El incansable legado de un artista y servidor público chilote
René Lorca Barrientos, un ancuditano y chilote de corazón, no para de forjar con sus manos su pasión creadora, después de pasar décadas ayudando a la gente en sus trabajos, especialmente, en el Hospital San Carlos.
Difícil catalogar a un hombre tan versátil, que ha sido capaz de trabajar en el servicio público y creando en un taller artístico. Manejarse con distintos materiales y técnicas para dar vida a hermosas obras, o bien para sortear las dificultades en la administración de un hospital.
Esta es parte de la historia del ancuditano René Antonio Lorca Barrientos, quien luce bien conservados 67 años, casado, con dos hijos profesionales y dos nietos regalones que viven en Quellón. Sus estudios los realizó en el antiguo Seminario Conciliar de Ancud, egresando en 1968.
Como revisando su vida, cuenta René los muchos y variados empleos que tuvo a lo largo de su vida. El primero de ellos remunerado fue como jefe administrativo a nivel provincial de Caritas Chile, del Departamento de Acción Social del Gobierno de Estados Unidos. También ejerció como secretario del Obispado de Ancud en la época de monseñor Sergio Contreras.
Relata entre sus experiencias laborales un oficio que hoy prácticamente no existe: corrector de prueba del Diario La Cruz del Sur y en la linotipia donde realizaba los dibujos en linóleum tipo xilografía (técnica de impresión en relieve realizada sobre una matriz de madera) que después se imprimían.
Concurso
En 1970 se presenta a un concurso para el cargo de secretario administrativo en el Hospital de Ancud, puesto para el que fue seleccionado. En el recinto asistencial tuvo un devenir ascendente.
"Ahí cumplí varias funciones como funcionario de carrera no profesional, pero si con distintos cursos de capacitación en Puerto Montt, Osorno, Valdivia, Temuco y Santiago, más seis meses de estudios de administración y manejo de personal en la Universidad de Chile sede Osorno", aclara.
Asimismo, destaca un curso de manejo y mantención de cámara hiperbárica para los buzos artesanales de Ancud, el que realizó en Asmar, Talcahuano. "Estuve a cargo de la construcción de la nueva cámara hiperbárica aire oxigeno en la ciudad de Quillota, como también de su traslado, montaje y puesta en funcionamiento", apunta.
En su paso por el Hospital de Ancud, hasta su jubilación el año pasado, Lorca enumera las labores que le tocó desempeñar. "Fui jefe del SOME por cinco años, subdirector administrativo otros cinco años, administrador del hospital durante cuatro años, jefe administrativo tres años y otras funciones como presidente del comité paritario", recalca.
Puntualiza que el cargo específico que ejerció en el nosocomio por más de 30 años fue de jefe de los servicios generales. En ese rol tenía a su cargo distintas secciones: caldera, lavandería, movilización, mantención hospitalaria y mantención general de equipos médicos e industriales del establecimiento.
Pese a todas estas labores, este vecino se daba el tiempo para vivir su vida como artista, creando innumerables piezas en madera, piedra y metal. Un talento que lo acompaña hasta ahora.
"Trabajo la madera como un tallador, trabajo en fierro y fragua como forjador. Esculpo la piedra granito o cancagua como escultor, todas técnicas que manejo desde larga data", enfatiza.
Sobre sus inicios artísticos, comenta que siendo estudiante del Seminario Conciliar descubrió que tenía habilidades para crear cosas rudimentarias, "que con el tiempo fueron mejorando en forma y expresión. Botes, remos, cucharas, lanchas chilotas, collares de madera, retablos", indica.
Sobre su primera obra señala que "no recuerdo bien pero debe haber sido un bote cavado en madera de ciruelillo con remos que se lo regale a un señor de apellido Mansilla del sector de Lliuco. Después de eso vinieron varios más, figuras humanas, flores, paisajes, todos en bajo relieve. En los años 60 y principios de los 70 había mucha actividad artística en Ancud y siempre hacía una exposición al año donde se comercializaban estos trabajos".
Se declara autodidacta, pero reconoce que fue perfeccionándose en las escuelas de verano que dictaba la Universidad de Chile, en la Escuela de Canteros, lugar donde estuvo en seis veranos entre los años 66 y 72.
