Familia Marilicán de Ancud es reconocida como Tesoro Humano Vivo
Premio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes recayó en artesanos en quilineja.
La familia Marilicán Lindsay, artesanos en quilineja del sector de Llanco, en la península de Lacuy, comuna de Ancud, se convirtieron en uno de los cuatro nuevos Tesoros Humanos Vivos de Chile.
Este reconocimiento que recayó hace dos años atrás en la maestra de paz de Quellón Domitila Cuyul es impulsado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) y se entrega a personas naturales, comunidades o colectivos portadores de conocimientos, expresiones o técnicas arraigadas en las tradiciones culturales representativas de una comunidad o grupo.
Los isleños ganadores en esta octava edición de Tesoros Humanos Vivos comprende a la familia compuesta por Juan, el padre recientemente fallecido, y sus dos hijos, Clodomiro y Dagoberto.
"El premio a la familia Marilicán Lindsay vuelve a relevar la importancia de la cultura insular patagónica, pues tiene en esta familia chilota a fieles exponentes de una tradición de artesanos que han ido explorando nuevas formas para innovar desde lo funcional a lo ornamental, con muy buena recepción de sus productos", indicó la directora regional de Cultura, Evelyn Almonacid.
Sumó la personera que "la artesanía regional está de fiesta con este reconocimiento".
La autoridad explicó que la entrega de esta distinción obedece al trabajo permanente y exclusivo de la cestería en la fibra vegetal de quilineja por la integridad y transversalidad de la práctica, ya que son ellos mismos quienes extraen, elaboran piezas y vivencian las distintas dimensiones de esta realidad cósmica y cotidiana. Son custodios y transmisores de estos saberes.
Por su parte, José Luis Ramírez, secretario ejecutivo de la Corporación Cultural de Ancud, valoró la nominación de esta familia de cultores, añadiendo que "estamos muy contentos por este reconocimiento que obtuvo la familia Marilicán, es muy importante porque es un oficio que está muy olvidado. Por lo mismo, es que nos interesa que los portadores de estos saberes, los hijos de don Juan (Clodomiro y Dagoberto), puedan realizar talleres para que no se pierdan y puedan ser reconocidos por las nuevas generaciones".
Esta tradición familiar de recuperación del uso de la fibra vegetal fue reconocida también el 2007, cuando la Red de Cultura de Chiloé entregó al hoy fallecido cultor Juan Marilicán el Premio Defensa del Patrimonio Cultural de Chiloé.
Visita
Será el propio ministro presidente del CNCA, Ernesto Ottone, quien a fines de este mes vendrá a contarles en detalle los alcances de este reconocimiento a los artesanos del sector rural de Llanco, quienes usando la quilineja fabricaron en principio piezas utilitarias de uso cotidiano (especialmente canastos, vetas, esteras y escobas) e incorporaron con el tiempo la elaboración de piezas ornamentales, pero sin desviarse de las formas y técnicas tradicionales.
En un acto que deberá hacerse próximamente en Santiago, los cultores recibirán del Estado de Chile una certificación pública de su calidad de Tesoro Humano Vivo y un estímulo económico de $7.000.000 por su categoría de colectivo.
Historia
Según relata el folleto de la exposición "La quilineja y la familia Marilicán" del Museo Regional de Ancud del 2007, Juan Marilicán aprendió a tejer esta fibra de su madre, quien confeccionaba diversos artefactos para comercializarlos en Ancud. Su difunta esposa Ángela Lindsay también participaba en el trabajo de la quilineja, destacándose en la confección de piezas ornamentales. Esta familia distingue dos clases de quilineja, la fina y la gruesa, las que se encuentran asociadas a diversas especies de árboles nativos. La fina es utilizada para la confección de pequeños artefactos y la gruesa se emplea en artefactos utilitarios como escobillones.