La cruda realidad que revela caso de ultraje a seis niñitos
La vulneración en su máxima expresión se observa en la causa seguida contra el acusado de violar y abusar a menores en Quellón. El sujeto arriesga cadena perpetua calificada después de destruir a humildes familias chilotas.
Constituye uno de los más claros ejemplos de vulneración que llega al sistema procesal penal. No solo se trata de múltiples ultrajes a menores. El contexto es mucho mayor. A la violencia sexual se suma el maltrato físico, sicológico y económico. Una verdadera pesadilla que rompió las bases de una humilde familia de Quellón.
Cadena perpetua calificada arriesga el sujeto de iniciales J.B.T.G. acusado de cinco casos de violación impropia y otros tres de abusos sexuales infantiles, todos en carácter de reiterados. Además, se le vincula a otros dos ultrajes. En total son seis víctimas que tenían entre los 6 y 13 años al momento de comenzar a sufrir estas agresiones, las que se extendieron entre el 2009 y el 2013.
Estos hechos se concentran tanto en el sector Coinco, como en un campo de las proximidades. Además, se habrían repetido contra una niña en la comuna de El Carmen, en la Región del Bío Bío. Una aberrante seguidilla de ataques que tiene una dinámica común, como ha quedado en evidencia en el juicio que se desarrolla en el Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Castro por esta causa.
Testimonio
Tal como expresó en la audiencia la madre de dos de los menores ultrajados, el imputado se aprovechaba la desprotección de los pequeños y a punta de regalos se ganaba su confianza. Después venían las amenazas a todo el entorno familiar para impedir que se revelaran estos actos.
Incluso, la mujer declaró que el imputado les mostraba películas pornográficas a los niños y "se las arreglaba para quedar a solas con ellos para consumar estos hechos... Mandaba a mi hermana a trabajar para tener este tiempo. Hasta le hizo magia negra a los niños para que no hablaran".
La testigo reveló una espiral de violencia instalada en el hogar que habitaba su hermana junto al acusado, quienes estaban al cuidado de tres menores, dos de los cuales fueron ultrajados. "Siempre le gritaba (a su pariente) y le pegaba. Ella era la que trabajaba, sacaba leña, él era un cafiche", indicó la joven, señalando que después de enterarse que sus sobrinos fueron violentados, constató que dos de sus hijos pasaron por el mismo calvario, lo mismo que otros dos primitos.
Los datos proporcionados por esta vecina fueron coincidentes con los entregados por otros testigos que han salido a estrado en las primeras tres jornadas de juicio. Y especialmente por las seis víctimas que entregaron su versión a través de circuito cerrado de televisión en la sala especial que existe en el TOP.
Complejo
De acuerdo a lo manifestado por el fiscal Rodrigo Valladares, quien instruyó las pericias del caso, los menores fueron acompañados por terapeutas que los están tratando por la enorme afectación que provocaron estas agresiones.
"Ha sido complejo instar a los menores para que puedan declarar por el daño emocional en que se encuentran, pero entregaron antecedentes relevantes sobre lo que vivieron, la dinámica de la agresión y respecto al único agresor que indican que es el acusado", apuntó el persecutor, explicando que durante la indagatoria llegaron a ser 10 los infantes que fueron pesquisados, siendo en definitiva seis a los que se acreditó su afectación.
Durante la audiencia también declaró el acusado, confesando parcialmente las imputaciones, pero solo aquellas relacionadas con las dos niñas que vivían en su hogar.
Como expresó el fiscal Valladares, el sujeto solamente reconoce "determinadas agresiones en tono menor a lo que la investigación determinó, siempre atribuyendo una suerte de seducción de parte de las víctimas, nunca se posiciona como agresor de menores de edad y así lo postuló en la única declaración que prestó en la investigación y lo reafirmó en el juicio. Quedó evidenciado la manipulación de la información que realizó".
Atenuante
El defensor Rodrigo Rojas recalcó que serían estas dos las víctimas, desechando que su representado tenga intervención en los presuntos ultrajes contra los otros cuatro menores. Es más, valoró el testimonio del campesino.
"Entregó su versión de los hechos y reconoció más de lo que señalamos en nuestros alegatos de apertura. Ya por eso estaría configurada la atenuante de la colaboración sustancial", afirmó el profesional, explicando que estos datos han sido coincidentes con la información emanada durante el juicio.
Esa es la teoría que busca plasmar la defensa, para lo cual invocará la presencia de una testigo y proporcionará prueba documental, todo con el objeto de ver disminuida la sentencia que reciba el acusado, por quien se invoca una pena única, la más severa del sistema penal, debido a la cronicidad de las agresiones sexuales y la extensión del mal causado a los pequeños.
"Se invocan las agravantes de abuso de confianza y cometer el hecho mientras está al cuidado de unas menores".
Fiscal Rodrigo Valladares."
Sistema
Otro de los puntos que refleja el grado de vulneración que exhibe este caso fue la nula respuesta inicial de la institucionalidad hacia las víctimas. Tal como expresó en su declaración la madre de dos de los afectados, en constantes ocasiones fueron al Tribunal de Familia de Quellón a dar cuenta de estos hechos, pero no se acogieron denuncias formales, solo hasta que el padrastro de estos menores notificó la situación. No se instruyeron medidas protectoras ni se actuó de oficio. Tampoco empleados públicos instaron al denuncio para acelerar las diligencias. Una serie de vacíos que se ve en otros casos que ocurren en Chiloé y que refleja la debilidad de la red, en especial en sectores apartados.
"Reconoció más de lo que señalamos en nuestros alegatos, por lo que estaría configurada la colaboración sustancial".
Rodrigo Rojas,, abogado del acusado."
2013 fue el año en que se formaliza la denuncia contra el acusado y comienzan las pericias indagatorias.
10 menores fueron investigados como eventuales víctimas de este sujeto. A seis se le acreditó el daño.