Fueron cuatro mensajes a través de Twitter. En ellos, la alcaldesa de Viña del Mar preguntaba a quienes la siguen en la popular red social si había interés en sumar una nueva jornada al festival internacional de la canción que cada febrero se toma la ciudad.
Esta propuesta, hecha por Virginia Reginato la semana pasada, causó revuelo pues implicaría que el evento pasaría de tener seis jornadas a contar con siete. Esto significa cambios en términos de cantidad de músicos y humoristas a presentarse en total, además de mayores esfuerzos en logística e incluso el que la ciudad costera reciba a quienes viajan al evento durante más tiempo.
Pero los cambios no son solo un tema práctico, sino que también legal y administrativo. Por lo tanto, si bien Reginato no habló de hacer un cambio inmediato en la duración del evento, de ser aprobado, el plan tendría que esperar. Ella misma comentó este hecho a través de un comunicado de prensa, explicando que la propuesta "podría ser incluida en las bases de la próxima licitación para concesionar este importante evento musical". Una de las motivaciones para hacerlo responde a dar espacio a artistas emergentes y, por otro lado, el hecho de que el evento es una importante plataforma de promoción para la ciudad tanto en Chile como en el extranjero.
Sobre la propuesta, Reginato agregó: "Mi idea es que en las nuevas bases de licitación, que se empiezan a trabajar el próximo año 2017, se incluya un séptimo día exclusivo para artistas nuevos y emergentes de Chile, y que sean los fans, a través de redes sociales y otros mecanismos de participación, los que los propongan".
La actual licitación, la cual fue ganada por Chilevisión en 2014, contempla los eventos entre el 2015 y 2018 con seis noches para cada oportunidad. Como en el contrato de concesión no se pueden hacer modificaciones, sería imposible hacer este cambio en el corto plazo. Por otro lado, tampoco se trata de cambiar las bases de la próxima licitación, pues se debe considerar los costos asociados a cada jornada del evento. Para agregar una noche, la estación televisiva que organiza y transmite debe invertir entre 800 mil y un millón de dólares, cifra no menor si se considera que el Festival de Viña no es un producto que asegura recobrar lo gastado.
Por ejemplo, si bien Chilevisión ha logrado buenos resultados desde 2011, en 2015 tuvo pérdidas asociadas al evento, algo que en el caso de Canal 13 ocurrió en todos los años en que se adjudicaron el festival, ya sea solos (de 2000 a 2006) o en conjunto con TVN (de 2007 a 2010). En el caso de Mega, que lo tuvo a su cargo entre 1994 a 1999, solo dos años tuvo números azules.
Por lo tanto, otro factor determinante sería contar con un canal que esté efectivamente interesado en aumentar la ya tremenda carga de trabajo en una empresa que ha mostrado ser compleja.
2014 es el año en que CHV ganó la licitación que se extiende desde 2015 al 2018.