Calvario por hallar a la lancha Marco Polo cumple un mes
Familiares aún no logran dar con los jóvenes Juan e Iván Soto y Claudio Vargas que zarparon el 17 de julio rumbo a Quemchi para realizar faenas extractivas de la merluza del sur.
Un manto de dolor y misterio aún golpea a tres familias de la región al cumplirse un mes de la desaparición de la lancha a motor Marco Polo que se supone naufragó con sus tres tripulantes a bordo mientras navegaba entre Calbuco, provincia de Llanquihue, y Quemchi, en Chiloé.
El enigma tiene su génesis cuando la madrugada del domingo 17 de julio la embarcación con matrícula de Puerto Montt zarpó sin autorización desde la 'Ciudad de las Aguas Azules' con destino a Morro Lobos, en la isla quemchina Caucahué, a realizar faenas de extracción de la merluza del sur, recurso actualmente en veda por un mes.
Las adversas condiciones meteorológicas habrían complicado la navegación de la nave, para zozobrar mientras surcaba por las aguas del golfo de Ancud.
La lancha era tripulada por Juan Soto Díaz (29), originario de isla Puluqui, e Iván Soto Quinchamán (25), patrón de navío, y Claudio Vargas Oyarzo (32), ambos domiciliados en Calbuco.
Tales pescadores debían retornar la tarde del mismo día del zarpe, situación que jamás ocurrió y que encendió las alarmas entre sus familiares que al día siguiente ingresaron una denuncia por presunta desgracia en la autoridad marítima local.
Andrés Quinchamán, tío de Iván Soto, expresó que si bien la Armada de Chile disminuyó la intensidad en el rastreo de los tres tripulantes, se continuará adelante con nuevas labores, ya que no hay mayores pistas de los cuerpos de los trabajadores del mar.
"Se ha suspendido en primera parte los trabajos de búsqueda con el primer robot; sin embargo, como familiares ya hemos conversado con otra empresa que nos facilitó dos robots y que vamos a seguir rastreando en altamar en otros puntos", explicó el comunicador.
El pariente agregó que "no perdemos las esperanzas de poder encontrar a nuestros seres queridos, sabemos que no los vamos a encontrar con vida, pero lo importantes es que queremos encontrarlos para de esa manera entregarles una sepultura como corresponde".
Sumó que el rastreo de la Marco Polo arrojó como único resultado el hallazgo de algunas especies como un bidón y 18 bandejas plásticas de faenas pesqueras, las que fueron reconocidas por el armador de la nave como de su propiedad.
Campaña
El interés por hallar a los artesanales desaparecidos ha activado todo un trabajo comunitario de parte de familiares, dirigentes y gente de mar, además de la propia Armada, a organizar un amplio rastreo con el apoyo de lanchas civiles y militares.
Un rol fundamental cumplió la ciudadanía al momento de donar combustible y alimentos para los pescadores que participaron en las labores de búsqueda de los tres amigos en una amplia zona marítima comprendida entre isla Tabón por el norte, Llanquihue, hasta Butachauques por el lado de Chiloé y las islas Desertores de Chaitén por el sur, sin olvidar la zona costera de los esteros Comau y Reñihue y el área de Hornopirén, en la provincia de Palena.
En la labor central de rastreo se dispuso de los servicios de las lanchas de servicio general (LSG) Puerto Montt y Chiloé, más el apoyo del avión Skymaster. A estos recursos se sumaron diversas lanchas de pescadores artesanales de la comuna de Calbuco.
Se estima que en un momento más de una decena de embarcaciones llegó a navegar, sin lograr resultados favorables. Además, también circularon rumores de un supuesto hallazgo de los cuerpos de los jóvenes.
Ocho días de labor exclusiva destinó, primeramente, la Armada para este requerimiento, tras activarse el servicio de búsqueda y rastreo respectivo.
Según el capitán de puerto de Calbuco, teniente Fernando Gallegos, la destinación de recursos por parte de su institución durante esta fase se extendió hasta el 27 de julio.
Dijo el jefe naval que después "se pasó a una segunda etapa que consiste en mantener una señal de seguridad alertando a todos los navegantes, especialmente los que transitan por esa zona, la cual es altamente transitable; se les solicita efectuar búsqueda durante su desplazamiento".
Orígenes
Los malogrados tripulantes de la lancha Marco Polo tenían un origen similar y estaban unidos por el trabajo que realizaban en calidad de embarcados en el área.
Iván Soto Quinchamán, el menor de todos, era soltero y residía en la misma ciudad de Calbuco. En tanto, el pescador Claudio Vargas, también con domicilio en esta comuna, era casado y padre de un pequeño.
Juan Soto, quien residía en la isla Puluqui, en la misma comuna calbucana, dejó a su pareja con un embarazo de ocho meses.
Fuentes familiares reiteraron que continuarán adelante con nuevos trabajos de rastreo, siempre con el último de dar con el paradero de los cuerpos de los hombres de mar que se extraviaron junto a la siniestrada embarcación artesanal.
Las futuras expediciones dependerán de las condiciones del tiempo que se presenten en el mar, las cuales no han sido favorables en varias jornadas de este período invernal.
"No perdemos las esperanzas de encontrar a nuestros seres queridos".
Andrés Quinchamán,, tío de uno de los tres, tripulantes desaparecidos, en el golfo de Ancud."
"Se les solicita a los pescadores efectuar búsqueda durante su desplazamiento".
Fernando Gallegos,, capitán de puerto de Calbuco."
25, 29 y 32 años son las edades de los hombres de mar desaparecidos.
1 de agosto partió la veda de la merluza, recurso que motivó el zarpe.
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