Burocracia, algo que agilizar
Toda institución formada por personas carece de perfección. Hoy los organismos estatales suponen una gran cantidad de mecanismos que entorpecen el emprendimiento. Basta con escuchar en la calle a don Luis, vendedor ambulante que, con mucho esfuerzo, se levanta todas las mañanas a ofrecer sus productos con el constante miedo de ser multado. Casos así, son innumerables. Los trámites constituyen verdaderos obstáculos al ejercicio de la actividad económica. "Que papel aquí, que papel allá". Poco y nada hace la clase política para mejorar lo anterior; es más, sus políticas públicas están más cerca de empeorar la situación, que de arreglarla.
Para que haya progreso, necesitamos crecimiento económico. El crecimiento no será posible mientras mayores atribuciones tenga el Estado sobre la persona y mientras esas atribuciones sean trabas al derecho a desarrollar cualquier actividad económica. No esperemos que el país crezca si don Luis no solamente no puede trabajar libremente, sino también se le esclaviza mediante una burocracia estatal que impide que emprenda si no ha realizado los trámites que el Estado ha impuesto. La situación puede ser aún peor, llegando a ser multado y de no pagar dicha multa, encarcelado.
El crecimiento económico debe ser entendido como resultado de las millones de personas que han emprendido en nuestro país, a ellas se les debe garantizar el libre ejercicio de sus derechos y no dilatarlo.
Columna
Criss Delgado,, Fundación Ciudadano Austral