritos que ven en la muerte la anulación definitiva de la persona, una etapa en el proceso de reencarnación o una fusión del alma con el universo".
"No está permitida la conservación de las cenizas en el hogar (...). No se permite la dispersión de las cenizas".
Cardenal Gerhard L. Müller."