Allí, dice, "aprendí técnicas artísticas variadas que he tratado de aplicar en los diferentes tallados que he realizado en estos más de 40 años". Entre sus materiales preferidos enumera "la madera nativa como ciruelillo, avellano, lingue, tepa, manzano". En segundo lugar el fierro "dulce en todas sus medidas y maleable, que sirvan para la fragua. Tercero cancagua, piedra arenisca y blanda, pero también muy frágil para trabajarla artísticamente".
Dentro de las creaciones que más recuerda está "la Virgen con los brazos abiertos invitando a los fieles a ingresar a la catedral. Tenía dos metros de alto, después lo sacaron, no sé su destino. Un copón de madera tallado con incrustaciones de piedra, que llevó monseñor Ysern como regalo al Papa Juan Pablo II".
Destaca también algunas obras en pino oregón que le mandó a hacer Douglas Tompkins para llevárselos a sus hijos en Estados Unidos; escudos bajo relieve del Distrito Naval Chiloe, de la Radio Estación Naval de Puerto Montt y de la radio estación naval de Puerto Toro en el Canal Beagle.
Recuerda que cuando asumió el Presidente Salvador Allende se montó en Santiago una gran exposición de todas las provincias y Chiloé tuvo tres representantes, Subiabre, González y él mismo.
Obras
Hoy pueden observarse trabajos de este artista chilote en lugares públicos. En la costanera ancuditana, la réplica de la Goleta Ancud hecha en fierro forjado. También hay una gran cantidad de letreros y señaléticas en técnica de bajo relieve en madera de mañío. El acceso del Fuerte San Antonio y varios lugares turísticos de la provincia, como el terminal de buses Cruz del Sur, la Iglesia Patrimonial de Tenaún, por nombrar sólo algunos han recibido parte de sus más de 120 creaciones.
Si de exposiciones se trata, este artista ha participado en varias. "Fueron muchas en la ciudad de Ancud, Puerto Montt, Castro, Santiago, Valdivia", destaca. Señala que la obra que más lo llena de orgullo y que más recuerda, es "el copón de madera que se usa en la eucaristía, que está en el Vaticano, todavía tengo el diseño de esa obra de arte".
Don René confiesa que pasa alrededor de cuatro horas diarias en su taller, "para no perder la habilidad". Allí realiza hoy solamente trabajos a pedido.
Lo invitamos a pensar en la obra que aún no realiza, ante lo cual responde que "podría ser una dedicada a Pablo Neruda, que vivió por especio de un año en Ancud, en el ex hotel Nilsen, ubicado en la esquina de Libertad con Dieciocho y que todavía existe. Podría ser una xilografía en metal de unos tres metros cuadrados con alguna leyenda al poeta y que tenga concordancia con Ancud, en su tiempo pasado y presente, que sea visible a gran distancia tanto de día como de noche, iluminada con cordones led de colores. Este trabajo quedaría como legado y sería un atractivo turístico más para la ciudad".
Hoy jubilado, se dedica a crear en su taller y a una vida apacible. "Tengo más de cinco mil sellos, colecciono también billetes antiguos, llaves, llaveros, piedras, puntas de flecha, nidos de pájaros", acuña.
Tras 45 años en el sector salud y otros tantos creando obras maravillosas, este chilote ejemplar dice que no ve mucho interés en la gente joven por este arte.
"Hace algunos años se intentó hacer algo así como talleres pero la juventud pero no se interesaron", acota, pero mantiene la esperanza de que alguien siga sus pasos. "Podría ser mi nieto Tomás, él, a su corta edad, tiene una gran habilidad para dibujar figuras humana, comics. Va ser un gran artista", aclara.
Igualmente, hace un llamado como ancuditano y chilote de corazón: "espero que los nacidos en esta Isla no nos olvidemos de nuestras tradiciones, nuestro rico y variado folclor y que nuestras costumbres prevalezcan siempre ante las influencias de los afuerinos que son minoría".
"Aprendí técnicas artísticas variadas que he tratado de aplicar en los diferentes tallados".
René Lorca
artista
"Espero que los nacidos en esta Isla no nos olvidemos de nuestras tradiciones".
René Lorca
creador ancuditano