El ancuditano que trabajó para los Rockefeller goza alentado a la Roja
Marcos Barrientos estuvo en el Estadio Soldier Field de Chicago y espera estar el domingo en Nueva Jersey.
Chiloé tuvo presencia la noche del miércoles en el Estadio Soldier Field de Chicago, donde la selección chilena de fútbol superó por 2-0 a su par de Colombia por la semifinal de la Copa América Centenario.
En las tribunas del coliseo de los Chicago Bears estuvo presente el ancuditano Marcos Barrientos, quien lleva 15 años residiendo en Estados Unidos.
El isleño que trabajó en sus inicios en la tierra del "Tío Sam" con la multimillonaria familia Rockefeller compartió con La Estrella la emoción vivida en el recinto deportivo, donde alentó de principio a fin a la "Roja de todos".
Barrientos, quien vive en la actualidad en Conway, en el estado de Arkansas, dijo que disfrutó cada momento gritando los goles de Aránguiz y Fuenzalida. "Fue muy emocionante. Buenísimo, y más la emoción estar aquí viendo nuestra selección", sostuvo el isleño.
El hoy empresario automotor aseveró que en algún momento temió por la continuidad del partido debido a la tormenta que azotó a Chicago y que obligó a suspender el match por más de dos horas. "Sí, en un momento vi el aviso de 'tornado', pensamos que se iba a suspender", sentenció.
Final
El chilote evalúa la posibilidad de viajar a New Jersey al MetLife Stadium, donde se desarrollará este domingo la final de la Copa América Centenario. "Ojalá podamos ir. Está lejos, además que el valor de las entradas está un poco alto (US$380), pero nada es imposible, vamos a ver qué hacemos con el grupo familiar y con el grupo de amigos", sostuvo.
Autodefinido como un "amante del fútbol" (soccer en el país del norte) reconoció que el ambiente futbolístico en las calles de Chicago no era muy evidente entre los estadounidenses y que el jolgorio se remitía a las hinchadas chilena y colombianas previo al cotejo en que la Roja superó a los caribeños.
"Los gringos de este lado no saben mucho de la Copa América. La mayoría de los fanáticos son mexicanos y con la goleada que le propinamos no están muy contentos con nosotros, además el año pasado también los eliminamos nosotros", consignó el ancuditano.
Barrientos confesó que el viaje a la final es un tema que le quita el sueño, pero sabe que no puede descuidar sus negocios.
"Ojalá podamos ir, son muchas horas de viaje (más de 12 horas en auto). El tema lo estamos manejando. Una vez instalado en mi ciudad podremos hacer las averiguaciones, pero ya en mi oficina me están haciendo los contactos para ello y espero verlos una vez en casa", mencionó el isleño ayer antes de llegar a Conway.
8 horas debió conducir desde el estado de Arkansas para ver ganar a Chile el miércoles.